El secretario de Estado vaticano presidió en nombre del papa Francisco la consagración de la iglesia latina de al-Maghtas. Nuevo llamamiento al alto el fuego, a la liberación de los rehenes y a la búsqueda de una paz basada en la convivencia entre los pueblos. Card. Pizzaballa: «Un regalo de la Iglesia local a los peregrinos de todo el mundo». Para animar espiritualmente la iglesia los sacerdotes y monjas del Verbo Encarnado, al igual que en la parroquia de Gaza.

Amman (AsiaNews) - «Desde este lugar, que está en el punto más bajo de la tierra, desde esta tierra bendita donde sentimos todo el sufrimiento del conflicto, de la inhumanidad y del pecado, desde este lugar donde el cielo se ha abierto, pedimos al cielo el don de la paz, la verdadera paz que nace en los corazones y se extiende por todo el tejido de la sociedad».

Este es el mensaje que el Card. Pietro Parolin, Secretario de Estado Vaticano, ha confiado hoy a la comunidad cristiana de Tierra Santa y a las autoridades de Jordania durante la ceremonia de consagración de la Iglesia del Bautismo, que ha presidido como legado del Papa Francisco en al-Maghtas, la localidad desértica a orillas del río Jordán que una antiquísima tradición cristiana identifica como la Betania de más allá del Jordán donde el Evangelio de Juan sitúa el Bautismo de Jesús.

Un lugar no lejos del Mar Muerto -por debajo del nivel del mar- redescubierto como Tierra Santa en la década de 1990 por el arqueólogo franciscano Hermano Michele Piccirillo, después de haber sido inaccesible durante mucho tiempo debido a los campos de minas tras la guerra de 1967 en las zonas fronterizas entre Israel y Jordania. Sólo hace 25 años que la comunidad católica jordana pudo reanudar la tradición de las peregrinaciones a este lugar a orillas del río Jordán en la fiesta del Bautismo de Jesús. El rey Abdalá II donó terrenos a cada una de las confesiones cristianas del país para que construyeran su propia iglesia en al Maghtas. La primera piedra de la iglesia del Patriarcado Latino -ya terminada- fue colocada por Benedicto XVI durante su peregrinación a Tierra Santa en 2009.

A la ceremonia de hoy, junto con varios miles de cristianos jordanos, asistieron las autoridades del país, que creen profundamente en el mensaje de paz de este Lugar Santo. Representando al Rey Abdalá II estaba el Príncipe Ghazi bin Muhammad, que también es el Presidente del Patronato del Lugar del Bautismo y está trabajando duro para mejorarlo. Un día de celebración, pues, pero que sin duda no olvidó las profundas heridas que está dejando el conflicto en Gaza y en toda la región.

«Mi presencia hoy aquí, también a instancias del Papa, quiere ser un signo concreto de la cercanía de toda la Iglesia a las comunidades cristianas de Oriente Medio», dijo el Card. Parolin durante su homilía en la celebración -. Esta cercanía se ha manifestado de muchas maneras en los últimos meses dolorosos y llenos de guerra, especialmente a través de las palabras del Papa Francisco». El secretario de Estado vaticano recordó en particular el mensaje enviado por Francisco a los católicos de Oriente Medio el 7 de octubre de 2024 -exactamente un año después de las masacres de Hamás que iniciaron la guerra- con la invitación a «ser una semilla de esperanza, una semilla pequeña, una semilla rodeada de oscuridad, pero una semilla que da fruto».

«Quisiera exhortar a todos -añadió el Card. Parolin- a no sucumbir a las dificultades de este momento, confiando en que Dios guía la historia de la humanidad, aunque esta historia tenga signos de violencia, pecado y muerte. En un momento de la historia en el que graves disturbios afectan a esta región, es importante que también los cristianos contribuyan a construir una sociedad justa y pacífica». Y volviendo la mirada a la otra orilla del Jordán -la israelí, que está justo enfrente de al Maghtas, en un tramo en el que el río es poco más que un riachuelo-, el enviado del Papa también volvió a pedir «un alto el fuego, la liberación de prisioneros y rehenes, la garantía de los derechos humanos y la apertura de los corazones de los líderes de las naciones a la búsqueda de la paz y la convivencia entre los pueblos». "No debe ser la violencia", concluyó, “la que determine nuestro futuro”.

«Desde hace quince años esperábamos este acontecimiento excepcional y hermoso», afirmó el Card. Pierbattista Pizzaballa, Patriarca latino de Jerusalén, en su discurso de saludo. «Esta iglesia -había explicado- está ante todo al servicio de toda la comunidad, es decir, de los fieles que viven en Tierra Santa». Pero sus puertas «están abiertas también a todos los queridos peregrinos que invitamos a visitar Jordania y a los que ya la han visitado y desean volver. Es un regalo de la Iglesia local a todos los queridos amigos de todas partes que vienen a ser bendecidos por las aguas del río Jordán y a peregrinar a esta Iglesia».

Precisamente por este motivo, el Card. Pizzaballa agradeció a la Congregación del Verbo Encarnado -el instituto misionero argentino que desde hace muchos años anima también la vida de varias comunidades en Tierra Santa, entre ellas la parroquia de la Sagrada Familia en Gaza- que, con sus sacerdotes y monjas, ofrecerá también un servicio espiritual en al-Maghtas. «Animamos a la gente a hacer un retiro espiritual en este lugar santo y pasar un tiempo en el desierto de Juan el Bautista», concluyó el Patriarca.

Foto: Abouna.org

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