Posibilidades de unidad para la oposición en Tiflis

de Vladimir Rozanskij

Cuando falta un año para las elecciones, se plantea el interrogante sobre las posibilidades reales de una alianza entre los diferentes grupos y movimientos que se oponen al gobierno. Pero las distancias siguen siendo marcadas y difíciles de superar. Preocupa que las repercusiones de lo que está ocurriendo en Ucrania puedan también condicionar excesivamente la vida en Georgia.

Tiflis (AsiaNews) - Falta un año para las elecciones parlamentarias en Georgia y la oposición al partido gobernante Sueño Georgiano se plantea posibles estrategias para derrotarlo, llevando al país hacia una línea más decididamente europeísta y alejándose de la influencia de Moscú. Sin embargo, el problema también está condicionado por las múltiples contradicciones que existen en el seno de las mismas fuerzas de oposición y que no parecen fáciles de superar.

Dos politólogos georgianos muy populares en el país, David Darchiashvili y David Zurabishvili, discutieron la situación en Ekho Kavkaza. El tema que se debate es una consideración basada en la experiencia de los últimos años, según la cual cuanto menos probabilidad de ganar tienen los opositores, más se intenta reunificarlos antes de las elecciones.

Zurabishvili se muestra decididamente escéptico sobre la posibilidad de una coordinación real, dada la heterogeneidad de los grupos y movimientos opositores, que tienen a sus espaldas diferentes historias políticas, no exentas de conflictos y heridas aún abiertas. El único factor de convergencia es la aversión a Sueño Georgiano, pero no parece suficiente: "Debería producirse una polarización extrema, de todo o nada, y eso sólo puede ocurrir si el mismo partido en el poder llega a un nivel de radicalización total de sus posiciones, lo que por el momento no se puede afirmar”.

Según el politólogo, "si las elecciones proponen la alternativa: con Ivanishvili y Rusia, o sin Ivanishvili y Europa, entonces quizás haya un enfrentamiento en igualdad de condiciones", pero las probabilidades de que se produzca una confrontación tan neta en modo alguno están cantadas. En ese caso, si los políticos no se unen, seguramente los votantes tomarán partido. Aunque, de todos modos, mucho depende de las reacciones de la Unión Europea a los acontecimientos políticos en Georgia y de lo que ocurra en el frente ucraniano: cuanto más pueda Ucrania afirmar una posición ganadora, más atraída se sentirá Georgia por Occidente.

Darchiashvili recuerda los diversos experimentos del "Frente Popular" de la década de 1980, ya antes de la caída de la URSS, que en parte alimentaron los conflictos internos en el país caucásico. A su juicio, los excesos prorrusos de la política de Sueño georgiano podrían recrear una situación similar, pero “habrá que ver también si Putin es capaz de mantenerse en su puesto tras los fracasos de la operación ucraniana”. El "Movimiento Nacional", principal partido de la oposición, fue fundado por el ex presidente Saakashvili en continuidad con el Frente antisoviético y antirruso.

El Sueño georgiano, por otra parte, intenta esconderse tras la "defensa contra la dictadura" del período de Saakashvili, que había introducido el Estado militar en todo el país para hacer frente a la guerra con Rusia. Por otro lado, la posición del gobierno no es abiertamente anti europea, al contrario, suscribe el 80% de los requerimientos de la UE reservándose algunas opciones para defender sus intereses, especialmente los del fundador Ivanishvili. Sin embargo, asegura Darchiashvili, hay muchos en el partido que apoyan con convicción el ingreso de Georgia en la OTAN y la UE, "no es un grupo de fanáticos fascistas y putinistas".

La propaganda del gobierno hace hincapié en que el interés de Occidente no se centra en Georgia, sino que su principal objetivo es debilitar a Rusia, y por lo tanto se requiere "mucha prudencia". Esta sería la línea adoptada por Ivanishvili, más que "conspirar con el Kremlin". En realidad a los dos extremos del espectro político georgiano les preocupa la excesiva radicalización de la política ucraniana, que a su vez podría condicionar excesivamente la vida de la vecina Georgia.

Sin embargo, sigue abierto el "factor Saakashvili", el incierto destino del ex presidente, en prisión y gravemente enfermo, a quien no se le concede la posibilidad de recibir tratamiento en el exterior, como piden sus partidarios y el propio gobierno de Ucrania, cuya nacionalidad posee el “disidente presidencial”. Todos los partidos de la oposición, concluyen los dos politólogos, "están a favor de Saakashvili, pero enfrentados entre sí", y el ex presidente, por mucho que pudiera influir en la política georgiana, no es famoso por su capacidad para poner de acuerdo a los contendientes

Foto: Flickr / Vladimer Shioshvili