Papa: seguir a Jesús es maravilloso, pero también cansador, y es un ‘camino de libertad’
No hay que seguir los "deseos de la carne" -la envidia, los prejuicios, la hipocresía y el rencor. Y debemos evitar la tentación de recurrir a "una rigidez preceptista" que nos apartaría "del camino de la libertad y, en lugar de subir a la cima, volveríamos al fondo".
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Seguir a Jesús es un "camino maravilloso, pero también cansador", en el que no hay que seguir los "deseos de la carne" -la envidia, los prejuicios, la hipocresía y el rencor- y evitar la tentación de recurrir a "una rigidez preceptista" que nos sacaría "del camino de la libertad y, en lugar de subir a la cima, volveríamos al fondo". Así describió el Papa Francisco el tema "Caminar según el Espíritu" durante la audiencia general de hoy, continuando el ciclo de catequesis sobre la Carta de San Pablo a los Gálatas.
Ante las ocho mil personas reunidas en el Aula Pablo VI, Francisco dijo que Pablo afirma que "creer en Jesús significa seguirlo, ir tras él por su camino, como hicieron los primeros discípulos". Y al mismo tiempo significa evitar el camino opuesto, el del egoísmo, el de la búsqueda del propio interés, que el Apóstol llama «deseo de la carne»". "El Espíritu es el guía de este viaje en el camino de Cristo". Según las palabras del Papa, es un viaje que podemos representar como "una larga caminata en la montaña: es fascinante, la meta nos atrae, pero requiere mucho esfuerzo y tenacidad".
"Al recorrer este camino, el cristiano adquiere una visión positiva de la vida. Esto no significa que el mal presente en el mundo haya desaparecido, o que ya no haya impulsos negativos como el egoísmo y el orgullo; significa más bien creer que Dios es siempre más fuerte que nuestra resistencia y más grande que nuestros pecados".
Francisco subrayó que al exhortar a los gálatas a seguir este camino, "el Apóstol se pone a su nivel", y dice: "caminemos". Utiliza el "nosotros", "no se sitúa por encima de su comunidad, sino que se pone en medio del camino de todos, para dar un ejemplo concreto de lo necesario que es obedecer a Dios, correspondiendo cada vez más y mejor a la guía del Espíritu". Y qué hermoso es cuando encontramos pastores que caminan con su pueblo y que no se apartan de él. Esto es muy bonito, y hace bien al alma".
"Este 'caminar según el Espíritu' no se limita a una acción individual: también concierne a la comunidad en su conjunto". Francisco citó a este respecto un pasaje de la Carta: "Hermanos, si alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros que tenéis el Espíritu, corregidlo con espíritu de mansedumbre. Y vela por ti mismo, no sea que también seas tentado. Soportad los unos las cargas de los otros" (6:1-2). Es, comentó, "una actitud muy diferente al chismorreo -no, esto no es según el Espíritu. Según el Espíritu, es tener esta gentileza con nuestro hermano al corregirlo y vigilarnos con humildad para no caer en esos pecados. En efecto, cuando tenemos la tentación de juzgar mal a los demás, como ocurre a menudo, debemos reflexionar primero sobre nuestra propia fragilidad. ¡Qué fácil es criticar a los demás! Pero hay personas que parecen tener una licenciatura en parloteo. Todos los días critican a los demás. ¡Pero mírate a ti mismo!".
"Es bueno preguntarse qué nos motiva a corregir a un hermano o hermana, y si no somos en cierto modo corresponsables de su error. El Espíritu Santo, además de darnos el don de la mansedumbre, nos invita a la solidaridad, a llevar las cargas de los demás. ¡Cuántas cargas hay en la vida de una persona: enfermedad, falta de trabajo, soledad, dolor...! Y cuántas otras pruebas que requieren la cercanía y el amor de los hermanos!". "La regla suprema de la corrección fraterna es el amor: querer el bien de nuestros hermanos. Se trata de tolerar los problemas de los demás, las faltas de los demás, en silencio, en la oración, y luego encontrar la manera correcta de ayudarles a corregirse. Y esto no es fácil. El camino más fácil es el chismorreo: despellejar a la otra persona como si yo fuese perfecto. Y eso no debe hacerse. La mansedumbre. La paciencia. Oración. La cercanía. Caminemos con alegría y paciencia por este camino, dejándonos guiar por el Espíritu Santo".