Patriarca Raï: en la misa del Domingo de Ramos, roguemos por el fin del coronavirus
En todo el país, con iglesias vacías, se recibió el inicio de las celebraciones de Semana Santa. Se cancelaron los hábitos tradicionales como las velas y las procesiones, para evitar las aglomeraciones. El purpurado recordó que un creciente número de familias vive en la pobreza. En algunas aldeas, las familias vistieron a los hijos con ropa festiva, aunque respetando el aislamiento.
Beirut (AsiaNews/OLJ) - El nuevo coronavirus ha segado decenas de miles de víctimas en todo el mundo y obliga a la mitad de la población a permanecer entre los cuatro muros domésticos. Y también ha alterado las celebraciones de la Semana Santa, que comenzaron ayer con el Domingo de Ramos. El patriarca maronita Beshara Raï celebró la misa en una iglesia vacía, como hicieron los sacerdotes en todas las parroquias del país de los cedros.
Se cancelaron las costumbres tradicionales, como las velas y procesiones, a causa del riesgo de posibles aglomeraciones de personas. Los fieles del Líbano, como sucede en muchas otras partes del mundo, que van desde Europa a Asia y los Estados Unidos, han seguido las misas por la televisión, desde casa. Y en las redes sociales, publicaron las fotos de la familia para mantener vivos los lazos, a pesar del distanciamiento forzoso.
En las iglesias vacías, no faltaron las oraciones pidiendo por el fin de la pandemia, que ha alterado la vida de naciones enteras. El Card. Raï celebró la misa en la iglesia de Nuestra Señora de Bkerké, desde el exterior, y sin fieles. Durante la homilía, el purpurado recordó la crisis sanitaria en curso y el creciente número de familias que viven en la pobreza. “Roguemos a Dios para que perdone nuestros pecados y salve al mundo del coronavirus - dijo - y para que la vida en la tierra pueda ser retomada” y volver a la normalidad.
En Zahle, el arzobispo de la comunidad greco-católica, Mons. Issam Darwiche, celebró la misa en la iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. “Es la primera vez en la historia reciente - subrayó en la prédica - que esta fiesta se desarrolla sin fieles, sin niños que llenan la iglesia con sus gritos y su alegría. Quiero que sepan que están en nuestro corazón”.
Las mismas escenas se repitieron en las iglesias del valle de la Becá: en algunas aldeas, los sacerdotes recorrieron las calles a bordo de un automóvil, para bendecir - de lejos - a las familias y niños. En Kobeyate, la localidad maronita más grande de la región, las familias respetaron las disposiciones que marcan el aislamiento, pero quisieron que sus hijos llevaran ropa de fiesta y encendieran las velas. En las parroquias de Kobeyate y de las demás aldeas de Akkae, al igual que en Trípoli, Zghorta, Batrún, Marjeyoun, Bint Jbeil, Saïda, Nabatiyé, Jbeil, Kesrouan, Metn… todas las misas se celebraron sin fieles, en un clima surrealista.
30/03/2021 11:34