de Gianni Criveller

La felicitación navideña del director de AsiaNews, el padre Gianni Criveller: "De Myanmar a Gaza - pasando por Irán, Hong Kong y muchos otros países - la paz prometida en la noche de Belén es una tarea aún por realizar y que nos compromete personalmente. Dios ama a las mujeres y a los hombres de buena voluntad que sufren por la libertad y la paz: nuestro pensamiento está con ellos en esta Navidad".

 

Queridísimas/os lectoras y lectores de AsiaNews

Esta es mi primera felicitación navideña como director de esta agencia que informa diariamente sobre la vida de las comunidades en Asia. Un deseo que les dirijo con sentimientos encontrados: junto a la alegría de la Navidad mi alma siente preocupación, pena e indignación.

Preocupación por las numerosas situaciones de pobreza que siguen haciendo difícil la vida de las familias, las comunidades y los pueblos del gran continente asiático. Los jóvenes y, en particular, las mujeres jóvenes se ven obligados a dejar a sus familias para buscar trabajo en otros lugares, donde a menudo son explotados y se les impide realizar los legítimos proyectos de toda pareja joven: construir una familia y una perspectiva de vida segura y digna para ellos, sus cónyuges y sus hijos.

Es una Navidad de dolor para las víctimas de las guerras, el terrorismo y la violencia. AsiaNews las sigue de cerca: la guerra del ejército de Myanmar contra su propio pueblo, a la que los misioneros del PIME prestan especial atención; la interminable y sangrienta guerra de Ucrania (que seguimos a través del blog Mondo Russo); la horrible guerra de Gaza -una masacre sin fin- que comenzó tras la atroz violencia del 7 de octubre en Israel. Las víctimas, como nunca antes, son principalmente niños y sus madres, y mujeres en cuanto mujeres.

Por desgracia, los conflictos no se detienen aquí: por nombrar sólo algunos, sigue sin haber paz en Nagorno Karabaj, Yemen y Siria; la violencia continúa bajo otras formas en Irak y Afganistán.

Y nos indignan, además de preocuparnos y entristecernos, las graves violaciones de las libertades religiosas, políticas y civiles en demasiados países y zonas de Asia. Cómo no recordar con indignación la violencia estatal contra las mujeres en Irán; las políticas represivas en las provincias del Tíbet, Xinjiang y Hong Kong.

Esta última es la ciudad de mi misión, he pasado allí la mayor parte de mi vida adulta (y soy residente). Hemos informado en AsiaNews de las historias de mujeres y hombres de esta maravillosa ciudad cuyas vidas se están viendo perturbadas por la implacable aplicación de la liberticida Ley de Seguridad Nacional, introducida el 1 de julio de 2020. Tengo amigos valientes y no violentos, a los que respeto y quiero, que pasarán otra Navidad, o la primera, en la cárcel. No puedo, sinceramente, celebrar la Navidad sin sentirme preocupado, entristecido e indignado por el injusto destino al que se ven sometidos por su compromiso con el bien social motivado por su fe cristiana.

En la noche de Navidad se prometió la paz. Pero esta paz no existe. Más que una profecía, parece una tarea aún por cumplir, y que nos implica personalmente. Y es la razón que nos impulsa cada día a hacer AsiaNews y a pedir vuestro apoyo para continuar esta labor.

Las palabras pronunciadas en los cielos de Belén se tradujeron, en el pasado, con la expresión 'paz en la tierra a los hombres de buena voluntad'. Hoy se prefiere traducir 'paz a los hombres que Dios ama'. Poco cambia: Dios ama a las mujeres y a los hombres de buena voluntad que sufren porque están comprometidos con la causa de la libertad y de la paz. Nuestros pensamientos van hacia ellos: que sea para ellos una Navidad de libertad y de paz. Se puede ser libre aunque se esté encadenado. San Pablo lo afirma; y antes que él, Jesús mismo lo atestiguó: arrestado, juzgado y condenado aunque inocente. Repito: se puede ser libre aunque se esté entre rejas; y se puede ser prisionero de las mentiras del poder aunque se esté lejos de la cárcel.

Hace ochocientos años, Francisco de Asís inventó el pesebre para representar la humildad y la humanidad de Dios, que se da a conocer como un niño, cuyo nombre es Príncipe de la Paz. El niño Jesús que colocamos en el pesebre del belén; los niños con los que celebramos la Navidad, nos traen la sonrisa, la fe, la esperanza y el amor que necesitamos. Paz en los pueblos de Asia, paz en los cristianos de Asia, paz y seguridad para los niños y sus madres. Paz en Belén, en Jerusalén y en Gaza. Paz en el mundo entero.

En la foto: la luz de Navidad llevada a los pobres de los barrios marginales por la Fundación San Martino, promovida por la Parroquia de Pime en Bangkok.

 

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