La facción a la que pertenece el primer ministro Li Keqiang ha perdido cuatro millones de miembros en 10 años. XX Congreso del Partido Comunista: el presidente chino quiere un aliado como nuevo primer ministro. Solo el recrudecimiento de la pandemia y la crisis económica podrían impedir a Xi llevar a Hu Chunhua, miembro de la Juventud, a la conducción del gobierno.

 

Beijing (AsiaNews) - Con toda probabilidad sigue existiendo un gran peligro "interno" para que Xi sea elegido para un histórico tercer mandato en el poder durante el 20º Congreso del Partido Comunista Chino (PCCh) del próximo otoño. Sin embargo, desde que llegó al poder en 2012 Xi Jinping ha logrado debilitar progresivamente a la Juventud Comunista, la poderosa facción del Partido a la que pertenece su antecesor Hu Jintao y el actual primer ministro Li Keqiang.

Como informa Nikkei Asia, a fines de 2021 la Juventud Comunista tenía 73,7 millones de inscriptos, cuatro millones menos que 10 años antes. En el mismo período, la adhesión al CCP aumentó 10 millones, alcanzando los 95 millones de miembros.

Xi no tenía una base sólida de poder cuando se convirtió en secretario general del Partido hace una década. Le preocupaba la influencia que ejercía la Juventud, sobre todo gracias a su extensa organización y a eso se debieron sus esfuerzos por marginarla, favoreciendo a sus protegidos de Fujian y Zhejiang, donde era líder provincial del PCCh.

Dado que la permanencia de Xi en el poder se da casi por sentada, la atención de los dirigentes se centra en los posibles reemplazantes de Li Keqiang, quien se acerca al final de su mandato. Uno de los favoritos era Li Qiang, secretario del partido en Shanghái, pero la crisis sanitaria en la megalópolis comercial y financiera del país lo habría hecho caer en desgracia. El otro nombre candente para el puesto de primer ministro es el de Li Xi, jefe del PCCh en la rica provincia sureña de Guangdong, que también es  un hombre de Xi.

La Juventud Comunista apuesta a Hu Chunhua, viceprimer ministro y miembro del Politburó. Está muy bien considerado por sus logros en la lucha contra la pobreza y en la seguridad alimentaria.

Solo un debilitamiento de Xi podría conducir al nombramiento de Hu Chunhua. Si adquiriera tonos dramáticos, el empeoramiento de la pandemia de covid-19 dificultaría la candidatura de Xi y pondría nuevamente en carrera a sus adversarios en el PCCh. Shanghái lleva más de un mes en confinamiento, Beijing todavía no ha dispuesto un cierre total, pero está realizando pruebas masivas y ha alentado a 3,5 millones de ciudadanos a trabajar desde casa. En total, hay brotes activos en 14 provincias, que afectan a 180 millones de personas.

Xi afirmó en reiteradas oportunidades que el gobierno seguirá con la política de "covid cero", en vez de adoptar formas de convivencia con la enfermedad, como ha sucedido en la mayor parte del mundo. Sin embargo, esta insistencia empieza a provocar protestas, canalizadas a través de la web.

Un artículo crítico publicado a fines de marzo por el experto en salud chino-estadounidense Zhang Zuofeng se ha difundido en las redes sociales chinas. El profesor de la UCLA pide abiertamente que se cambie la línea cero-Covid, y sobre todo que terminen los antigénicos controles masivos, que en su opinión aumentan el riesgo de transmisión de la enfermedad.

Los nuevos y prolongados confinamientos podrían ralentizar aún más la economía, que ya se encuentra en dificultades desde el último trimestre de 2021: un lujo que Xi no puede permitirse. Para protegerse, el presidente chino ha puesto la mordaza a los que dan la voz de alarma, como el conocido economista Hong Hao. Habrá que ver si eso es suficiente.

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