Patriarcado Latino: las ofrendas de la misa de mañana serán para los cristianos de Gaza

Patriarca Pizzaballa: el dinero recogido será donado a las comunidades de la Franja como "signo de solidaridad". Los fondos recaudados se destinarán a "las necesidades que han surgido" debido a la guerra relámpago. Padre Romanelli: Ningún miembro de la comunidad "resultó herido", pero los daños y la conmoción son profundos. El apoyo espiritual y económico es "importante".

Jerusalén (AsiaNews) - Como "signo de solidaridad" de la diócesis del Patriarcado latino se llama a "todas las parroquias e iglesias" a donar "las ofrendas del domingo 30 de mayo -solemnidad de la Santísima Trinidad- [...] a nuestra comunidad en Gaza". Es el llamamiento lanzado en los últimos días por el Patriarca Latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, para ayudar a los cristianos de la Franja que también se han visto afectados por el reciente conflicto relámpago entre Israel y Hamás. Según las intenciones del patriarca, el dinero recaudado se destinará "a las necesidades que han surgido tras la guerra de estos últimos días". Y añadió que todos cuentan "con vuestra generosidad".

"Tras la tensión y el conflicto que hemos vivido recientemente -subrayó Su Beatitud-, volvemos nuestros corazones y nuestra mirada a las necesidades de nuestros hermanos y hermanas en Cristo, especialmente de los que están en Gaza y en los lugares más afectados por el intercambio de fuego cruzado durante once días seguidos. Para el Patriarca Pizzaballa "el sufrimiento de la población se ve acentuado por enfrentamientos y atentados mortales, mientras continúa la lucha contra el Covid-19 que no ha dejado de extenderse en esa zona". De ahí el llamamiento final a "compartir algunos de sus recursos para aliviar el sufrimiento de los cristianos de Gaza".

La iniciativa del Patriarcado Latino de Jerusalén es acogida con gratitud por los cristianos de la Franja, como informa a AsiaNews el padre Gabriel Romanelli, un sacerdote argentino del Verbo Encarnado que es responsable de la parroquia de la Sagrada Familia en Gaza. "Ahora estamos bastante bien", dice el párroco, "y podemos decir que nos hemos beneficiado de la especial protección del Señor, porque ningún miembro de la comunidad resultó herido a pesar de que el bombardeo fue intenso. Las casas temblaban como una cuna, pero no era una nana... eran bombas".

El apoyo espiritual (y económico) de la comunidad cristiana de Tierra Santa "es importante", subraya el Padre Romanelli, hecho "de oraciones y sacrificios, para que podamos seguir dando nuestro testimonio con esperanza, serenidad y alegría". "Aspiramos a una paz duradera -añade el párroco- pero ésta sólo es posible si se basa en la justicia". En todo este tiempo, a pesar de la guerra y los bombardeos, "no hemos dejado de estar conectados, de vivir la comunión. Ahora mucha gente vuelve a la iglesia para rezar y adorar, y como Iglesia también intentamos ayudarles a nivel material." "Ayudamos a todos los que nos rodean. La mayoría no es cristiana [son musulmanes], pero aún así queremos estar cerca de ellos porque realmente estamos viviendo una auténtica posguerra: un conflicto que sólo duró 11 días, pero que puede cambiar, si no destruir, la vida de muchas personas. Basta con pensar en los más de 60 niños que murieron"

Por último, el P. Romanelli describe "el trauma y la conmoción de muchas madres y padres. Tienen grabado en su mente lo que han vivido, el drama personal de las bombas que caen cerca, los vidrios de las ventanas destrozados y el miedo. Por ahora - concluye el sacerdote - la tregua se mantiene, pero la gente tiene miedo, pues piensa que la violencia puede volver en cualquier momento".