Patriarca de Bagdad a la ONU: Nuevas leyes contra Estados o individuos que apoyan a los terroristas
Nueva York (AsiaNews) - Hoy en el Consejo de Seguridad de la ONU se ha programado una sesión dedicada al drama de los cristianos - y otras minorías perseguidas - en Irak y en todo Oriente Medio. A promovido la iniciativa en el máximo órgano de la ONU Francia, presidente de turno, que solicitó una audiencia sobre las condiciones de las víctimas de la violencia - del Estado Islámico y otros grupos extremistas - en la región, debido a su fe o etnia. Este es el primer debate dedicado a la persecución de los cristianos en la sede de la ONU en Nueva York.
Durante la sesión especial tiene previsto asistir el patriarca caldeo Louis Sako Raphael I, que cuenta la difícil situación de los refugiados cristianos, cientos de miles de personas expulsadas de sus hogares y, por meses, obligados a sobrevivir en refugios o viviendas temporales . En el discurso, remitido a AsiaNews, Su Beatitud habla de un "impacto negativo" de la Primavera Árabe, que no ha alcanzado los objetivos de "la paz, la estabilidad y el progreso". Invoca el "total apoyo" de la comunidad internacional para que el gobierno central de Bagdad y las autoridades kurdas en Erbil.
Por último, señala algunas propuestas concretas para una convivencia futura entre personas de diferentes religiones, contrarrestar el fenómeno del fundamentalismo y el terrorismo de los religiosos. Entre ellos: las leyes que promueven la igualdad; tono moderado en los discursos de los líderes religiosos y la lucha contra el extremismo, que debe ir acompañada de una reforma del sistema educativo y la exégesis de los textos de acuerdo con el criterio de "tolerancia cero" a las tendencias violentas; leyes estrictas contra naciones o individuos que financian o apoyan el terrorismo de varias maneras; promover el trabajo de las organizaciones pro derechos humanos y la sociedad civil.
Aquí, a continuación, el texto completo de la intervención del Patriarca Sako a la ONU enviado a AsiaNews:
A nombre de los cristianos de diferentes denominaciones étnicas y culturales, que en Oriente Medio se enfrentan a dificultades y pruebas extremas que parecen no tener fin, quiero expresar mi más sincero agradecimiento al gobierno francés para la promoción de esta iniciativa humanitaria. Y, sobre todo, el ministro francés de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius.
Damas y caballeros,
como creo que todos ustedes saben, este año se cumple el centenario de las masacres contra los cristianos en 1915. Hoy, cien años después, estamos viviendo una situación catastrófica similar a esa, y que ha empujado a muchas familias a abandonar el país. Esta es una gran pérdida para todos. En honor a la verdad, la llamada primavera árabe ha tenido un impacto negativo para nosotros. Ojalá hubiéramos tenido la oportunidad de trabajar en armonía con el mosaico de religiones y grupos étnicos que conforman nuestra región, veríamos tomar forma una fuerza capaz de liderar la región hacia la paz, la estabilidad y el progreso.
Desde esta tribuna, me gustaría llevar un mensaje inspirado en los valores espirituales y humanitarios: la convivencia con una óptica positiva, basado en la justicia y la paz en el espíritu del amor y la amistad, debe seguir siendo una prioridad para el Consejo de Seguridad de la ONU.
En cuanto a mi país, les pido apoyo total al gobierno central y el gobierno regional kurdo en la liberación de todas las ciudades iraquíes y, en lo que respecta especialmente a cristianos, yazidis y shabaks, la ciudad de Mosul y todos las ciudades y pueblos de la llanura de Nínive; es necesaria garantizar la protección internacional para sus habitantes, obligados por la fuerza a abandonar sus hogares (zona de seguridad); y aprobar una ley sobre bienes raíces para garantizar sus derechos a sus tierras, y que les permita regresar a sus hogares y reanudar sus vidas en condiciones normales. También una precisa responsabilidad del gobierno central para garantizar su adecuada compensación por los daños sufridos.
El problema principal es comprender los diferentes elementos que caracterizan el Estado: la religión, la ciudadanía, los individuos, las comunidades, el papel de la mujer y de la educación nacional, de modo que podamos vivir juntos en paz y respeto mutuo.
Los grupos extremistas islámicos se niegan a vivir al lado de los no musulmanes. Ellos los están persiguiendo y desarraigando de sus hogares, están cancelando su historia (y su memoria). Estamos en presencia de una muy grave crisis ideológica y un intento de monopolizar el poder, el vaciado de las instituciones y la restricción de la libertad.
Esta horrible situación nos lleva a establecer principios, basados en el derecho internacional, para prevenir esta discriminación catastrófica contra los seres humanos y la humanidad.
