Pedido de Putin al business chino: Cooperemos para desarrollar el Lejano Oriente ruso

de Nina Achmatova

El “Dalni Vostok” que un tiempo fue terreno de enfrentamiento entre las 2 potencias se convierte en escenario para las pruebas de alianza entre Moscú y Beijing. Del vértice Brics, el jefe de Estado ruso invita a las sociedades de la República popular al próximo Fórum de Vladivostok y apunta a obtener las necesarias inversiones extranjeras para las inmensas y remotas regiones del Este, ricas de recursos. Analistas: Beijing no apunta al control del orden ruso sino asegurarse la suministración de materias primas necesarias para su crecimiento.

Moscú (AsiaNews)- Históricamente tierra de rivalidades territoriales y teatro de sanguinarios enfrentamientos entre los dos ejércitos, el así llamado “Lejano oriente ruso” (Dalni Vostok) es hoy terreno sobre el cual se intenta concretizar la nueva alianza entre Moscú y Beijing, en el cual los ligámenes- al menos económicos y comerciales- fueron reforzados por la congelación de las relaciones del Kremlin con el Occidente por causa de la crisis ucraniana. Un nuevo pedido de Rusia a los inversores chinos, para que desarrollen con sus capitales este inmenso territorio de grandes potencialidades, pero por decenios abandonado por el poder central, llegó recientemente por el presidente Putin.

Desde el encuentro del Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), por él hospedado en Ufa, auspició la directa contribución de la República popular y un proyecto de desarrollo impensable de sostener solamente con las fuerzas rusas e invitó al business chino a participar al “Fórum económico del Lejano Oriente ruso”, que se realizará el 4-5 septiembre en Valdivostok. “Pienso que las sociedades chinas podrían participar y dar una contribución para la realización de aquellos objetivos que se han prefijado en esta región y se entiende también con sus ventajas”, lo declaró después del encuentro que reunió al bloque “alternativo” al Occidente del 8 al 9 de julio pasados.

De esta cuestión se discutió en el bilateral encuentro con el homólogo Xi Jinping, al margen del encuentro., en el cual se habló también de la visita a Beijing del jefe de Estado ruso el próximo 3 de septiembre y de la volatilidad de los mercados accionarios chinos, sobre cuya estabilización las autoridades rusas han expresado confianza hacia las medidas emprendidas por Beijing.

El idilio entre los 2 presidentes se realizó mientras que en Rusia, la opinión pública continúa viendo con sospecha la posible “avanzada” china en el Este. La firma de una carta de intenciones entre el Territorio Trans-Baikal, en Siberia oriental y la china Huae Siban, en base a la cual esta última prevé investir unos 24 billones de rublos (unos 500 millones de dólares) para el desarrollo del sector agro-alimenticio local, con un contrato de leasing a largo plazo para la utilización de terrenos agrícolas actualmente no cultivados, despertó diversas polémicas y críticas de parte de los diputados nacionalistas.

Dada la cercanía del “Dalni Vostok” con la frontera china, las relaciones comerciales entre los dos países siempre fueron prósperos, pero lo que se está realizando en estos últimos años es un notable salto de nivel, con capitales de la República popular directamente invertidos en estas regiones, ricas de recursos: minerales de hierro, oro, carbón, hidrocarburos, metales y tierras raras, todos indispensables para dar de comer al crecimiento chino. Con miles de km cuadrados de tierras inexploradas, el Lejano Oriente es el más grande de los 8 distritos federales rusos, habitado por apenas 7,4 millones de personas contra los 90 millones de chinos que viven más allá de la frontera.

A continuación de la guerra de frontera, en 1969, Moscú y Beijing no han jamás dejado de mirarse con sospecha, pero lo beneficios recíprocos que llegan al comercio e inversiones han iniciado a erosionar las viejas hostilidades. Se crearon Zone económicas especiales en la región de Amur, la Región autónoma hebrea y en los territorios de Primerye y Khabarovsk; los chinos han invertido 3 billones de dólares en diversos proyectos sólo en el año 2013, como lo reporta al China Daily. El intercambio comercial entre los 2 vecinos llegó a 95,3 billones de dólares el año pasado, convirtiendo a China hoy en el “socio comercial número 1” para Rusia, como lo dijo Putin, que se prefijó como objetivo de llevar el dato a 200 billones.

“Rusia necesita cooperar con otro país para abrir el Far East y el socio natural es China, que tiene muchos más recursos financieros de Japón y Corea del Sur”, dijo Boris Krasnojenov, analista de Renaissance Capital. El mayor problema reside en las infraestructuras: “China no está interesada en adquirir el control societario de compañías rusas- agregó el analista- lo que quiere es garantizarse el suministro estable de materias primas y construir infraestructuras que le permitan llevarlos al mercado doméstico”. China se asegura materias primas y las sociedades rusas las inversiones extranjeras de las cuales necesita: “es una solución win-win” hizo notar Svetlana Kosmotromitinov, experta del sector minero.

Para muchos, la relanzada alianza chino-rusa no se detendrá en el campo de las inversiones. Aquello que en la Federación se teme más de todo y sobre lo cual ya se realizan controles es la inmigración ilegal: el Far East ruso podría convertirse en una válvula de desahogo para el billón y 300 millones de habitantes de China, 8 veces más que el de la Federación. Con la agricultura que representa una de las actividades que más crece en la región y por el empleo más estable, respecto al comercio en la calle o la edilicia (típico de los migrantes temporáneos), se teme que siempre más chinos aspiren a establecerse en territorio ruso en modo permanente.