Todavía no se sabe con exactitud el número de víctimas en el nuevo estallido de violencia en la región. Es el episodio más grave de los últimos años; trasladan los cadáveres en camiones. Esta escalada genera fuerte preocupación porque está relacionada con los conflictos entre tribus por tierras y recursos, pero también con una presencia cada vez más masiva de armas de fuego.

 

Port Moresby (AsiaNews/Agencias)- En Papúa Nueva Guinea mataron a decenas de personas durante el fin de semana en una emboscada en la provincia de Enga. La zona de las Tierras Altas ha sido escenario de violencia durante mucho tiempo, pero se cree que esta matanza es la peor de los últimos años. Los funcionarios de las fuerzas del orden informaron que los miembros de dos tribus tendieron una emboscada a miembros una tercera y los mataron a tiros. Inicialmente se había hablado de 64 muertos pero después la policía redujo el número de víctimas a 26. Sin embargo la situación todavía no resulta clara.

Los enfrentamientos se produjeron en la provincia de Enga, en las tierras altas de la cordillera central del país, una zona remota donde las comunidades conservan en gran medida su tradicional división social en tribus. Los enfrentamientos con armas de fuego y las matanzas recíprocas han aumentado significativamente, sobre todo en los últimos dos años, con el ingreso masivo de armas de fuego ilegales que ha hecho más mortíferos los enfrentamientos y ha alimentado el ciclo de violencia.

La policía sigue recogiendo cadáveres en el lugar y llevándolos a la cercana ciudad de Wabag, a unos 600 kilómetros al noroeste de la capital, Port Moresby. “Esta es, con diferencia, la mayor masacre que he visto en Enga, tal vez incluso en todas las Tierras Altas”, afirmó George Kakas, de la policía de Papúa Nueva Guinea: “Estamos todos devastados y preocupados. Es realmente difícil de entender". También circulan videos y fotografías en los que se ve cómo cargan los cadáveres en un camión y se los llevan. La escalada de los conflictos tribales, que a menudo se centran en la distribución de la tierra y la riqueza, obligó a la policía en julio del año pasado a imponer el toque de queda durante tres meses en Enga.

El gobernador Peter Ipatas afirmó que antes de la emboscada había indicios de que estaban a punto de estallar nuevos combates, porque hay 17 tribus involucradas en esta escalada. "Desde una perspectiva provincial, sabíamos que estos enfrentamientos continuarían y la semana pasada alertamos a las fuerzas de seguridad para asegurarnos de que tomaban las medidas adecuadas para evitar que ocurriera", explicó

La seguridad, en términos más generales, sigue siendo una de las principales preocupaciones de Papúa Nueva Guinea, sobre todo después de que la violencia se extendió incluso a la capital, donde el 10 de enero murieron 22 personas en los ataques mientras el país se encuentra al borde de un colapso socioeconómico. El primer ministro australiano Anthony Albanese también se pronunció sobre las muertes en las Tierras Altas, calificando la noticia como "muy inquietante" y ofreció "apoyo, en particular para la formación de los agentes de policía y para garantizar la seguridad en Papúa Nueva Guinea".

 

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