Al mismo tiempo, es importante entender que estos actos terroristas no van generalizados ni asociados, por extensión a todos los musulmanes. De hecho, existe una mayoría silenciosa y pacífica de musulmanes que rechazan una tal politización de la religión; ellos aceptan vivir una vida normal con los otros, al interior del estado civil y siguiendo los dictámenes del derecho. La paz y la estabilidad no pueden alcanzarse sólo gracias a las acciones militares; de hecho, solas no están en grado de desmantelar este modo totalizante de pensar que destruye a seres humanos y a las piedras, en otras palabras a la civilización.
Esto implica que la comunidad internacional- también comprendida la Liga árabe y la Organización de la cooperación islámica- debe iniciar acciones legales decididas y medidas definitivas. Pero todo esto, se lo puede alcanzar a través de respuestas de tipo político, culturales y educativas. Estas soluciones deben ser adecuadas al fin de proteger al mosaico nacional que está formado por cada individuo, persona y grupo, sin distinción de naturaleza étnica o religiosa. Es para ellos la precisa tarea de proteger los derechos de todos los ciudadanos y reforzar las relaciones entre ellos.
Particular atención debe ser dedicada también a una amenaza aún más grande. A millones de niños y de jóvenes se les niega el derecho al estudio y la posibilidad de frecuentar la escuela. Millones de refugiados están obligados a vivir en campos prófugos, sin las debidas atenciones y curaciones. La creciente frustración, la desocupación y la pobreza podrían pronto favorecer el desarrollo de una atmósfera caracterizada por sentimientos de venganza y extremismo. Por esto hoy es aún más necesario tomarse cuidado y atención de estos refugiados, darles respuestas concretas a sus necesidades y a sus crecientes sufrimientos.
Les indico aquí, a continuación, una vía práctica y concreta para salir de este círculo vicioso.
- Pedir, pasando a través de las Naciones Unidas, políticas gubernamentales basadas en la actualización de la Constitución y las leyes. Esto debería permitir una mejor promoción de la justicia, de la igualdad y de la dignidad de todos, en cuánto ciudadanos, sin discriminar un grupo en desventaja de otro. Es indispensable que nuestros países puedan gozar de gobiernos civiles, en los cuales sea garantizada la igualdad entre todos los ciudadanos. Estos gobiernos son los responsables de la protección de todos los individuos y deben preservar los derechos legítimos de todos sus ciudadanos.
- Alentar a los líderes religiosos a adoptar un tono moderado en los discursos, que refuerce el sentido de ciudadanía entre los individuos. Ellos deben adoptar una cultura de la pertenencia a sus países y no sólo a sus confesiones religiosas o tribus. Un elemento necesario es la reforma de los programas educativos, que puedan favorecer los principios del respeto entre los ciudadanos y la promoción de la tolerancia y de la comunicación. Esto llevaría a una condena neta de las divisiones, del odio y del espíritu de venganza. Todo esto serviría también para proteger a las generaciones futuras de las consecuencias del extremismo, de la violencia, del terrorismo. Para alcanzar este objetivo, las jerarquías religiosas deben presentar una adecuada exegesis de los textos religiosos, según el principio de la “tolerancia cero” en el sacar del contexto los textos religiosos.
- Aprobar una ley que castigue a las naciones y a los individuos que apoyen a los grupos terroristas financieramente, intelectual o con armas; hacerlos perseguibles y considerar sus gestos como crímenes contra la paz social.
- Promover el desarrollo de las organizaciones por los derechos humanos y la sociedad civil. Estas organizaciones deberían ser apoyadas y mantenidas de tal modo que no sean sólo de rol consultivo, sino que tengan la posibilidad de actuar y en dos diversos planos: regional e internacional.
Les agradezco y les doy mis mejores augurios para vuestra misión humanitaria.
* Patriarca de Babilonia de los caldeos y presidente de la Conferencia episcopal iraquí
Al mismo tiempo, es importante entender que estos actos terroristas no deben ser generalizada y asociada, en su totalidad, a todos los musulmanes. De hecho hay una mayoría silenciosa de musulmanes pacíficos que rechazan una politización de la religión tal; aceptan vivir una vida normal con los demás en el estado civil y siguiendo los dictados de la ley. La paz y la estabilidad no pueden alcanzarse sólo a través de acciones militares; del sol, de hecho, no son capaces de desmontar esta manera totalizadora de pensar que destruye los seres humanos y piedras, en otras palabras la civilización.
Esto implica que la comunidad internacional - incluyendo la Liga Árabe y la Organización de Cooperación Islámica - ha decidido emprender acciones legales y medidas definitivas. Todo esto se puede lograr a través de las respuestas políticas, culturales y educativos. Estas soluciones deben adaptarse a fin de proteger el mosaico nacional que se forma por cada persona individual y de grupo, independientemente de las diferencias étnicas o religiosas. Es su tarea específica para proteger los derechos de todos los ciudadanos y fortalecer las relaciones entre ellos.
