23/04/2014, 00.00
VATICANO
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Papa: vanidad, dinero y suceso son "cosas muertas", no va puesta la esperanza en ellas

En la audiencia general Francisco comenta las palabras. "¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?", dichas por el Ángel a las mujeres que fueron al sepulcro. "¿Y, yo qué hago?" "¿Qué ruta sigo para encontrar al Cristo vivo?". "Él estará siempre cerca de nosotros para corregir la ruta si nos hubiésemos equivocado".

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Vanidad, dinero y suceso son "cosas muertas", no pueden dar vida y por lo tanto en ellas no se puede poner la esperanza, sino en la Resurrección, "una piedra miliar en la historia; pero también una "piedra de obstáculo". Es la enseñanza que el Papa Francisco extrajo de las palabras. "¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?", que dijo el Ángel a las mujeres que fueron al sepulcro, comentadas en la audiencia general.

Encuentro dividido en 2 momentos- primero en el aula Pablo VI, para evitar la lluvia a enfermos y ancianos y luego en la plaza de S. Pedro- pero unificado por los augurios que tantos han dirigido al Papa por su onomástico, siendo que hoy la Iglesia recuerda a San Jorge. Entre las 50 mil personas presentes en la plaza, Francisco, como de costumbre, pasó saludando, bendiciendo y besando a los niños. A un cierto punto hizo parar el auto y descendió para saludar a un grupo de jóvenes con banderas argentinas y tomo un poco de "mate", que le ofreció un fiel.

"Esta semana- las palabras del Papa- es la semana de la alegría: celebramos la Resurrección de Jesús. Es una alegría verdadera, profunda, basada en la certeza que Cristo resucitado habita en el corazón de los creyentes desde aquella mañana de Pascua, cuando las mujeres fueron al sepulcro de Jesús y los ángeles les dijeron a ellas: "¿Por qué buscan entre los muertos a aquel que está vivo?" (Lc. 24,5). "Esta palabras son como una piedra miliar en la historia; pero también una "piedra de obstáculo", si no nos abrimos a la Buena Noticia, ¡si pensamos que de menos fastidio un Jesús muerto que un Jesús vivo! En cambio, cuántas veces, en nuestro camino cotidiano, tenemos necesidad de sentirnos decir. "¿Por qué estás buscando entre los muertos al que está vivo?". Y "¿Cuántas veces nosotros buscamos la vida entre las cosas muertas, entre las cosas que no pueden dar vida, entre las cosas que hoy son y mañana no serán más, las cosas que pasan?"... ¿Por qué buscan entre los muertos a aquel que está vivo?"

"Tenemos necesidad cuando nos cerramos en cualquier forma de egoísmo o de auto-complacimiento, cuando nos dejamos seducir por los poderes terrenos y por las cosas de este mundo, olvidando a Dios y al prójimo, cuando ponemos nuestras esperanzas en vanidades mundanas, en el dinero, en el suceso. Entonces la Palabra de Dios nos dice: "¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?" "¡Por qué estás buscando allí? ¡Eso no te puede dar la vida!, Sí, quizás te dará la alegría de un minuto, de una semana, de un mes... ¿Y, después?. "¡Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?".  Esta frase debe entrar en el corazón y  tenemos que repetirla. ¿La repetimos juntos por tres veces? ¡Hagamos el esfuerzo!... "Hoy-prosiguió- cuando volvamos a casa digámosla desde el corazón, en silencio, pero hagámonos esta pregunta. ¿Por qué, yo en la vida busco entre los muertos al que está vivo? Hacerlo, nos hará bien. No es fácil estar abierto a Jesús. No esta descontado aceptar la vida del Resucitado y su presencia en medio de nosotros. El Evangelio no hace ver diversas reacciones; la del apóstol Tomás, la de María de Mágdala y aquella de los discípulos de Emaús: nos hace bien confrontarnos con ellos. Tomás pone una condicióna la fe, pide tocar la evidencia, las llagas, María magdalena llora, lo ve pero no lo reconoce, se da cuenta que es Jesús cuando Él la llama por su nombre; los discípulos de Emaús, deprimidos y con sentimientos de derrota, llegan al encuentro con Jesús dejándose acompañar por aquel misterioso viajero. ¡Cada uno por caminos distintos! Buscaban entre los muertos a aquel que estaba vivo y fue el mismo Señor que corrigió la ruta. Y yo-concluyó- ¿qué hago? ¿Qué ruta sigo para encontrar al Cristo vivo?. Él siempre estará cerca para corregir la ruta si nosotros nos equivocamos"

 

 

 

 

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