Patriarca armenio: una paz 'sin condiciones previas' entre Ereván y Ankara
Ambos países están dispuestos a nombrar enviados para negociar la normalización de las relaciones. El reconocimiento del genocidio sigue siendo legítimo, como un "deber moral" con los que perdieron la vida. El papel de la Iglesia a favor de los derechos, incluida la libertad religiosa. La defensa de la identidad y la Fratelli tutti deben ser los puntos de referencia en el diálogo.
Ereván (AsiaNews) - El pueblo armenio "es un pueblo pacífico y desea la paz", por eso la iniciativa diplomática en curso entre Ereván y Ankara, con el nombramiento de enviados recíprocos para negociar la normalización de las relaciones, es un elemento "positivo". Así lo declaró a AsiaNews el patriarca católico armenio Raphaël Bedros XXI Minassian, precisando al mismo tiempo que los diálogos deben ser "sin condiciones previas". El primado armenio agregó que la diáspora "tiene todo el derecho" a exigir el reconocimiento del genocidio, no para obtener una "compensación material", sino como un "deber moral" con los que "perdieron la vida".
El ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, afirmó ayer que Turquía y Armenia procederán al nombramiento recíproco de enviados especiales, para discutir "medidas" a fin de normalizar las relaciones. También está pendiente la reanudación de las conexiones aéreas entre Estambul y la capital, Ereván. En 2009 los dos países firmaron un histórico acuerdo de paz para reanudar las relaciones y la reapertura de las fronteras, pero el documento nunca fue ratificado y las relaciones siguen siendo tensas.
La guerra que se libró el año pasado en Nagorno-Karabaj, en la que Ankara apoyó a Azerbaiyán y acusó a Ereván de ocupar territorios azerbaiyanos, volvió a tensar las relaciones. La violencia volvió a estallar en las últimas semanas y provocó la muerte de soldados armenios, en un contexto de continua inestabilidad y ataques - diplomáticos y militares - recíprocos.
El gobierno armenio, recuerda el Patriarca Minassian, afirmó en el pasado reciente que "este será el siglo de la paz" y junto con la contraparte "intentaremos encontrar soluciones pacíficas" encaminadas a la convivencia. Sin embargo, continúa, un "elemento esencial" es que esta paz, los diálogos a través de los cuales se puede alcanzar, deben ser "sin condiciones previas", dentro de una relación "libre" de intercambio y confrontación. Queda abierta la negociación sobre Nagorno-Karabaj, donde "perdimos la batalla, pero no la guerra". "Debe haber - agrega - igualdad de trato entre un país y otro, por el bien común, para vivir de manera honorable, porque, además, la distensión entre Armenia y Turquía puede tener implicaciones beneficiosas para otros países y para toda la región".
El primado armenio afirma que el gobierno de Ereván está "bien dispuesto" para el diálogo y para buscar un acuerdo, pero "no podemos conocer con certeza la posición de la otra parte". Uno de los puntos centrales de la controversia, recuerda el primado, siguen siendo los recursos de Nagorno-Karabaj, especialmente el agua, que "alimenta a Armenia y pasa por el territorio controlado por el gobierno azerbaiyano", poniendo en riesgo el suministro. Todavía quedan puntos "por resolver", advierte, más allá de los eslóganes y las reivindicaciones de "victoria".
La Iglesia armenia, subraya el patriarca, tiene la intención de proteger y salvaguardar "los derechos y la vida" de los católicos que habitan esos territorios. En una perspectiva de diálogo y confrontación, también se propone centrarse en el tema de la "libertad religiosa", que debe ser recíproca y válida "para todos", tanto en Armenia como en Nagorno-Karabaj, porque "en definitiva creemos en un único Dios". La Iglesia, concluye, "trabaja por la paz, la dignidad y la libertad de la persona humana, como afirma el mismo Papa Francisco en la encíclica 'Fratelli tutti', que es nuestro punto de referencia. Porque para valorar al otro no debemos perder nuestra identidad, reclamando siempre el respeto mutuo”.
19/12/2022 14:43