Pyongyang, iniciados los coloquios con Tokio sobre los japoneses raptados por el régimen de los Kim

Entre los años 70 y 80 del siglo pasado, Corea del Norte secuestró al menos 13 ciudadanos japoneses para "adiestrar a sus propios espías según los métodos del Sol Levante". Cinco de ellos volvieron a casa en el año 2002; misterio sobre los otros 8. Para abrir un canal de diálogo, el gobierno de Shinzo Abe retiró algunas sanciones contra el régimen.

Tokio (AsiaNews/Agencias)- Una delegación del gobierno japonés fue a Corea del Norte para discutir la modalidad en modo oficial la cuestión de los ciudadanos japoneses raptados por el régimen de los Kim en los años 70 y 80 del siglo pasado. Los diálogos entre Tokio y Pyongyang marcan un primado absoluto, después de casi un decenio de silencio recíproco y de sanciones bilaterales. Las dos naciones no tienen relaciones diplomáticas directas. La visita, iniciada ayer, se concluirá el 30 de octubre.

Corea del Norte admitió mientras tanto que secuestró a 13 ciudadanos japoneses para "adiestrar a algunos espías" según el sistema del Sol Levante. De este grupo, 5 personas volvieron a Japón en el 2002; Pyongyang dice que las otras 11 personas ya murieron, mientras que Tokio dice que no es verdad. Además, si bien no tienen pruebas, sospecha que los nord-coreanos están involucrados en "centenares" de otras desapariciones.

Para abrir un canal de diálogo, el gobierno de Shinzo Abe retiró en julio de este año, un paquete de sanciones contra el régimen estalinista. El jefe de la secretaría del gobierno japonés, Yoshihide Suga, dice: "Trataremos de usar esta visita a Pyongyang para decir con fuerza a quien corresponda que esta cuestión es para nosotros de suma prioridad. Queremos que Corea del Norte explique en qué punto están las investigaciones sobre nuestros conciudadanos. Queremos que sean sinceros en la respuesta.

Tokio está bajo presión por parte de la opinión pública, sobre todo por algunos casos específicos, como el de Megumi Yokota. La joven fue raptada por algunos agentes nord-coreanos mientras salía de la escuela en 1977: en esa época tenía 13 años. Según Pyongyang, se habría suicidado en 1994, después de haberse casado con un ciudadano sud.coreano- también él raptado- y que concibió a una hija. Para probar la propia "honestidad", el régimen restituyó en el año 2004 los restos mortales de la muchacha, pero los test del Dna demostraron que no tenían nada que ver con el caso objetivo.