05/06/2024, 13.25
VATICANO
Enviar a un amigo

Papa: una nueva y audaz arquitectura financiera para sanear la deuda de los países pobres

El llamado de Francisco ante el Jubileo confiado a los participantes en un encuentro auspiciado por la Pontificia Academia de Ciencias Sociales. «Ningún gobierno puede exigir moralmente que su pueblo sufra privaciones incompatibles con la dignidad humana». En la audiencia general, reflexionó sobre la libertad que nace del «viento del Espíritu Santo».

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - El mundo necesita «una nueva arquitectura financiera internacional, valiente y creativa», que afronte con urgencia el problema de la deuda de los países pobres. Retomando uno de los temas indicados en la Bula de Indicción del ya inminente Jubileo de 2025, el Papa Francisco volvió a urgir a este compromiso esta mañana al reunirse -antes de la habitual cita para la audiencia general- con los participantes en el encuentro sobre el tema «Afrontar la crisis de la deuda en el Sur Global», promovido por la Pontificia Academia de Ciencias Sociales.

«Tras una globalización mal gestionada, pandemias y guerras -dijo Francisco-, nos encontramos ante una crisis de la deuda que afecta sobre todo a los países del Sur Global, causando miseria y angustia y privando a millones de personas de la posibilidad de un futuro digno. En consecuencia, ningún gobierno puede exigir moralmente que su pueblo sufra privaciones incompatibles con la dignidad humana». Para intentar romper el ciclo de financiación de la deuda, debe crearse un mecanismo multinacional, basado en la solidaridad y la armonía de los pueblos, que tenga en cuenta la naturaleza global del problema y sus implicaciones económicas, financieras y sociales. La ausencia de tal mecanismo", advirtió, “favorece la mentalidad del sálvese quien pueda, en la que siempre pierden los más débiles”.

Precisamente el Año Santo 2025 -dijo el Pontífice- nos llama a abrir la mente y el corazón para poder desatar los nudos de las ataduras que estrangulan el presente, sin olvidar que sólo somos custodios y administradores, no amos. Les invito a soñar y actuar juntos -concluyó- en la construcción responsable de nuestra casa común; no podemos habitarla con la conciencia tranquila cuando sabemos que a nuestro alrededor hay multitud de hermanos y hermanas hambrientos y sumidos en la exclusión social y la vulnerabilidad. Dejar pasar esto es un pecado, un pecado humano.  Aunque no se tenga fe, es un pecado social».

El Papa Francisco se trasladó después a la Plaza de San Pedro para la audiencia general con los peregrinos, durante la cual continuó el nuevo ciclo de catequesis iniciado la semana pasada sobre el tema del Espíritu Santo, deteniéndose en el nombre con el que se llama en la Biblia a la tercera persona de la Trinidad. «Espíritu -recordó- es la versión latinizada. El nombre con el que lo conocieron los profetas, los salmistas, María, Jesús y los Apóstoles es Ruach, que significa soplo, viento, aliento». Es un nombre que contiene «la primera revelación fundamental sobre la persona y la función del Espíritu Santo». En efecto, la imagen del viento sirve sobre todo para «expresar el poder del Espíritu divino: una fuerza arrolladora e indomable, capaz incluso de mover océanos». Pero «Jesús destaca otra característica su libertad. A Nicodemo, que le visita por la noche, le dice solemnemente: 'El viento sopla donde quiere y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va: así es todo el que ha nacido del Espíritu' (Jn 3,8)».

«Pretender encerrar al Espíritu Santo en conceptos, definiciones, tesis o tratados, como a veces ha intentado hacer el racionalismo moderno», comentó Francisco, «es perderlo, anularlo o reducirlo al puro y simple espíritu humano». Una tentación que también se aplica a la Iglesia cuando intenta «encerrar al Espíritu Santo en cánones, instituciones, definiciones». Pero así como el viento sopla «donde quiere», el Espíritu distribuye sus dones «como quiere». «San Pablo -añadió- hará de esto la ley fundamental de la acción cristiana: “Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Co 3,17)». Una libertad que «no es libertad para hacer lo que uno quiere, sino libertad para hacer libremente lo que Dios quiere. No libertad para hacer el bien o el mal, sino libertad para hacer el bien y hacerlo libremente, es decir, por atracción, no por coacción. En otras palabras, «libertad de hijos, no de esclavos». Y es una libertad que -continuó explicando Pablo- no es «un pretexto para la carne», sino «el servicio de unos a otros». «Pedimos a Jesús -concluyó- que nos haga, por su Espíritu Santo, hombres y mujeres verdaderamente libres. Libres para servir, en el amor y la alegría».

En su saludo a los grupos de peregrinos, finalmente, el Papa Francisco -en el mes dedicado al Sagrado Corazón de Jesús- anunció que está escribiendo un nuevo documento dedicado a esta forma de devoción inaugurada hace 350 años por la primera manifestación a Santa Margarita María Alacoque y que será publicado en septiembre. «Nos hará mucho bien -comentó- meditar sobre diversos aspectos del amor del Señor que pueden iluminar el camino de la renovación eclesial; pero también que pueden decir algo significativo a un mundo que parece haber perdido el corazón».

 

TAGs
Enviar a un amigo
Vista para imprimir
CLOSE X
Ver también
Musulmana, ex radical: Riad y el salafismo (wahabí) un peligro para el islam y para el mundo
17/12/2016 13:14
Papa a las víctimas del terremoto: “Apenas sea posible también yo espero ir a visitarlos”
28/08/2016 13:40
Investigadores: ‘un misil ruso’ derribó el vuelo MH17 de Malaysian Airlines
25/05/2018 10:49
Papa: Pascua, no es el tiempo para la indiferencia, egoísmo, división, olvido
12/04/2020 16:46
Crisis económica: Beijing corre el riesgo de perder miles de millones de dólares prestados a países pobres
04/07/2022 13:20


Newsletter

Suscríbase a la newsletter de Asia News o cambie sus preferencias

Regístrese
“L’Asia: ecco il nostro comune compito per il terzo millennio!” - Giovanni Paolo II, da “Alzatevi, andiamo”