Papa: si no "confesamos" la fe y no confiamos en Dios, somos "cristianos derrotados" de los cuales la Iglesia "está llena"

"¡Nuestra fe lo puede todo! ¡Es victoria!, pero "si no se vive esta fe, está la derrota y gana el mundo, el príncipe del mundo". "Nosotros sabemos cómo pedir a Dios, cómo agradecer a Dios, ¡pero adorar a Dios, alabar a Dios es algo más! "Solamente quien tiene esta fe fuerte es capaz de adoración". "Yo me atrevo a decir que el termómetro de la Iglesia está un poco bajo en esto".

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- "Si nosotros cristianos creemos confesando la fe, también custodiándola, haciendo la custodia a la fe y confiándonos en Dios, en el Señor, seremos cristianos vencedores. ¡Es esta la victoria que venció al mundo: nuestra fe! De otro modo seremos "cristianos por la mitad", aquellos "cristianos derrotados" de los cuales la Iglesia "está llena". Lo dijo el Papa Francisco en la homilía de la misa que celebró esta mañana en la casa S. Marta.

El Papa, refiere la Radio Vaticana, se detuvo en el pasaje de la primer lectura de S. Juan en el cual el apóstol "insiste" en "aquella palabra que para él es como la expresión de la vida cristiana": "permanezcan en el Señor", para amar a Dios y al prójimo- Este "permanecer en el amor" de Dios es obra del Espíritu Santo y de nuestra fe y produce un efecto concreto. "Quien permanece en Dios, quien fue generado por Dios, quien permanece en el amor vence al mundo y la victoria es nuestra fe. Por parte nuestra, la fe. Por parte de Dios-por este "permanecer"- el Espíritu Santo, que hace esta obra de gracia. Por nuestra parte, la fe. ¡Es fuerte! Y ésta es la victoria que venció al mundo: ¡nuestra fe! ¡Nuestra fe todo lo puede! ¡Es victoria! Sería bello si esto lo repitiésemos, también a nosotros mismos, porque tantas veces somos cristianos derrotados. Pero la Iglesia está llena de cristianos derrotados, que no creen en esto, que la fe es victoria, está la derrota y vence al mundo".

"Esta fe nos exige dos actitudes. Confesar y confiarnos". Ante todo "confesar". "La fe es confesar a Dios, pero el dios que se nos reveló, desde el tiempo de nuestros padres hasta ahora; el Dios de la historia. Y esto es aquello que todos los días recitamos en el Credo. Y una cosa es recitar el Credo desde el corazón y otra recitarlo como loros, ¿no? Creo, creo en Dios, creo en Jesucristo, creo... ¿Yo creo en aquello que digo? ¿Esta confesión de fe es verdadera o la digo un poco de memoria, porque se debe decir? ¿O creo por la mitad? ¡Confesar la fe! Toda, ¡no una parte! ¡Toda! Y esta fe custodiarla toda, así como nos llegó, por el camino de la tradición: ¡Toda la fe! Y, ¿Cómo puedo saber si yo confieso bien la fe? Hay un signo: quien confiesa bien la fe, y toda la fe, tiene la capacidad de adorar, adorar a Dios".

Nosotros sabemos cómo pedir a Dios, cómo agradecer a Dios, pero adorar a Dios, alabar a Dios ¡es algo más! Solamente quien tiene esta fe fuerte es capaz de adoración". "Yo me atrevo a decir que el termómetro de la vida de la Iglesia está un poco bajo en esto": hay poca capacidad de adorar, "no tenemos tanta, algunos sí...". Y esto es "porque en la confesión de la fe nosotros no estamos convencidos o estamos convencidos por la mitad". Entonces la primera actitud es confesar la fe y custodiarla. La otra actitud es "confiarse":

El hombre o la mujer que tiene fe se confía en Dios: ¡Se confía! Pablo, en un momento obscuro de su vida decía: "Yo sé bien en quien confío". ¡En Dios! "En el Señor Jesús! Confiarse: y esto no lleva a la esperanza. Así como la confesión de la fe nos lleva a la adoración y a la alabanza de Dios, el confiarse en dios nos lleva a una actitud de esperanza... Hay tantos cristianos con una esperanza con demasiada agua, no fuerte: una esperanza débil. ¿Por qué? Porque no tienen la fuerza y el coraje de confiarse en el Señor. Pero si nosotros cristianos confesando la fe, también custodiándola, y confiando en Dios, en el Señor, seremos cristianos vencedores. Y esta es la victoria que venció al mundo:¡Nuestra fe!