Papa: unidos en la diversidad, donde no hay diálogo hay violencia
En visita a la Universidad de Roma Tres, Francisco respondió a las preguntas de algunos estudiantes. La fundamental importancia del diálogo, la búsqueda de la “verdad, bondad y belleza”; la unidad necesita de las diferencias; integración y “respeto” como respuesta al miedo del migrante, “pero cada país debe ver cuál número es capaz de recibir. Es verdad: no se puede acoger si no hay posibilidad”.
Roma (AsiaNews)- La fundamental importancia del diálogo-“donde no hay diálogo hay violencia”- la búsqueda de la “verdad, bondad y belleza”; la unidad necesita de las diferencias; integración y “respeto” como respuesta al miedo del migrante, “pero cada país debe ver cuál número es capaz de recibir. Es verdad: no se puede acoger si no hay posibilidad”. Son los argumentos enfrentados por el Papa en una larga respuesta, hablando libremente, a las preguntas que le han dirigido cuatro estudiantes de la Universidad de Roma Tres, donde Francisco fue esta mañana.
En el más joven de los ateneos romanos, fundado apenas hace 25 años, el Papa fue acogido calurosamente por docentes y estudiantes y se detuvo a lo largo saludando a aquellos que lo esperaban detrás de las vallas puestas al ingreso de las aulas. Además del saludo del rector Mario Panizza, el programa preveía la respuesta del Papa a las preguntas de los jóvenes. “He escuchado-dijo Francisco- vuestras preguntas de las cuales estoy agradecido; las había leído precedentemente y trataré de dar respuesta teniendo cuenta de mi experiencia. He reflexionado y preparé un discurso espontáneamente, ¡porque me gusta más así!”.
Del “miedo al inmigrante”, amenaza para la cultura cristiana a Europa, el Papa habló respondiendo a la pregunta de Nour Essa, de 31 años, siria, llegada a Italia de Lesbos, junto a Francisco, huésped de su vuelo junto a otros once refugiados, en abril de 2016. Ganó una beca de estudios, esperando el reconocimiento de su licenciatura en agricultura y de su master en microbiología, conseguido en Francia, está incripta en el tercer año de biología de Roma.
“Europa-respondió Francisco- fue hecha por invasiones, migraciones… Los normandos… pero vosotros sabéis más que yo… fue hecha artesanalmente así. La migraciones no son un peligro: son un desafío para crecer y los dice uno que viene de un país donde más del 80% son migrantes”.
Los migrantes son hombres y mujeres como nosotros.
“Es importante-agregó- el problema de los migrantes, pensarlo bien, hoy, porque hay un fenómeno tan fuerte-pensemos en África y en Oriente Medio, hacia Europa: esto no es hacer política (…) no. Esto es decir una realidad como la veo. Porque está la guerra y escapan de la guerra, o hay hambre: escapan del hambre. Pero, ¿cuál sería la solución ideal? Que no haya guerra y que no haya hambre, o sea hacer la paz, hacer la paz o hacer inversiones en aquellos lugares para que tengan recursos para trabajar y ganarse la vida. Pero si hay hambre escapan”. “Y ellos tienen hambre porque no tienen trabajo y no tienen trabajo porque fueron explotados. Escapan. Pero luego, para llegar a Europa donde piensan que encontrarán un status mejor, también allí son explotados por los dueños de las barcazas, todo esto que nosotros sabemos: esto ha hecho del Mediterráneo un cementerio. Pensémoslo cuando estemos solos, como si fuese una oración”. Y “¿Cómo se deben recibir a estos migrantes? Primero como hermanos y hermanas humanos: son hombres y mujeres como nosotros. Segundo, cada país, cada país debe ver cuál número de refugiados es capaz de recibir.
Es verdad: no se puede recibir si no se tiene posibilidad. Pero todos pueden hacer algo. Luego, no sólo acoger: sino también integrar. Integrar, o sea recibir a esta gente y tratar de integrarlos. La experiencia que yo tuve cuando vino Nour, creo que tres días después los niños ya iban a la escuela y cuando vinieron (…) todos juntos a almorzar conmigo, después de tres meses, los niños ya hablaban italiano. Los más grandes más o menos, pero los niños hablaban inmediatamente, ¿no? Esto es integrar. Y luego la mayoría ya tenía trabajo y tenía una persona que los acompañaba en su integración: las puertas abiertas. Después es importante: ellos traen una cultura, una cultura que es riqueza, para nosotros. Pero ellos también deben recibir nuestra cultura y hacer un intercambio de culturas. Respeto. Y esto quita el miedo. Pero hay miedo, sí; pero el miedo no sólo de los migrantes: los delincuentes que vemos en los periódicos, las noticias, son nativos de aquí, o migrantes: hay de todo, ¿Eh? ¡Pero integrar es importante!
