Papa: ‘organizar la esperanza’, la tarea de los cristianos para responder al grito de los pobres

"Un consejo para tomar las decisiones importantes: antes de decidir, imaginemos que estamos ante Jesús, como al final de la vida, ante Él que es amor. Pensando allí, en su presencia, en el umbral de la eternidad, tomemos la decisión para el hoy. Quizá no sea la más fácil, la más inmediata, pero será la buena". "Hoy, en la Jornada Mundial de los Pobres, se abren las inscripciones en la plataforma Laudato si', que promueve la ecología integral".

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – "Organizar la esperanza", es la tarea que toca a los cristianos y que el Papa Francisco recuerda en la Quinta Jornada Mundial de los Pobres: son "personas que actúan, que parten el pan con los hambrientos, que trabajan por la justicia, que levantan a los pobres y les restituyen su dignidad". "Nos toca, especialmente a los cristianos -subrayó- organizar la esperanza, traducirla en la vida concreta de cada día, en las relaciones humanas, en el compromiso social y político". Esta tarea fue recordada durante la misa que celebró el Papa en la Basílica de San Pedro esta mañana, a la que asistieron dos mil pobres e indigentes, junto con los voluntarios que los acompañan y representantes de las organizaciones benéficas que los asisten diariamente en el área de Roma.

Al comentar las palabras de Jesús, «El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán» , durante la homilía y, más tarde, frente a las 30.000 personas presentes en San Pedro para el rezo del Ángelus, Francisco explicó que “Él establece una distinción entre las cosas penúltimas, que pasarán, y las cosas últimas, que permanecerán. Es un mensaje precioso para nosotros, para orientarnos en las decisiones importantes de la vida”; “nos advierte que la escena de este mundo pasa. Y solamente permanecerá el amor. Por consiguiente, fundar la vida sobre la Palabra de Dios no es evadirse de la historia, es sumergirse en las realidades terrenas para hacerlas firmes, para transformarlas con el amor, imprimiéndoles el sello de la eternidad, el signo de Dios. He aquí entonces un consejo para tomar las decisiones importantes: antes de decidir, imaginemos que estamos ante Jesús, como al final de la vida, ante Él que es amor. Pensando allí, en su presencia, en el umbral de la eternidad, tomemos la decisión para el hoy. Quizá no sea la más fácil, la más inmediata, pero será la buena”.

Así debe ocurrir con quienes son víctimas de una “pobreza en la que a menudo están forzados a vivir, víctimas de la injusticia y de la desigualdad de una sociedad del descarte que corre velozmente sin tenerlos en cuenta y los abandona sin escrúpulos a su suerte”. “Si nuestra esperanza no se traduce en opciones y gestos concretos de atención, justicia, solidaridad y cuidado de la casa común, los sufrimientos de los pobres no se podrán aliviar, la economía del descarte que los obliga a vivir en los márgenes no se podrá cambiar y sus esperanzas no podrán volver a florecer”.

Hoy, reiteró, "es como si la Iglesia nos dijera: 'Detente y siembra esperanza en la pobreza'. Acércate a los pobres y siembra esperanza". La esperanza de esa persona, tu esperanza y la esperanza de la Iglesia. Esto es lo que se nos pide: que seamos, en medio de las ruinas cotidianas del mundo, incansables constructores de esperanza, que seamos luz mientras el sol se oscurece, que seamos testigos de compasión mientras a nuestro alrededor reina la distracción, que seamos presencia atenta en medio de la indiferencia generalizada. Testigos de la compasión. Nunca podremos hacer el bien sin compasión. A lo sumo haremos cosas buenas, pero no tocan el camino cristiano porque no tocan el corazón. Lo que nos llega al corazón es la compasión: nos acercamos, sentimos compasión y hacemos gestos de ternura. Este es precisamente el estilo de Dios: cercanía, compasión y ternura. Esto es lo que se nos pide hoy".

La Jornada Mundial de los Pobres nació como un fruto del Jubileo de la Misericordia, dijo luego del Ángelus, y este año tiene como tema las palabras de Jesús: «A los pobres los tienen siempre con ustedes». (14,7). "Y es verdad: la humanidad progresa, se desarrolla, pero los pobres están siempre con nosotros, siempre los hay, y en ellos está presente Cristo, en los pobres está presente Cristo. Anteayer, en Asís, vivimos un momento fuerte de testimonio y oración, que les invito a retomar, porque les hará bien. Y agradezco las numerosas iniciativas de solidaridad que se han organizado en las diócesis y parroquias de todo el mundo".

“El grito de los pobres, unido al grito de la Tierra", concluyó, "resonó en los últimos días en la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP26 en Glasgow. Animo a todos los que tienen responsabilidades políticas y económicas a que actúen ahora con valentía y visión; al mismo tiempo, invito a todas las personas de buena voluntad a que ejerzan una ciudadanía activa para el cuidado de la casa común. Con este objetivo, hoy, en la Jornada Mundial de los Pobres, se abren las inscripciones en la plataforma Laudato si', que promueve la ecología integral".