Patriarca caldeo: ataque terrible contra peregrinos chiíes. Un país en el abismo

Un atacante suicida del Estado Islámico, a bordo de un camión bomba, golpeó algunos autobuses de peregrinos. Muertos un centenar de fieles chiíes que celebraban la fiesta del Arbaeen. Mar Sako habla de "violencia sin fin", no son suficientes las oraciones, se necesita una "acción eficaz y compartida". Hoy en Bagdad ordenó a dos sacerdotes, un signo "de la vitalidad de la Iglesia".

Bagdad (AsiaNews) - Un ataque "terrible" en el contexto de una "violencia sin fin" que todos los días "genera cientos de muertes" en Irak, un país que ha caído "en un abismo". Esto es lo que le dice a AsiaNews el patriarca caldeo mar Louis Raphael I Sako, al comentar sobre el ataque de ayer contra un grupo de peregrinos chiíes en Hilla, situada entre las ciudades santas de Kerbala y Bagdad. "Desde la guerra contra Daesh los atentados - continúa el primado de la Iglesia iraquí - cada día dejan un recuento de cadáveres. Ahora bien, estas muertes se han convertido en un fenómeno cotidiano, al que nosotros mismos y el mundo poco a poco se están acostumbrando, como si fuera una rutina".

Se eleva a casi 100 el balance actualizado de las víctimas de ayer contra un grupo de peregrinos chiíes, reclamado por las milicias del Estado islámico (EI), que también causaron decenas de heridos. Un camión bomba conducido por un atacante suicida atacó a un grupo de siete autobuses que transportaban a los iraquíes, iraníes y ciudadanos de Bahrein.

Fuentes locales dijeron que la explosión fue muy poderosa y devastó la zona circundante.

Las autoridades iraquíes habían preparado estrictas medidas de seguridad antes de las celebraciones del Arbaeen, al final de los 40 días de luto por la muerte del imán Hussein, nieto de Mahoma quien murió en el año 680 en la batalla de Karbala. Celebración que, en los últimos días, llevó a la ciudad iraquí, santa para los chiíes, entre 17 y 20 millones de personas.

Sin embargo, los militantes del Estado islámico - comprometidos a defender la fortaleza de Mosul de la ofensiva lanzada el 17 de octubre por el ejército y los kurdos Peshmerga - han logrado golpear con un atacante suicida. A sólo unas pocas horas del ataque suicida la agencia Aamaq, cercana de las milicias yihadistas, reivindicaron la matanza en Hilla, a 120 km al sudeste de Bagdad.

De la "tragedia de los refugiados de Mosul y miles de viviendas destruidas por los yihadistas", hasta los ataques "que golpean Bagdad y otras partes del país," Irak está experimentando "una tragedia sin fin" que involucra "personas inocentes", dijo el patriarca Sako. "Estamos frente a un mundo y un pueblo sin valores". Golpear "peregrinos que regresaban de una oración", así como atacar iglesias y mezquitas son el símbolo de una "barbarie" sin fin.

Su Beatitud habla de "actos extremos" que tienen como objetivo "crear el odio, las divisiones, para aplastar a una nación y su tejido social". Frente a todo esto, añade, es aún más urgente la "necesidad de reconciliación, de encuentro entre cristianos y musulmanes, entre suníes y chiíes".

En este momento los líderes chiítas - junto con personalidades del mundo sunita - "han condenado el ataque" dice el patriarca caldeo, pero ahora "ya no es suficiente con condenar, porque se necesita una acción eficaz y compartida. Hay que cambiar la mentalidad y la cultura, para acoplarse en la reforma social y educativa que contraste con esta ideología violenta".

"A la lógica de la muerte y la destrucción - concluye mar Sako - la Iglesia responde con la oración y la esperanza. Por esto, hoy, es aún más bello celebrar la ordenación de dos nuevos sacerdotes en Bagdad. Un signo de la vitalidad de la Iglesia y un rayo de esperanza, ante el abismo del terror yihadista".