El Papa luego recordó a los jóvenes que han realizado la masacre de Zaventem: “Eran belgas, ¡nacidos en Bélgica! Hijos de migrantes, pero guetizados, ¡no integrados! (…). Hay algunos países en Europa que dan un hermoso ejemplo de esto, de integración (…) por ejemplo yo conozco del tiempo de las dictaduras militares en América Latina, Suecia recibió muchos migrantes sudamericanos, tantos. Pero inmediatamente, el día después tenían una habitación, luego un trabajo (…) luego la lengua…Los suecos, por ejemplo, hoy son 9 millones de habitantes, pero de éstos, 890 mil son nuevos suecos, o sea migrantes o hijos de migrantes integrados. El día que partía de Suecia, vino a despedirme en nombre del gobierno el ministro (…) una mujer, hija de una mujer sueca y de un padre que creo era de Gabón, un migrante. Ministro del Estado. ¿Por qué? Porque saben- y otros países han hecho cosas del género-saben hacer esto. Y cuando existe esto: acogida, acompañar e integrar, no hay peligro con las migraciones. Se recibe una cultura y se ofrece otra cultura. Esta es mi respuesta al miedo”.
El diálogo como antídoto a la violencia y también a la guerra fue en cambio el tema del cual Francisco habló respondiendo a la pregunta de la joven universitaria romana Giulia, recordando su Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2017- La no violencia: un estilo de política para la paz - el Papa recuerda que «estamos viviendo una guerra mundial a pedazos: hay conflictos en muchas regiones del planeta que amenazan el futuro de enteras generaciones».
Tú-la respuesta del Papa-has hablado del obrar violento, de la violencia. Pero pensemos en el lenguaje: la tonalidad aumentó y mucho. Hoy se habla en la calle, en casa, se grita, también se insulta con una normalidad…hay violencia en el expresarse, en el hablar. Y esta es una regla que todos vemos”. “La violencia es un proceso que nos hace cada vez más anónimos: te quita el nombre. Anónimos los unos hacia los otros. Te quita el nombre y nuestras relaciones son un poco sin nombre: sí, es una persona la que tengo adelante, con un nombre, pero yo te saludo como si fueses una cosa. Pero esto que nosotros vemos aquí, crece, crece, crece y se convierte en una violencia mundial. Nadie aquí, hoy puede negar, que estamos en una guerra y esta es una tercera guerra mundial a pedazos, pero está. Es necesario abajar un poco el tono y se necesita hablar menos y escuchar más. Hay tantos remedios, contra la violencia, pero la primera, ante todo es el corazón: un corazón que sabe recibir, recibir lo que piensas tú. Y antes de discutir, dialogar. Si tú piensas diferente de mí, ¡dialoguemos! Con el diálogo se hace amistad y se hace amistad social”. “Tantas veces-pero, esto se ve tanto cuando hay campañas electorales, discusiones el Tv-que antes que el otro termine de hablar, la respuesta (…) sino que espera, escucha bien lo que dice, luego piensa y luego respondes. Escuchar bien. Y si yo no entiendo lo que tú quieres decirme, preguntar: Pero esto que estás diciendo, ¿qué quieres decir? Porque no he entendido bien”. La paciencia del diálogo. Y donde no hay diálogo, hay violencia He hablado de guerra: es verdad, estamos en guerra. Pero las guerras no comienzan allá: inician dentro de tu corazón, ¿Eh?, en el corazón nuestro. Cuando yo no soy capaz de abrirme a los otros, de respetar a los otros, de hablar con los otros, de dialogar con los otros: allí comienza la guerra. Cuando no hay diálogo en casa, por ejemplo: cuando en vez de hablar se grita y la tonalidad es que se grita. O se grita o cuando estamos en la mesa, en vez de hablar, cada uno con su celular, está hablando, sí pero con otros. Y aquel germen es el inicio de la guerra. Porque no hay diálogo. Y este, creo sea el fundamento.
No uniformidad, sino unidad en la diversidad
“Sociedad líquida” y “unidad en la diversidad” fueron, al final, los argumentos de los cuales el Papa habló respondiendo a la preguntas de Niccoló Antongiulio Romano- que había preguntado cuál es el valor y el significado de Roma para el Papa Francisco- y Riccardo Zucchetti que preguntó “en qué modo podemos prepararnos para volvernos operadores de la caridad intelectual para contribuir en una renovación constructivo de la sociedad”, en un mundo globalizado”.
