Párroco de Gaza: Una Pascua de paz, contra los que fomentan guerras y tensiones

de Dario Salvi

A pesar de los enfrentamientos de las últimas semanas, en la Franja la vida "transcurre con normalidad", las escuelas y los mercados están abiertos. Incluso las actividades en la parroquia se desarrollaron "en su totalidad". Para el padre Romanelli la guerra rusa en Ucrania no parece afectar la vida cotidiana "por ahora". El deseo de que se pueda celebrar el fin del Ramadán "en paz" y una "solución" para la cuestión israelí palestina.

Milán (AsiaNews) - A pesar del interés de algunos grupos que se proponen "deteriorar" las relaciones y hacer naufragar los acuerdos entre israelíes y palestinos, la situación en Gaza es "bastante tranquila, más allá de los miedos y tensiones de fondo: sé que puede parecer desconcertante, pero la vida transcurre con normalidad, las escuelas y los mercados están abiertos, todas las actividades en la parroquia se están desarrollando”. El padre Gabriel Romanelli, sacerdote argentino del Verbo Encarnado y párroco de Gaza, describe a AsiaNews la vida en la Franja, donde los fieles han colmado las iglesias para la celebración de la Pascua - latina y ortodoxa - y los musulmanes están por terminar el Ramadán, el mes sagrado del ayuno y la oración. La invasión rusa a Ucrania y los temores de un conflicto a escala mundial (por ahora) parecen un eco lejano.

Desde hace más de un mes, Israel y Cisjordania son escenario de una violencia creciente que se ha registrado una escalada con la proximidad de las principales fiestas cristianas, musulmanas y judías (Ramadán y Pascua). Es la deriva armada más sangrienta desde la guerra relámpago de mayo de 2021 en la Franja. Durante los últimos días del mes sagrado de ayuno y oración islámico, que termina a principios de mayo con la fiesta de Eid al Fitr, la policía israelí ha decidido impedir el acceso a la Explanada de las mezquitas, en Jerusalén, a los fieles judíos y a los turistas. Luego está el problema de la mezquita de al-Aqsa, que para el mundo musulmán sigue siendo una "línea roja" infranqueable.

El párroco de Gaza explica que en este momento la idea más difundida es que hay "intereses, pero sobre todo diversos grupos" que quieren "deteriorar aún más las relaciones". Analizando la situación en la Franja, el p. Romanelli señala que desde la guerra del año pasado “la realidad cotidiana ha mejorado, este año las autoridades han emitido 20 mil permisos de trabajo a ciudadanos de Gaza, que pueden cruzar el paso de Erez e ir a trabajar a Israel”. Esta mejora también beneficia a los cristianos, porque “no se han registrado ataques contra la propiedad o edificios en las últimas semanas” y “se concedieron 722 permisos para la Pascua que por primera vez tuvieron una duración de tres meses. Los fieles pudieron visitar Jerusalén, Belén e incluso Galilea, al norte”.

A un año de distancia del conflicto, el sacerdote - que en estos días se encuentra en Argentina para una breve visita a su tierra natal - señala que "ni Israel, ni Palestina, ni las mismas autoridades de Gaza quieren otro enfrentamiento armado" con consecuencias devastadoras. De hecho, cuando se lanzaron los primeros cohetes la cúpula de Hamás negó inmediatamente estar involucrada. En la zona hay al menos 16 brigadas o facciones políticas armadas, no es un solo grupo dominante; sin embargo, el pensamiento generalizado de la gente, de los ciudadanos, es que nadie quiere que esta escalada se convierta en guerra”. Al mismo tiempo, añade el sacerdote, “hay que afirmar con franqueza que si no se encuentran soluciones a la cuestión israelí-palestina, la paz será cada vez más frágil. Debemos trabajar por la justicia y la seguridad, porque como decía San Juan Pablo II, no hay paz sin justicia, sin una verdadera reconciliación. Eso es lo que esperamos, que haya plena reconciliación con Dios y entre los hermanos”.

Hablando de paz y reconciliación, es inevitable referirse a la guerra lanzada por Rusia contra Ucrania y la escalada militar de las últimas semanas, en una maraña de reivindicaciones encontradas y acusaciones cruzadas que reducen cada vez más los márgenes para la negociación y el diálogo. “El conflicto [en Europa] - dice el p. Romanelli - influye en cierto sentido, pero no en la vida cotidiana donde parece, al menos por ahora, algo muy lejano que no afecta a la gente de aquí. Se habla de ello y, como en otras partes del mundo, hay gente a favor de Kiev y otros que apoyan a Moscú, algunos cercanos a Putin y otros que defienden a Ucrania. Incluso el hecho de que estén en guerra dos naciones cristianas no es un elemento que tenga demasiada importancia, aunque el vínculo con estos países sigue siendo fuerte, porque muchos han estudiado tanto en Ucrania como en Rusia y algunos todavía se identifican con la antigua Unión Soviética".

Las tensiones de las últimas semanas y el eco (lejano) de la guerra en Europa no han impedido una participación generalizada en las fiestas pascuales, que por primera vez en dos años no tuvieron restricciones relacionadas con la pandemia de Covid-19. “A pesar de todo - confirma el párroco - las celebraciones fueron hermosas y muy concurridas. Quizás faltaban unos cuantos fieles que obtuvieron los permisos y pudieron ir a Belén, Jerusalén o Ramallah, pero eso es un elemento positivo. Vivimos la Semana Santa y el Triduo Pascual con gran solemnidad y los jóvenes hicieron un importante aporte animando el Vía Crucis del Viernes Santo. Luego, el sábado, el día de la vigilia, tuvimos la meditación de las Escrituras, del Antiguo y del Nuevo Testamento; fue un momento de reflexión hermoso e intenso”.

La esperanza es que todos, católicos y ortodoxos, judíos y musulmanes, puedan celebrar con alegría y en armonía. Es inaceptable que "las fiestas sean motivo de escaladas o un pretexto para alimentar la violencia" por parte de grupos extremistas que "buscan la provocación para exasperar los ánimos y desencadenar un conflicto". Las mismas autoridades de Israel - concluye el p. Romanelli - tuvieron que intervenir para impedir que algunos grupos [de la derecha religiosa y ultraortodoxos] hicieran un sacrificio en la Explanada de las mezquitas. Son provocaciones inaceptables y esperamos que los musulmanes también puedan celebrar el final del Ramadán en paz”.

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