Pescadores de Sri Lanka protestan contra los altos precios del combustible: las familias pasan hambre

de Melanie Manel Perera

Los trabajadores acusan al gobierno de ignorar la gravedad de la crisis. El precio del combustible pasó de 25 céntimos a casi un euro por litro. La pérdida de ingresos se refleja en la imposibilidad de alimentar a las familias. La pesca y los sectores relacionados emplean a más del 10% de la población, de 22 millones de habitantes.

Colombo (AsiaNews) - "¿Cómo podemos sacar nuestros barcos al mar sin combustible? ¿Y cómo podremos alimentar a nuestros hijos si no echamos las redes? Pues que el gobierno alimente a nuestras familias". En diálogo con AsiaNews, es un grito de alarma desesperado (similar al de muchos otros compañeros) del pescador católico Loyal Fernando. Él es el vocero de la protesta en la zona de Thoduwawa, en Chilaw, una de las principales ciudades del distrito de Puttalam, en la provincia del Noroeste. Acusa al gobierno y a las más altas instituciones de Sri Lanka, que parecen ignorar deliberadamente las preocupaciones de los pescadores, especialmente de los más pequeños, que son al mismo tiempo la mayoría del sector, uno de los principales "recursos" para la economía del país y de toda la zona.

Las últimas estadísticas del gobierno muestran que la pesca y los sectores relacionados emplean a más del 10% de la población, 22 millones de habitantes de toda la isla. Por ello, la situación podría tener fuertes repercusiones en una nación ya marcada por una gravísima crisis no sólo económica, ya que también afecta a las instituciones y a la sociedad civil. Aruna Roshantha, de Negombo, añade que hasta ahora el ejecutivo "no tiene ningún programa para los pescadores. El Parlamento no dice una sola palabra sobre nosotros. Sólo se dedican a debatir programas para proteger sus puestos", denuncia. "El combustible se envía a diferentes lugares siempre que el ministerio lo considere oportuno. Esto provoca conflictos entre los pescadores", agrega.

Aruna también habla en nombre de muchas otras familias y subraya que después de tres meses se ha reanudado la lucha en las calles. El objetivo es defender los derechos y proteger a los trabajadores del sector, que ahora "no tienen comida". "No hay manera de vivir. No podemos permitirnos quedarnos en casa cuando nuestros hijos lloran de hambre. "Necesitamos que el combustible se venda a un precio fijo", advierte. "Si no, que nos entreguen la comida". Eso es todo lo que pedimos". "Exigimos el pago de al menos 40 mil rupias (unos 110 euros) por familia por los últimos tres meses, como compensación por el trabajo perdido". Y también queremos combustible a precios razonables, no a los "precios especulativos" de los últimos días.

En el pasado, el combustible para los barcos solía costar 87 rupias por litro (unos 25 céntimos de euro), pero en el último periodo los precios se han disparado a 340 rupias por litro (casi un euro). Los pescadores se quejan de que los costes son insostenibles y exigen que se limiten los aumentos y se vuelvan a aplicar precios "razonables" o, de lo contrario, "que el gobierno alimente a nuestras familias". Una reivindicación que comparte y reafirma Herman Kumara, el coordinador nacional del Movimiento Nacional de Solidaridad con la Pesca (National Fisheries Solidarity Movement, NAFSO). En diálogo con AsiaNews, se refiere al estado de profunda crisis en que se encuentran los pequeños pescadores (Small Scale Fishers, SSF). Advierte que no reciben una cantidad adecuada de combustible y que más del 75% de ellos han abandonado el sector. Sin embargo, denuncia, “está claro que este Gobierno no escucha a los más pobres y marginados, que contribuyen a alimentar el país”.

Las protestas y manifestaciones comenzaron el 17 de agosto y afectan a varias localidades de Sri Lanka, desde Karukupanei hasta Muthupanthia, e incluso distritos del norte como Mullaitivu, Jaffna y Mannar, o en el sur, desde Galle hasta Matara. Herman Kumara concluye su declaración con una broma amarga: "Podemos considerar todo esto como un regalo del Gobierno a los pescadores”, en el Año Internacional de la Pesca y la Acuicultura en Pequeña Escala” declarado por la ONU.