Papa: solidaridad con la comunidad hebrea de Pittsburgh
El primer fruto del Sínodo fue un estilo sinodal que no tiene como objetivo principal la elaboración de un documento, si bien precioso y útil. Más que el documento es importante que se difunda un modo de ser y trabajar juntos, jóvenes y ancianos, en la escucha y en el discernimiento, para llegar a elecciones pastorales que correspondan a la realidad”.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Cercanía con la ciudad de Pittsburg y en particular con la comunidad hebrea de la ciudad, golpeada ayer por un atentado fue expresada por el Papa Francisco después de recitar el Ángelus.
“Expreso- dijo- mi cercanía a la ciudad de Pittsburgh, en los Estados Unidos de América, y en particular a la comunidad hebrea, golpeada ayer por un terrible atentado en la sinagoga”.
“Que el Altísimo acoja a los difuntos en su paz, conforte a sus familias y sostenga a los heridos. Todos, en realidad, hemos sido heridos por este inhumano acto de violencia. El Señor nos ayude a apagar los focos de odio que se desarrollan en nuestra sociedad, reforzando el sentido de humanidad y el respeto por la vida, los valores morales y civiles, y el santo temor de Dios, que es Amor y Padre de todos”.
Antes de recitar la oración mariana, delante de las 10 mil personas presentes en la plaza de S. Pedro, no obstante la lluvia, Francisco habló de la asamblea del Sínodo. “Ha sido un tiempo de consolación y de esperanza por medio de un trabajo comprometido y duro”.
“Ha sido, sobre todo, un momento de escucha: escuchar, de hecho, exige tiempo, atención, apertura de la mente y del corazón. Pero este compromiso se transformaba cada día en consuelo, sobre todo para que tengamos en medio de nosotros la presencia vivaz y estimulante de los jóvenes, con sus historias y sus contribuciones”.
“Por medio del testimonio de los padres sinodales, la realidad multiforme de las nuevas generaciones ha accedido al Sínodo, por decirlo de determinado modo, por todas partes, de cada continente y de muchas situaciones humanas y sociales diferentes”.
“Los frutos de este trabajo ya están ‘fermentando’, como lo hace el jugo de la uva en los barriles después de la vendimia. El Sínodo de los jóvenes fue una buena vendimia y promete dar un buen vino. Pero, quisiera decir que el primer fruto de esta Asamblea sinodal debería estar justamente en el ejemplo de un método que se buscó de seguir, ya desde la fase preparatoria. Un estilo sinodal que no tiene como objetivo principal la elaboración de de un documento, que igualmente es precioso y útil. Pero más que el documento es importante que se difunda un modo de ser y trabajar juntos, jóvenes y ancianos, en la escucha y en el discernimiento, para llegar a elecciones pastorales que correspondan a la realidad”.
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