16/09/2024, 15.48
OCEANÍA
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Papúa Nueva Guinea: nuevos enfrentamientos por las riquezas de la gran mina dejaron al menos 20 muertos

Vídeos online muestran incendios y familias desplazadas por la presencia de "mineros ilegales" - como los llaman las autoridades - que han migrado a la zona para buscar oro. Los beneficios de la mina Porgera, una de las más ricas del mundo, se distribuyen también a los propietarios locales de las tierras como forma de compensación por los daños medioambientales, lo que provoca enfrentamientos entre los diferentes grupos. El Papa Francisco denunció esta plaga hace pocos días durante su visita.

 

Port Moresby (AsiaNews)- Al menos 20 personas murieron en los violentos enfrentamientos que estallaron hace cinco días cerca de la mina de oro de Porgera, en la provincia de Enga de Papúa Nueva Guinea. El comisario de la policía local, David Manning, emitió una orden de emergencia para proteger las infraestructuras y los residentes de lo que se denominan "mineros ilegales", que "recurren a la violencia para victimizar y aterrorizar a los propietarios locales".

La explotación de esta mina, la segunda más grande de Papúa Nueva Guinea, activa desde la década de 1990, ha vuelto a encender los conflictos entre las poblaciones tribales por la posesión de la tierra. El mismo Papa Francisco se ha referido varias veces a este tema en su reciente viaje a Asia y Oceanía. Hace sólo una semana el pontífice pidió el fin de la violencia tribal y la distribución justa de la riqueza derivada de los recursos naturales.

No resulta claro cuántos mineros ilegales están operando en la región, pero según las autoridades locales, desde que la mina reabrió a fines de 2023 se ha incrementado el número de migrantes que sacan oro de las excavaciones y zonas circundantes y se enfrentan con los dueños locales de la tierras, que perciben ingresos como compensación por los daños ambientales causados por la actividad minera y permiten que las empresas extranjeras exploten el yacimiento y los recursos del subsuelo.

Ya en abril el comisario Manning afirmó que las personas que llegan de otros territorios de Papúa Nueva Guinea tras la reapertura de la mina son "ocupas ilegales". "Estos forajidos ocupan ilegalmente tierras privadas para obtener ganancias ilícitas y no les importa a quién o qué daño hacen. Esta avidez perjudica a las empresas y a las comunidades del valle de Porgera”, había comentado Manning.

Para hacer frente a la situación (y a pesar de que hoy se celebra el Día de la Independencia de Papúa Nueva Guinea), se autorizó al personal de seguridad a utilizar la fuerza para sofocar la violencia. Los vídeos y fotografías que circulan en la red en los últimos días muestran a hombres fuertemente armados deambulando por las calles de la ciudad, edificios en llamas y familias expulsadas de sus casas. El comisionado Manning ordenó a los agentes que trataran a cualquiera que tuviera un arma como una amenaza a la vida: "Eso significa que cualquiera que levante un arma en un espacio público o amenace a otra persona, será derribado", dijo el jefe de policía el sábado. Se desplegaron otros 122 agentes y algunos soldados para restablecer el orden. "También hacemos un llamado a los propietarios de tierras para que apoyen las operaciones de las fuerzas de seguridad para proteger a su propia gente y las infraestructuras en sus tierras", siguió diciendo el comisario Manning.

Según Benar News, New Porgera - la empresa que está explotando la mina - ha suspendido sus actividades porque no puede garantizar la seguridad de su personal. "En las últimas veinticuatro horas la escalada de los enfrentamientos tribales ha afectado a muchos de nuestros empleados", declaró James McTiernan, director ejecutivo de la empresa. A los empleados locales se les permitió tomar licencia no remunerada para poder trasladarse y poner al seguro a sus familias.

La mina de oro de Porgera se encuentra a unos 600 kilómetros al noroeste de la capital, Port Moresby, a una altitud de más de 2.000 metros. Es una de las 10 minas de oro más grandes del mundo y contribuye aproximadamente con el 10% de las exportaciones del país. En mayo se produjo un deslizamiento de tierra que interrumpió las conexiones por carretera que conducían al depósito y mató a más de 100 personas, y por eso en este momento sólo es posible llegar al lugar de la excavación a pie o en avión. En la región viven alrededor de 50.000 habitantes, en un país de 12 millones.

New Porgera Limited actualmente es propiedad en un 51% de accionistas papúes (divididos entre Kumul Minerals, un holding del Estado, los propietarios locales de la tierra y la administración provincial de Enga) y en un 49% de Barrick Niugini, que a su vez es una joint venture entre la canadiense Barrick Gold y la china Zijin Mining. En 2019 el gobierno de Papúa Nueva Guinea se negó a renovar la licencia de las empresas extranjeras, lo que provocó el cierre de la mina en abril de 2020. La reanudación de las actividades el 22 de diciembre de 2023 fue el resultado de largas negociaciones. Los residentes locales han denunciado repetidamente la violencia del personal de seguridad y trataron de llamar la atención sobre el problema de la eliminación de los desechos de la industria minera que desde hace años contaminan los ríos locales y han vuelto improductivas las tierras agrícolas.

 

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