Papa: ‘conmovidos’ por las víctimas del terremoto en Siria y Turquía, por el ‘drama’ de Ucrania
En el Ángelus, el pontífice recordó a las víctimas y supervivientes del devastador terremoto que sacudió a las poblaciones siria y turca el pasado 6 de febrero. Un pensamiento también para Ucrania casi un año después de la invasión rusa. El sufrimiento causado por la pobreza, la falta de libertad y la devastación medioambiental. El amor "extraordinario" y "desproporcionado" de Jesús que va más allá de todo cálculo.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - El amor "extraordinario y desproporcionado" de Jesús nos pide a todos "dejarnos tocar" por las situaciones de quienes están "probados" por el sufrimiento, especialmente "por Siria y Turquía, por las numerosas víctimas del terremoto". Así lo subrayó hoy el Papa Francisco en el Ángelus, dirigiéndose a los fieles que abarrotaban la Plaza San Pedro. Casi un año después del inicio de la guerra de Moscú contra Kiev, el Pontífice dirigió a continuación su pensamiento a los "dramas cotidianos del querido pueblo ucraniano" y "de tantos pueblos que sufren a causa de la guerra, de la pobreza, de la falta de libertad, de la devastación ambiental". En este sentido, expresó su cercanía al "pueblo de Nueva Zelanda golpeado en los últimos días por un ciclón devastador".
La guerra, los terremotos, la privación de libertad, incluida la religiosa, y la devastación medioambiental cada vez más frecuente y ligada a los cambios climáticos son algunos de los puntos que abordó el Papa al concluir la oración mariana. Antes, al comentar las palabras propuestas por la liturgia de hoy como introducción a la oración mariana, calificó de "exigentes" y "paradójicas" las palabras de Jesús en el Evangelio, porque "nos invita a poner la otra mejilla y a amar incluso a nuestros enemigos". El Papa define como "extraordinario" aquello que va más allá de "los cálculos normales dictados por la prudencia", cuando por miedo a "ser decepcionados" preferimos "amar sólo a quien nos ama".
El Señor advierte que esto "no basta, esto no es cristiano" y que si nos quedamos "en lo ordinario" las cosas "no cambian. Si Dios siguiera esta lógica, ¡no tendríamos esperanza de salvación!", pero Dios "va más allá de los criterios habituales" con los que los humanos viven las relaciones.
Continuando su reflexión, Francisco habló del desafío que encierran las palabras de Jesús. "Nos pide que nos abramos a lo extraordinario de un amor gratuito. Mientras nosotros tratamos siempre de equilibrar las cuentas, Cristo nos estimula -dijo- a vivir el desequilibrio del amor", porque "Jesús no es un buen contador". Sin este desequilibrio, Cristo "no habría venido a buscarnos cuando estábamos perdidos y lejos". Y retomando las palabras del apóstol Pablo, el pontífice recordó cómo Cristo murió "por nosotros" cuando "todavía éramos pecadores", confirmando un amor "siempre desproporcionado". "Hoy -continuó- también nos pide que vivamos así, porque sólo así daremos verdaderamente testimonio de Él", dejando atrás la lógica del propio interés, de los cálculos y de las conveniencias.
Cristo "nos invita a no responder al mal con el mal, a atrevernos en el bien, a arriesgar en la entrega, aunque recibamos poco o nada a cambio. Porque es este amor -concluyó el Papa, con un pensamiento a las muchas guerras que ensangrentan el planeta- el que transforma lentamente los conflictos, acorta las distancias, vence las enemistades y cura las heridas del odio". De ahí la invitación final a rezarle a la Virgen, quien al responderle a Dios "con su 'sí' sin cálculos, le permitió hacer de ella la obra maestra de su Gracia".
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