Punjab, tres hermanas instigadas por un imán matan a un chií acusado de blasfemia
Fazal Abbas tenía 45 años. En 2004 participó en una manifestación y fue procesado por ofender al profeta. Él huyó al extranjero, pero recientemente había regresado a Pakistán para presentarse en el juicio. Entre 1987 y 2015, al menos 62 personas han sido asesinadas por presunta blasfemia.
Sialkot (AsiaNews) - Tres hermanas pakistaníes confesaron haber disparado y matado a un hombre que fue acusado de blasfemia hace 13 años. La víctima, Fazal Abbas, de 45 años, de confesión chií, fue muerto a tiros por una de las tres mujeres, que se habían introducido en su casa con una excusa. Aunque la investigación está todavía en curso, las asesinas fueron trasladadas a la prisión del distrito de Sialkot, en la provincia de Punjab. De acuerdo a la información recogida por la policía local, para cometer el homicidio, las tres hermanas habían sido instigadas por Maulavi Muhamamd Shafiq Dogar, el imán de la mezquita Pasrur, una pequeña ciudad que ya fue teatro de un enésimo ataque perpetrado por motivos religiosos contra aquellos de quienes sólo se tienen sospechas de que hayan insultado al profeta.
El asesinato tuvo lugar ayer por la tarde. Syed Azhar Husain Shamsi, tío de la víctima, dijo que las mujeres - Amna, Afshan y Razia Bibi - cubiertas por el velo tradicional islámico, se introdujeron en la casa de Abbas simulando ser parientes suyos. A la vista del hombre, uno de ellos sacó de debajo del velo una pistola y le pegó un tiro, dándole muerte.
Las mujeres han confesado que querían matar al supuesto blasfemo desde hace años, desde que fue acusado en 2004 por insultar al islam, pero que en ese momento ellas eran "demasiado jóvenes". "Finalmente hemos matado al blasfemo. Alá es grande", dijeron a los policías que recogían su confesión.
En marzo de 2004 Abbas participó en una procesión en la ciudad de Pasrur. Después de ese evento, el imán Dogar presentó una demanda contra el hombre que, para evitar ser detenido, huyó a Dinamarca y obtuvo la nacionalidad danesa. Pero la acusación de blasfemia lo persiguió por todo el exilio. Por ese motivo, recientemente había decidido volver a Pakistán para ser juzgado, después de que el tribunal local le había concedido la libertad bajo fianza.
El asesinato de Abbas es sólo el último de una larga estela de sangre que por años ha golpeado en Pakistán a quien profiere insultos contra el profeta, pero también a aquellos que tratan de defender a los presuntos blasfemos. El último caso que ha levantado un gran revuelo fue el del linchamiento de Mashal Khan, estudiante universitario de Mardan asesinado y torturado ferozmente por sus colegas, todo ello registrado atentamente por celulares que grabaron la escena. Antes de él, por lo menos otras 62 personas murieron entre 1987 y 2015, entre ellos el ex gobernador de Punjab Salman Taseer, que fue castigado por criticar la "ley negra" sobre la blasfemia y por defender a Asia Bibi, una madre cristiana que hace siete años está a la espera del juicio y sobre la que pende la ejecución por blasfemia. Ayer mismo, a raíz de la indignación por el asesinato del estudiante, el abogado ha anunciado que el proceso de Asia podría ser reanudado en breve, posiblemente en el mes de junio.
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