Preocupación en la ONU por el Líbano: la tregua de 2006, cada vez más frágil
El Secretario General Guterres advierte de un "error de cálculo" en la frontera entre Líbano e Israel. Hochstein: restablecer la calma "una prioridad absoluta" para ambas partes. El papel de los cascos azules y la resolución 1701 a debate en el Consejo de Seguridad. Hezbolá parece interesado en una posible cancelación.
Beirut (AsiaNews) - En el último informe sobre la aplicación de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que se discutirá hoy en el Consejo de Seguridad de la ONU, y que AsiaNews pudo analizar, el secretario general António Guterres se declara "preocupado". Los temores se refieren a las "violaciones del alto el fuego a lo largo de la Línea Azul", la demarcación entre Líbano e Israel oficializada por Naciones Unidas el 7 de junio de 2000 para poner fin a las hostilidades. La resolución 1701 sigue siendo, para Guterres, un valioso instrumento internacional que ha conseguido asegurar la paz a ambos lados de la frontera entre Líbano e Israel desde 2006.
La coordinadora especial para Líbano, Joanna Wronecka, explicará al Consejo la grave situación de crisis que se vive a lo largo de la Línea Azul y los ataques dirigidos contra el cuartel general de la fuerza de la ONU (Unifil) en Nakoura. En la zona, hace sólo quince días, un soldado nepalí de la fuerza internacional resultó herido por un proyectil sin detonar disparado anteriormente por los israelíes.
La 1701 prevé la retirada de Hezbolá al norte del río Litani y el despliegue del ejército libanés y de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano (Unifil) en la región fronteriza. En su informe, Guterres deploró "la alteración de este orden y el tiroteo entre Hezbolá y otros grupos armados no estatales, por un lado, y las Fuerzas de Defensa de Israel, por otro". Y añadió: "Aunque los intercambios de disparos se limitaron en gran medida a las inmediaciones de la Línea Azul, sigue existiendo el peligro de un error de cálculo y de un conflicto más amplio".
En cuanto a la protección de periodistas y civiles, el Secretario General de la ONU hizo un llamamiento a todas las partes para que respeten los derechos humanos y el derecho internacional. Calificó de "deplorable" la muerte del periodista libanés Issam Abdallah, fallecido en un ataque israelí el 13 de octubre en el sur de Líbano. Una postura similar debe adoptarse también por la muerte ayer de dos reporteros del canal panárabe Al Mayadeen y de un civil que los acompañaba, asesinados por un bombardeo israelí en el sector de Tayr Harfa, un asesinato que suscitó emociones muy fuertes en Líbano. Farah Omar y Rabih Maamari fueron "objetivo deliberado" de los israelíes, según acusó el director general de la emisora.
La preocupación de Guterres es compartida por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien pidió a su enviado para Líbano, Amos Hochstein, que llegó a Tel Aviv el 20 de noviembre, que discutiera las formas de evitar que el conflicto se extienda más allá de la región fronteriza. Según un funcionario estadounidense citado por Reuters, Hochstein "insistirá en que restablecer la calma a lo largo de la frontera norte de Israel es de suma importancia para Estados Unidos y debe ser una prioridad absoluta tanto para Israel como para Líbano".
La posición de Hezbolá
El informe de Guterres condena las violaciones de la libertad de circulación por parte de Unifil. Curiosamente, esta observación coincide con la liberación la semana pasada del principal sospechoso del asesinato de Sean Rooney, un pacificador irlandés atacado en la localidad de Aqibiye por personas próximas a Hezbolá. La decisión se tomó oficialmente por "motivos de salud", pero podría ser algún tipo de mensaje a la fuerza internacional de la ONU. Además, Hezbolá tiene reservas sobre la redacción de la resolución de la ONU, que concede a las fuerzas de paz el derecho a realizar patrullas sin coordinación previa con el ejército libanés.
Los representantes de los países que contribuyen a la fuerza de la ONU asistieron a una reunión general en la sede de la Unifil. "Nos enfrentamos a graves desafíos. Pero el papel de la Unifil sigue siendo ineludible, ya que sigue siendo el único interlocutor imparcial capaz de dialogar con ambas partes para evitar malentendidos y errores de cálculo", declaró el portavoz Andrea Tenenti.
Por parte de Hezbolá, sin embargo, puede que haya llegado el momento de trazar oficialmente una raya bajo la 1701, retirándola de la mesa. "Seamos realistas: la 1701 está muy lejos de nosotros", afirma Mohammad Afif Naboulsi, una de las estrellas emergentes del movimiento chií proiraní. Además, ¿qué sentido tiene esta resolución y la presencia de los cascos azules aquí? ¿Por qué sólo están del lado libanés?", se pregunta Naboulsi, antes de añadir: "Pongamos fin a la guerra en Gaza y todo volverá a la normalidad".
Sin embargo, esta perspectiva, en su opinión, significa una vuelta al statu quo que prevalecía hasta que se alcanzó la resolución. Algo que el propio Israel ya no parece dispuesto a aceptar. Al fin y al cabo, el Estado judío está intentando aprovechar la situación para imponer un nuevo orden en las fronteras que obligue a la parte chií a acatar estrictamente la resolución 1701, algo que hasta ahora sólo ha hecho en parte y de forma cobarde.