“Nosotros-respondió el Papa- debemos buscar siempre la unidad”. “La unidad que una cosa totalmente diversa de la uniformidad. La unidad necesita, para ser una, de las diferencias: unidad en la diversidad. La unidad se hace con la diversidad. Nosotros estamos en una época, vivimos en una época de globalización y la equivocación es pensar en la globalización como si fuese una pelota, una esfera, donde cada punto está a igual distancia del centro, no hay diferencia, todo es uniforme. Este punto es como este este otro, como este…no hay diferencia y esta uniformidad es la destrucción de la unidad porque te quita la capacidad de ser diferente. La unidad de las diferencias. Por eso a mí me gusta hablar de otra figura geométrica: el poliedro. Sí, hay una globalización poliédrica, hay una unidad, pero cada persona, cada raza, cada país, cada cultura siempre conserva su identidad propia. Y esta es la unidad en la diversidad que la globalización debe buscar” Y cuando se hace esto, se por aquel camino, las culturas crecen y el nivel cultural crece porque es un diálogo continuo entre este lado del poliedro y con esto, con esto, que están unidos en una unidad. Creo que el peligro de hoy-es un verdadero peligro mundial- es concebir una unidad, una globalización en la uniformidad y esto destruye”.
“En la comunicación es verdad que es una celeridad… los holandeses hace 40, 50 años atrás, habían inventado una palabra que me gustaba tanto: “rapidación”, es como la progresión geométrica en el tiempo. El de Aristóteles, ¿no? El movimiento, cuando llega al final más veloz, la ley de gravedad y se va más rápido. Y hoy la comunicación es así, con el peligro de no tener tiempo de detenerse para una asimilación, un pensar, un reflexionar sobre… Y esto es importante. Acostumbrase a esta comunicación pero sin esta rapidez, esta “rapidación”-esa palabra nueva- me quite la libertad de decir ‘No’. Acostumbrarse al diálogo a esta velocidad. Tantas veces una comunicación tan rápida, tan ligera, puede convertirse en líquida, sin consistencia y este es uno de los peligros de esta sociedad. Esta no es una palabra mía, la “sociedad líquida”, la dijo Bauman desde hace ya mucho tiempo-, la liquidez sin consistencia. Y nosotros debemos correr el desafío de transformar esta liquidez en concreción. La palabra para mí clave para responder a la pregunta de Riccardo Zucchetti es “concreción”: contra la liquidez la concreción. También pensemos en la economía. ¿Cuál es el drama hoy de la economía? La economía líquida. Y cuando hay una economía líquida, hay falta de trabajo, hay desocupación”.
Y cuando la liquidez en la economía por ejemplo, no hay trabajo concreto. Yo les hago una pregunta. Nuestra querida amada Europa, la identidad de Europa-Nour habló un poco de esto-¿cómo se puede pensar que países desarrollados tengan desocupación, tan grande? Yo no diré los ´países, pero sí las cifras: jóvenes de 25 años para abajo en un país el país el 40% está sin trabajo-estoy hablando de Europa-50; en otro país más cercano está casi llegando al 60. Esta liquidez de la economía quita la concreción del trabajo y quita la cultura del trabajo porque no se puede trabajar, los jóvenes no saben qué hacer. Y, yo joven sin trabajo sin trabajo porque no encuentro… Dan vueltas, deambulan, los explotan aquí, los explotan dos o tres días…Y no encuentro. Al final la amargura del corazón, ¿dónde me lleva? A las dependencias tienen una raíz allí. O me lleva al suicidio. Dicen aquello que saben, yo no estoy seguro de esto, no estoy seguro, pero dicen que las verdaderas estadísticas de los suicidios juveniles no son publicadas, se publica sólo algo. Las verdaderas estadísticas, no. Esta falta de trabajo me lleva, ¡Mah!, voy a otra parte y me enrolo en un ejército terrorista, al menos tengo algo que hacer y le doy sentido a mi vida… Terrible. Es terrible. Y esto es economía de mercado, economía…No sé exactamente, yo diría economía líquida y debe ser concreta y para resolver los problemas económicos, sociales, todos los problemas, también culturales: concreción, concreción, De otro modo no se puede. Luego quería decir sobre esto.. Sí la universidad: ¿deben estar aquí, en el diálogo vuestro con los profesores y preguntar entre vosotros; ¿por qué esto? También buscar soluciones que proponer a los problemas reales, contra esta cultura líquida”.
05/12/2016 17:00