Papa: seguir a Jesús es amar, pastorear y prepararse para llevar la cruz
Aquellos que abrazan al Señor están destinados al “martirio”, a “llevar la cruz”, a ser conducidos adonde no se quiere ir. Pero esta es la brújula que orienta el camino del pastor. “Prepárate para las pruebas, prepárate para dejar todo para que venga otro y haga otras cosas, diversas”. El pastor “no husmea en la vida de los otros, no pierde el tiempo en las cordadas, en las cordadas eclesiásticas”.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Seguir a Jesús significa amar, ocuparse de los otros y prepararse para “llevar la cruz”. Lo dijo el Papa Francisco en la misa que celebró esta mañana en la casa Santa Marta, partiendo del pasaje del Evangelio de Juan (21,15-19), en el cual se describe el último diálogo entre el Señor y Pedro. Un coloquio empapado de recuerdos para “Simón, hijo de Juan”: desde cuando le cambia el nombre, pasando por los momentos de debilidad, hasta el “canto del gallo”.
“Amar, pastorear y prepararse para la cruz”, pero sobre todo no caer en la tentación de “meter la nariz en la vida de los otros” son los comportamientos que Francisco sacó del “sígueme” que Jesús dirige a sus discípulos.
El Papa subrayó las tres indicaciones que el Señor dirige a Pedro: “ámame, pastorea y prepárate”. Ante todo el amor, la gramática esencial para ser verdaderos discípulos del Hijo de Dios, y luego el pastorear, el ocuparse, porque la verdadera identidad del pastor es pastorear, “la identidad de un obispo, de un cura, es ser pastor”. “Ámame, pastorea y prepárate”. Ámame más que los otros, ámame como puedas pero, ámame. Es lo que el Señor pide a los pastores y también a todos nosotros. ‘Ámame’. El primer paso en el diálogo con el Señor es el amor”.
El Papa recordó luego que cuantos abrazan al Señor están destinados al “martirio”, a “llevar la cruz”, a ser conducidos adonde no se quiere ir. Pero esta es la brújula que orienta el camino del pastor. “Prepárate para las pruebas, prepárate para dejar todo para que venga otro y haga otras cosas, diversas”. Prepárate para este anonadamiento en la vida. Y te llevarán por las calles de las humillaciones, quizás tras el camino del martirio. Y aquellos que cuando tú eras pastor te alababan y hablaban bien de ti mismo y ahora hablarán mal porque el otro que viene parece ser más bueno. Prepárate. Prepárate para la cruz cuando te llevan adonde no quieres ir. Ámame, pastorea, prepárate. Esta es la hoja de ruta de un pastor, la brújula”.
La última parte del coloquio le sirvió a Francisco para volver a condenar las “cordadas” eclesiásticas, el deseo de husmear en la vida de los demás, sin contentarse con prestar atención a las propias cosas. “Ponte en su lugar, no vayas a meter la nariz en la vida de los otros, no pierdas el tiempo en las cordadas, en las cordadas eclesiásticas. Ama y pastorea y se prepara y no cae en la tentación”.
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