Pruebas de un deshielo entre Putin y Biden
Cumbre en Ginebra tras las tensiones de los últimos meses. Los respectivos embajadores vuelven a las sedes de Washington y Moscú. Foco en la seguridad cibernética. Temas centrales: pandemia, Libia, Siria, Afganistán y Corea del Norte. Grandes diferencias sobre Ucrania y derechos humanos en Rusia.
Moscú (AsiaNews) - Rusia y Estados Unidos han decidido volver a la normalidad en sus relaciones diplomáticas recíprocas, haciendo que sus respectivos embajadores regresen a sus sedes. Ambos enviados fueron convocados por sus gobiernos en marzo y abril después de la escalada de tensión entre el Kremlin y Washington. El presidente ruso, Vladimir Putin, lo anunció ayer a la prensa tras una reunión con su homólogo estadounidense, Joe Biden.
El líder ruso también afirmó que “hablamos cara a cara durante más de dos horas y eso no ocurre con todos los presidentes. No hubo hostilidad durante la reunión. Hubo una confrontación de los respectivos principios, en los que nuestras posiciones no coinciden, pero el diálogo fue constructivo”.
La primavera pasada los embajadores Anatolij Antonov y John Sullivan regresaron a Washington y Moscú. Rusia había incluido a Estados Unidos en la lista de "países no amigos", prohibiendo a los ciudadanos rusos trabajar en las oficinas diplomáticas estadounidenses. Muchos funcionarios de alto rango fueron expulsados o sancionados por ambas partes, entre ellos el subjefe de la administración presidencial rusa Sergei Kirienko, al que muchos consideran como posible sucesor de Putin (en caso de que fuera necesario). También se encuentran en la lista el jefe del FSB (ex KGB) Aleksandr Bortnikov. Entre otros, las sanciones rusas afectaron al secretario de Justicia de Estados Unidos, Merrick Garland, y al director del FBI, Christopher Wray.
El encuentro entre Putin y Biden en el lago de Ginebra recordó las memorables cumbres de la época de la Guerra Fría, que en los últimos años parece haber revivido por las múltiples razones de hostilidad entre la Rusia postsoviética y el Occidente de la posglobalización.
Para el encuentro en Villa La Grange, Putin interrumpió la larga pausa en los viajes al exterior que impuso la pandemia de covid-19. Se confrontó directamente con Biden, quien no hace mucho lo había llamado "asesino",y dejó en claro que no tenía la intención de pasar nada por alto al zar ruso, al que Washington ve cada vez más como un dictador. La última cumbre entre Rusia y Estados Unidos se se había celebrado en Helsinki en julio de 2018, en la ambigüedad de las relaciones de amorosa contraposición entre Putin y Donald Trump. La sorpresa inicial fue la inusual puntualidad de Putin, famoso por sus retrasos en estos niveles, mientras que esta vez llegó incluso primero y fue recibido por el presidente suizo Guy Parmelin.
En realidad el encuentro con el nuevo presidente de Estados Unidos al comienzo de su mandato es casi una tradición para Putin. Se reunió con Bush hijo en mayo; con Obama en abril; y con Trump precisamente en julio. El predecesor de Biden también se entrevistó con Putin en su primera gira europea, al volver de Gran Bretaña. Las relaciones entre los dos grandes enemigos del siglo XX se deterioraron aún más en los últimos tres años y no había especiales ilusiones sobre el resultado de la cumbre de Ginebra.
El propio Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergej Lavrov, declaró el 9 de junio que "no esperamos ninguna apertura o sorpresa en particular, pero existe la necesidad objetiva de un intercambio de opiniones al más alto nivel entre las dos principales potencias nucleares en el ámbito internacional". El juicio ruso sobre Trump fue muy positivo al principio; el 12 de junio, en una entrevista con la NBC, Putin lo recordó como "un político excepcionalmente talentoso", a diferencia de Biden, al que definió como "un político de profesión". Al día siguiente, Biden evitó utilizar términos ofensivos contra su homólogo ruso, pero de todos modos lo calificó de "autócrata".
Según todas las previsiones y anticipaciones, el primer tema de la agenda fue la ciberseguridad. Putin dijo que “en este punto debemos dejar de lado todas las insinuaciones y hemos acordado iniciar consultas al respecto. Hay que sentarse y ponerse a trabajar".
No solo se trata de la lucha contra el coronavirus. Las dos potencias deben llegar a un cierto acuerdo sobre varios temas globales: Ucrania, Libia, Siria, Corea del Norte y Afganistán. La cumbre de Suiza comenzó "en el punto más bajo de las relaciones desde la época soviética", el único aspecto en el que ambas partes estaban completamente de acuerdo. Por eso se excluyó desde el principio una conferencia de prensa conjunta de los dos mandatarios.
En cuanto al ingreso de Ucrania a la OTAN, Putin declaró que "solo se mencionó, porque no hay nada que discutir aquí". Sobre el tema de los derechos humanos en Rusia "el presidente Biden habló de ello por iniciativa propia", explicó el líder ruso, reiterando que "Naval'nyj sabía lo que le esperaba, considerando las dos condenas que tenía, y eligió que lo arrestaran".
19/03/2021 14:23
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