Protestantes: 20 ataques contra los cristianos de Sri Lanka y no hay detenidos
La National Christian Evangelical Alliance registró 190 casos de violencia desde el año 2015. Para el National Peace Council , el hecho de que no se detenga a los culpables es un fracaso de la policía. La Human Rights Commission señaló que es un deber del gobierno prevenir y frenar el discurso del odio.
Colombo (AsiaNews) - Ya habido cuando menos 20 casos de violencia contra la minoría cristiana desde que comenzó el año, además de diversos ataques contra los musulmanes y otros grupos religiosos minoritarios. Esto fue denunciado por algunas organizaciones cristianas protestantes y activistas que trabajan en Sri Lanka. En detalle, National Christian Evangelical Alliance of Sri Lanka (NCEASL), un movimiento que engloba a las Iglesias Evangélicas, dijo que en los últimos meses, el país ha visto un aumento repentino de la violencia contra las minorías. Además de esto, el National Peace Council (NPC) se queja de que nadie ha sido detenido por las agresiones llevadas a cabo.
A las organizaciones mencionadas anteriormente se une la Human Rights Commission of Sri Lanka (HRCSL), que hace un llamamiento al presidente Maithripala Sirisena: debe ordenar al Ministerio de Justicia y al inspector general de la policía que adopten todas las medidas necesarias para llevar ante la justicia a aquellos que incitan al odio religioso y criminal.
En los últimos meses, el NCEASL registró 20 incidentes contra los cristianos y sus lugares de culto. En un comunicado de prensa, el grupo señaló que "desde 2015, es decir, desde que asumió el gobierno actual, se han registrado más de 190 casos de violencia religiosa contra iglesias, sacerdotes y fieles. En uno de ellos, ocurrido el 18 de mayo pasado, cerca de 30 monjes budistas y una multitud de 2.000 personas realizaron una protesta contra un lugar de culto cristiano en Devinuwara (en el distrito de Matara)". La asociación afirma que "la libertad de religión o de credo es un derecho fundamental garantizado por la Constitución de Sri Lanka". Por lo tanto, los activistas creen que es "vital que el gobierno ponga un freno rápidamente a la situación actual y que castigue los ataques contra las minorías, a fin de garantizar la integridad de sus esfuerzos de reconciliación".
Según el National Peace Council, la imposibilidad de detener a los culpables "es un claro fracaso de la policía, que es incapaz de proteger a las personas y una renuncia del gobierno a cumplir con rol de protector de todos los ciudadanos". Más grave aún -añade el grupo- es el hecho de que "la violencia verbal y física va acompañada por declaraciones públicas en las que se afirma que Sri Lanka es [un país] cingales y budista, dando a entender que las minorías étnicas y religiosas tienen menor importancia."
La Human Rights Commission de Sri Lanka afirma que "la ola de ataques contra lugares de culto cristiano es una tendencia alarmante del fanatismo religioso y de la intolerancia fuera de control". La Comisión señala que "las obligaciones nacionales e internacionales requieren que el gobierno de Sri Lanka prevenga los actos de violencia y frene la propagación de mensajes de odio." "Cualquier falla .en hacerlo - es la conclusión – será un punto negro en la situación de los derechos humanos y un grave obstáculo para el proceso de reconciliación en nuestro país."
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