Párroco de Gaza: escalada de casos de Covid, pero prosiguen las actividades y la escuela

El padre Romanelli confirma el aumento de contagios y víctimas en la Franja de Gaza, donde la situación es muy alarmante. Preocupación por los hospitales y unidades de terapia intensiva, que funcionan casi al máximo de su capacidad. Se incrementa el número de hisopados, con 800 resultados positivos sobre un total de casi 3.000 pruebas. La llegada del invierno despierta temores, pero la población descubre la importancia de la alimentación y la actividad deportiva. Comienzan algunas iniciativas vinculadas a la Navidad.

Gaza (AsiaNews) - Los casos de Covid-19 "siguen aumentando, incluso los fallecidos parecen aumentar según el último informe",. En tanto, la ocupación de camas en los hospitales "está llegando al límite, y aunque todavía no hace frío, con la llegada del invierno se teme que la emergencia aumente". Esto es lo que dice el párroco de Gaza, el Padre Gabriel Romanelli, quien confirma el clima de "gran atención" en torno a la pandemia del nuevo coronavirus que se intenta contener "incrementando el número de hisopados: el otro día se efectuaron hisopados a 3.000 personas; 800 estaban contagiadas".

El sacerdote argentino del Instituto del Verbo Encarnado destaca que, a pesar de las restricciones, "se siguen permitiendo muchas actividades, pero ahora se están estudiando nuevas medidas". Una de las hipótesis - continúa - es limitar los movimientos internos, pero mucho dependerá de los números en los próximos días". Lo que es seguro, "no estamos en un contexto de confinamiento total: en la escuela algunas clases siguen siendo presenciales. En la parroquia también hemos permitido varias actividades, si bien con números restringidos y protocolos de desinfección, medición de la temperatura en la entrada y [la necesidad de] llevar mascarilla". "También hemos reanudado las misas con presencia de fieles” y muchas actividades "de adultos, niños y adolescentes tienen lugar regularmente", aunque con menos gente porque "algunos tienen miedo del virus, otros tienen un pariente enfermo o contagiado”.

La comunidad cristiana de la Franja y los habitantes de Gaza tratan de hallar su propia normalidad e intentan convivir con el virus. De todos modos, siguen en alerta y con un temor , cada vez más marcado, por las carencias del sistema sanitario. Los datos hablan de un importante aumento de contagios e ingresos hospitalarios. Los trabajadores de la salud advierten que los respiradores se están agotando, al igual que los (pocos) lugares disponibles en las unidades de cuidados intensivos. Según el microbiólogo Abdelraouf Elmanama, miembro del grupo de trabajo local, "en los próximos 10 días el sistema será incapaz de absorber los picos".

En los Territorios Palestinos, en las últimas 24 horas se reportaron 1560 casos nuevos, de los cuales 689 corresponden a la Franja; hubo 16 muertos, tres en Gaza. En el enclave palestino gobernado por Hamas el número de infectados asciende a 15.500 (sobre una población de dos millones de personas, aisladas en una prisión a cielo abierto) y 69 muertos. Hay 92 pacientes en estado grave, y solo 100 camas disponibles en cuidados intensivos. Hasta agosto el territorio, víctima del bloqueo impuesto por Israel y Egipto, había logrado contener los daños, como lo confirmó el mismo párroco de Gaza, cuando se refería a una realidad que por mucho tiempo se había salvado "milagrosamente" del virus. El 15 de noviembre las autoridades dictaron varias restricciones, entre ellas la prohibición de viajar a las zonas más afectadas, el cierre de tiendas a partir de las 17.00 horas y la prohibición de reuniones de más de 15 personas en lugares cerrados.

En medio de un clima de gran incertidumbre, los cristianos ya comenzaron con algunas iniciativas vinculadas a la Navidad: "Somos extravagantes", dice, "y ya hemos comenzado a visitar las casas con la gran imagen del Niño Jesús, la que usamos para la adoración, durante la misa de Gallo. Nos mueve la fe, porque la oración de estos tiempos puede ayudar, entonces seguimos adelante porque no sabemos qué pasará, si habrá más cierres". Los cristianos, al igual que la mayoría de los habitantes de Gaza, "lo han visto todo, no nos falta esperanza, aún cuando la gente esté acostumbrada a sufrir". Pero la cercanía del párroco, de la Iglesia, les ha hecho comprender que no están abandonados". El frío y el invierno que se avecina provoca cierto temor, porque siempre traen resfriados y enfermedades. Sin embargo, con la pandemia la gente ha comprendido la importancia de la alimentación y la actividad física, aunque más no sea una simple caminata", para una población que hasta ahora ha prestado poca atención a la salud.