Particular atención debe darse también a una amenaza aún mayor. Millones de niños y jóvenes se les niega el derecho a la educación y la oportunidad de asistir a la escuela. Millones de refugiados se ven obligados a vivir en campos de refugiados, sin el debido cuidado y atención. La frustración creciente, el desempleo y la pobreza pronto podrían ayudar a desarrollar un ambiente caracterizado por sentimientos de venganza y el extremismo. Por ahora esto es más necesario para cuidar de estos refugiados, dar respuestas concretas a sus necesidades y sus dolores de crecimiento.
Aquí, entonces, a continuación, de una manera práctica y concreta para salir de este círculo vicioso.
Ecco dunque, di seguito, una via pratica e concreta per uscire da questo circolo vizioso.
- Chiedere, passando attraverso le Nazioni Unite, politiche governative basate sull’aggiornamento della Costituzione e delle leggi. Questo dovrebbe permettere una migliore promozione della giustizia, dell’uguaglianza e della dignità di tutti, in quanto cittadini, senza discriminare un gruppo a vantaggio di un altro. È indispensabile che i nostri Paesi possano usufruire di governi civili, in cui viene garantita l’uguaglianza fra tutti i cittadini. Questi governi sono responsabili della protezione di tutti gli individui e devono preservare i diritti legittimi di tutti i loro cittadini.
- Incoraggiare i leader religiosi ad adottare un tono moderato nei discorsi, che rafforzi il senso di cittadinanza fra gli individui. Essi devono adottare una cultura dell’appartenenza ai loro Paesi e non solo alle loro confessioni religiose o tribù. Un elemento necessario è la riforma dei programmi educativi, che possano favorire i principi del rispetto fra cittadini e la promozione della tolleranza e della comunicazione. Questo porterebbe a una condanna netta delle divisioni, dell’odio e dello spirito di vendetta. E tutto questo servirebbe anche a proteggere le generazioni future dalle conseguenze dell’estremismo, della violenza e del terrorismo. Per raggiungere questo obiettivo, le gerarchie religiose devono presentare una adeguata esegesi dei testi religiosi, secondo il principio della “tolleranza zero” nell’estrapolare i testi religiosi dai loro contesti.
- Approvare una legge che punisca nazioni e singoli individui che sostengono gruppi terroristi a livello finanziario, intellettuale o con le armi; renderli perseguibili e considerare i loro gesti come crimini contro la pace sociale.
- Promuovere lo sviluppo delle organizzazioni per i diritti umani e della società civile. Queste organizzazioni dovrebbero essere sostenute di modo che essere non abbiano solo un ruolo consultivo, ma anche attivo e su due diversi piani: regionale e internazionale.
Pregunta, a través de las Naciones Unidas, las políticas gubernamentales sobre la base de la actualización de la Constitución y las leyes. Esto debería permitir una mejor promoción de la justicia, la igualdad y la dignidad de todos, como ciudadanos, sin discriminar a un grupo a favor de otro. Es esencial que nuestros países pueden tomar ventaja de los gobiernos civiles, que está garantizada la igualdad de todos los ciudadanos. Estos gobiernos son responsables de la protección de todas las personas y deben preservar los derechos legítimos de todos sus ciudadanos.
Anime a los líderes religiosos a adoptar un tono moderado en los discursos, lo que refuerza el sentimiento de ciudadanía entre los individuos. Deben adoptar una cultura de pertenencia a sus países y no sólo a su tribu o religiosa. Un elemento necesario es la reforma de los programas educativos, que pueden favorecer los principios de respeto entre los ciudadanos y la promoción de la tolerancia y la comunicación. Esto llevaría a una fuerte condena de divisiones, odio y venganza. Y todo esto también serviría para proteger a las generaciones futuras de las consecuencias del extremismo, la violencia y el terrorismo. Para lograr esto, las jerarquías religiosas deben presentar una exégesis adecuada de los textos religiosos, de acuerdo con el principio de "tolerancia cero" en la extrapolación de los textos religiosos de sus contextos.
Aprobar una ley que castiga a las naciones e individuos que apoyan a grupos terroristas en los brazos financieros, intelectuales o; hacerlos procesables y considerar sus acciones como crímenes contra la paz social.
Promover el desarrollo de las organizaciones de derechos humanos y la sociedad civil. Estas organizaciones deben ser apoyadas para que sean no sólo una función de asesoramiento, sino también activa en dos niveles diferentes: regionales e internacionales.
Le doy las gracias y me volví mis mejores deseos para su misión humanitaria.
* Patriarca de Babilonia de los Caldeos y Presidente de la Conferencia Episcopal de Irak.
17/12/2016 13:14