Se presentó el informe sobre Corea del Norte del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU. Solo hay fugas entre los trabajadores enviados al extranjero para financiar el régimen, y las agencias de las Naciones Unidas también tienen dificultades para entrar en el país. Al mismo tiempo, Kim Jong-un recibió a Shoigu en Pyongyang y reiteró el "apoyo inquebrantable" de los soldados norcoreanos a la guerra de los rusos en Ucrania.

 

Milán (AsiaNews/Agencias) - A pesar de la flexibilización de las medidas que se decretaron durante el Covid-19, sigue siendo muy difícil salir de Corea del Norte, afirma un reciente informe presentado por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OHCHR) al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en el que se registra la drástica disminución de las fugas de Pyongyang en los últimos años.

Entre enero y septiembre de 2024 solo 181 desertores norcoreanos - 159 mujeres y 22 hombres - entraron en Corea del Sur; el año anterior habían sido 196. Muchos menos que los 1.047 de 2019, el último año antes del cierre hermético de las fronteras impuesto con el Covid. Según los autores del informe, es una señal de que las restricciones a los movimientos siguen siendo muy fuertes en Corea del Norte.

También se ha producido un cambio en la demografía de los desertores: muchos de los recién llegados a Corea del Sur en los últimos años eran trabajadores enviados al exterior - sobre todo a China y Rusia - para generar dinero extranjero para el régimen de Kim Jong Un, en lugar de las mujeres traficadas que antes constituían la mayoría de los desertores.

El documento del ACNUDH también denuncia graves violaciones de los derechos humanos dentro de Corea del Norte, sobre la base de los testimonios de 175 desertores recogidos entre noviembre de 2022 y octubre de 2023. Se trata sobre todo de abusos relacionados con las estructuras de detención, carencia crónica de alimentos, control ideológico a través de las ejecuciones públicas y otras situaciones que podrían constituir crímenes internacionales.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, instó a Corea del Norte a reconocer la existencia de violaciones de los derechos humanos y a permitir el acceso a los grupos internacionales de derechos humanos.

Precisamente a principios de este mes varios testimonios hablaron de una marcha atrás de Pyongyang en la reapertura de la única puerta de ingreso para los turistas extranjeros en el país. A pesar de que algunas embajadas extranjeras, como las de Cuba, India, Polonia y Suecia, han vuelto a operar en Pyongyang desde la segunda mitad de 2024, las organizaciones de las Naciones Unidas y las que prestan ayuda humanitaria todavía sufren restricciones para entrar al país, según un informe separado que presentó al Consejo de Derechos Humanos Elizabeth Salmon, relatora especial de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos en Corea del Norte. La tasa de desnutrición del país se ha estimado en un promedio del 45,5% en los últimos tres años.

Mientras tanto, precisamente hoy, el líder norcoreano Kim Jong-un reiteró su apoyo inquebrantable a la guerra de Rusia en Ucrania durante una reunión en Pyongyang con Sergei Shoigu, secretario del Consejo de Seguridad ruso. A finales de febrero la inteligencia surcoreana había informado que Corea del Norte probablemente enviaría más tropas a Rusia debido a que sus fuerzas han sufrido grandes pérdidas.

Los medios de comunicación estatales norcoreanos y rusos informaron que Kim y Shoigu hablaron de diversas cuestiones, entre ellas la guerra de Rusia en Ucrania, las conversaciones de Moscú con la administración Trump y la situación de la seguridad en la península coreana. Ambos reiteraron la voluntad de los líderes de los dos países de respetar "incondicionalmente" un importante tratado de defensa mutua que se acordó en una cumbre celebrada el año pasado en Pyongyang, que prevé la ayuda recíproca en caso de agresión a uno de los dos países.

 

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