Poco trabajo y salarios míseros: los turcomanos buscan un porvenir en el extranjero
Ya no se trata sólo de los jóvenes, también emigran los empleados públicos mayores de 45 años. Turquía, Rusia y los Emiratos Árabes Unidos son los destinos preferidos. En Turquía podría haber cerca de un millón de emigrantes de Turkmenistán. Para trabajar en su país se ven obligados a pagar sobornos, al igual que para irse a otros países.
Moscú (AsiaNews)- Entre el 1 de marzo y el 10 de abril se produjo un pico de emigración de ciudadanos turcomanos, especialmente de empleados públicos, tanto en oficinas como en fábricas, que renunciaron para buscar fortuna en otro país. La información proviene de Radio Azatlyk, que explicó que, debido a las condiciones de alto desempleo en Turkmenistán -que las estadísticas oficiales no registran- antes emigraban sobre todo los ciudadanos desempleados, pero la crisis económica es tan profunda que los míseros salarios empujan a marcharse incluso a aquellos que tienen trabajo.
El Ministerio de Trabajo y Defensa Social de Ashgabat no publica cifras sobre la situación real del empleo en el país y mucho menos sobre el nivel de pobreza de la población. Abandonan sus trabajos incluso los empleados públicos en las áreas de educación y salud, y se esperan éxodos aún más intensos durante el verano. El Servicio Estatal de Migración también se niega a comentar la situación.
Antes de la pandemia, que nunca fue oficialmente reconocida en Turkmenistán, la migración laboral se producía principalmente entre los más jóvenes, pero la nueva ola parece involucrar a muchos hombres mayores de 45 años que recibían salarios del Estado. En años pasados el primer destino era Turquía, cuando no hacía falta la visa para ingresar a ese país, pero ahora que la entrada se ha restringido la gente se orienta más bien hacia Rusia o los Emiratos Árabes Unidos.
Turquía ha suspendido el régimen de libre ingreso para los turcomanos desde septiembre de 2022 y hoy se demora por lo menos tres meses para obtener una visa, pero el número de inmigrantes a Ankara y Estambul sigue siendo elevado. Las regiones rusas más populares son las de los tártaros de Kazan, Rostov en el Mar Negro o Novosibirsk en el centro de Siberia, mientras que trabajar en Dubái es siempre uno de los objetivos más deseados.
La guerra rusa en Ucrania abre nuevas posibilidades para los inmigrantes laborales de Asia Central, ya que la gran movilización bélica y las grandes pérdidas en combate están creando muchos problemas para encontrar mano de obra en Rusia. Las personas emigran para mantener a sus familias, permitir que los hijos se casen, construir o comprar una casa o que los hijos puedan acceder a la educación superior. Además, para conseguir un trabajo en su país se ven obligados a pagar fuertes sobornos y recibir después salarios muy bajos.
La respuesta indirecta a esta emergencia llega a través de la gran publicidad -que difunden los medios de información del Estado- sobre las nuevas agencias turcomanas de "agregación de cuadros laborales", que ofrecen ayuda para buscar trabajo. La agencia de emigración de Turquía ha calculado que actualmente viven en el país 222.000 ciudadanos de Turkmenistán, aunque la cifra real parece estar más cerca del millón.
Durante la pandemia se suspendieron por más de dos años todos los vuelos internacionales desde Turkmenistán, pero desde que terminaron las restricciones se forman colas interminables ante las ventanillas para conseguir pasajes de avión. Lo mismo ocurre frente a las oficinas municipales para obtener los pasaportes biométricos que requieren al menos tres meses de espera, al igual que las visas para ingresar a Turquía.
Las colas recuerdan la época soviética: un miembro de la familia acude a la oficina a las 6 de la mañana para conseguir el "talón", el ticket que permite hacer cola a las 9 para presentar la solicitud, y desde las primeras horas de la tarde se forma la fila para obtener el ansiado documento. Y en cada etapa hay que dejar un agradecimiento a los funcionarios públicos. Para evitar todas las colas, el mínimo es de 200 dólares, pero puede incluso superar los 1.000 si la persona se pone directamente en contacto con los directivos del aeropuerto. Entonces es suficiente una llamada telefónica desde el aeropuerto a las correspondientes oficinas locales y, como por arte de magia, se abren para los turcomanos las puertas del paraíso.
Foto: Flickr/Citt
13/02/2017 21:19