Papa: seguir a Jesús por el camino del “servicio concreto que nos damos unos a otros”
En la audiencia jubilar, Francisco dice que “lavando los pies a los apóstoles, Jesús ha querido revelar la manera de actuar de Dios con nosotros, y dar el ejemplo de su «mandamiento nuevo» de amarnos unos a otros como Él nos ha amado”. Dirigiéndose a los participantes en un curso de la Rota Romana: “la verificación de la validez o no del matrimonio representa una importante posibilidad; y estas personas han de ser ayudadas a recorrer, de la manera más ágil posible, este camino”.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – “Ser misericordiosos como el Padre significa seguir a Jesús en el camino del servicio”, un “servicio concreto, que nos damos unos a otros. El amor no es sólo palabras, obras…¡el amor es servicio! Un servicio humilde, dado en silencio y en lo escondido”. Prosiguiendo con la reflexión sobre la misericordia, a la cual están dedicando las catequesis para las audiencias, Francisco hoy subrayó el carácter concreto del servicio, que es el camino indicado por Jesús para vivir la fe.
Antes del encuentro en la plaza de San Pedro, Francisco recibió en el aula Pablo VI a los participantes de un curso de formación de la Ruta Romana sobre el nuevo proceso matrimonial y sobre el procedimiento super rato. Durante el reciente itinerario sinodal sobre la familia, recordó, surgieron "fuertes expectativas para tornar más ágiles y eficaces los procesos para la declaración de la nulidad matrimonial. Son muchos los fieles, de hecho, que sufren por el fin de su matrimonio y a menudo están oprimidos por a duda de si éste fue válido o no. Se preguntan, por lo tanto, si hubo algo en las intenciones o en los hechos que haya impedido la realización efectiva del sacramento. Pero estos fieles en muchos casos encontraban dificultades para acceder a las estructuras jurídicas eclesiales, y veían la necesidad de que los procesos fueran simplificados”.
Los documentos Mitis Iudex Dominus Iesus y Mitis et Misericors Iesus, promulgados el 15 de agosto pasado, dijo entonces, “tienen un objetivo eminentemente pastoral: mostrar la solicitud de la Iglesia hacia aquellos fieles que aguardan una rápida verificación sobre su situación matrimonial”. “Es importante –siguió diciendo- que la nueva normativa sea recibida y profundizada, tanto en el mérito como en el espíritu, especialmente por quienes operan en los Tribunales eclesiásticos, para brindar un servicio de justicia y caridad a las familias. Para tanta gente que ha vivido una experiencia matrimonial infeliz, la verificación de la validez o no del matrimonio representa una importante posibilidad; y estas personas han de ser ayudadas a recorrer, de la manera más ágil posible, este camino".
En el discurso dirigido a los 50.000 fieles presentes en la plaza San Pedro para la audiencia jubilar, el Papa tomó como punto de partida el lavatorio de los pies efectuado por Jesús. “De este modo –subrayó - Jesús señala a sus discípulos el servicio como el camino a recorrer para vivir la fe en Él y dar testimonio de su amor. Jesús mismo ha aplicado a sí la imagen del “Siervo de Dios” utilizada por el profeta Isaías. Él, que es el Señor, ¡se hace siervo! Lavando los pies a los apóstoles, Jesús ha querido revelar la manera de actuar de Dios con nosotros, y dar el ejemplo de su «mandamiento nuevo» (Jn 13,34) de amarnos unos a otros como Él nos ha amado, o sea, dando la vida por nosotros. El mismo Juan lo escribe en su Primera Carta: «En esto hemos conocido el amor: en que él entregó su vida por nosotros. Por eso, también nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos. […] Hijitos míos, no amemos solamente con la lengua y de palabra, sino con obras y de verdad» (3,16.18).El amor, entonces, es el servicio concreto que damos los unos a los otros. El amor no es sólo palabras, obras…¡el amor es servicio! Un servicio humilde, hecho en el silencio y en lo escondido, como Jesús mismo ha dicho: «Que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha» (Mt 6,3). Esto implica poner a disposición los dones que el Espíritu Santo nos ha donado, para que la comunidad pueda crecer (Cfr. 1 Cor 12,4-11). Además, se expresa en el hecho de compartir los bienes materiales, para que ninguno pase necesidad. Esto del compartir y de la dedicación a quien está en la necesidad es un estilo de vida que Dios sugiere también a muchos no cristianos, como camino de auténtica humanidad”.
“Por último, no olvidemos que lavando los pies a sus discípulos y pidiendo a ellos hacer lo mismo, Jesús nos ha invitado también a confesar mutuamente nuestras faltas y a rezar los unos por los otros para que sepamos perdonar de corazón. En este sentido, recordemos las palabras del santo obispo Agustín cuando escribía: «No desprecie el cristiano hacer lo mismo que hizo Cristo. Porque cuando el cuerpo se inclina a los pies del hermano, también en el corazón se enciende, y si ya estaba se alimenta, el sentimiento de humildad […] Perdonémonos mutuamente nuestras faltas y oremos juntos por nuestras culpas y así, de este modo, nos lavaremos los pies recíprocamente» (In Joh 58,4-5).
“El amor, la caridad y el servicio, ayudar a los demás, servir a los otros. Hay tanta gente que pasa la vida así, en el servicio a los demás. La semana pasada he recibido una carta de una persona que me decía que me agradecía por el Año de la Misericordia; me pedía orar por ella, para que pudiera estar más cerca del Señor. La vida de esta persona era cuidar a la mamá y al hermano; la mamá en cama, anciana, lúcida pero no se podía mover y el hermano discapacitado, en una silla de ruedas. Esta persona, su vida, era servir, ayudar. ¡Y esto es amor! Cuando te olvidas de ti mismo y piensas en los demás: ¡esto es amor! Y con el lavatorio de los pies el Señor nos enseña a ser servidores, más siervos, como Él ha sido siervo por nosotros, por cada uno de nosotros. Por lo tanto, queridos hermanos y hermanas, ser misericordiosos como el Padre significa seguir a Jesús en el camino del servicio”.
08/09/2015
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