Papa: rezo por Vietnam y Myanmar devastados por las inundaciones, poner fin a la violencia en Gaza

En el Ángelus, la cercanía del pontífice a los afectados por el tifón Yagi y a las familias de los rehenes israelíes encontrados muertos en Gaza hace unos días. El recuerdo del encuentro con la madre de uno de ellos. «Que continúen las negociaciones y se encuentren soluciones de paz». A todos la invitación a volver a preguntar: «¿Quién es Jesús para ti?».

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Los pueblos de Asia están sufriendo luto y devastación a causa del tifón Yagi. Pero el «llanto de las madres» por sus hijos muertos por la guerra y la violencia. Empezando por los de los rehenes israelíes encontrados a principios de mes en un túnel de Gaza, once msi después de su secuestro por milicianos de Hamás.

La mirada de Francisco volvió a abrazar las heridas del mundo entero desde la ventana de la plaza de San Pedro, durante la habitual cita dominical con la oración del Ángelus. Recién llegado de su viaje apostólico que le ha llevado a Asia y Oceanía durante casi dos semanas, el Pontífice -al término de la oración mariana- quiso llamar la atención sobre el sufrimiento que precisamente en Oriente viven estos días miles de personas debido al cataclismo natural que ha azotado varios países causando cientos de muertos.

«Expreso mi cercanía a las poblaciones de Vietnam y Myanmar que sufren a causa de las inundaciones provocadas por un violento tifón -dijo Francisco- Rezo por los muertos, los heridos, los desplazados. Que Dios sostenga a quienes han perdido a sus seres queridos y sus hogares. Y bendiga a los que llevan ayuda».

Pero el Papa -como cada semana- también invitó a no olvidar las guerras que siguen tiñendo de sangre el mundo: Ucrania, Myanmar, Oriente Medio. «Cuántas víctimas inocentes», comentó, “pienso en las madres que han perdido a sus hijos en las guerras, cuántas vidas jóvenes han sido truncadas”. Francisco citó específicamente una de ellas: la de Hersh Goldman-Polin, un joven israelí-estadounidense secuestrado el 7 de octubre por milicianos palestinos junto a decenas de personas y hallado muerto a principios de septiembre junto a otros cinco rehenes en Gaza. «En noviembre del año pasado -recordó- conocí a su madre, Rachel, que me impresionó por su humanidad. La acompaño en este momento. Rezo por las víctimas», añadió, “y sigo estando cerca de todas las familias de los rehenes”. Que cese el conflicto en Palestina e Israel. Que cese la violencia, que cese el odio, que se libere a los rehenes, que continúen las negociaciones y que se encuentren soluciones de paz».

Antes del Ángelus -comentando el pasaje evangélico propuesto por la liturgia de hoy- Francisco había invitado a volver a plantearse la pregunta: «¿quién es Jesús para ti?». «Quizás respondemos bien -comentó- con alguna fórmula que aprendimos en el catecismo. Pero ¿estamos seguros de que esto significa conocer realmente a Jesús? En realidad, para conocer al Señor no basta saber algo de Él, sino que es necesario seguirle, dejarse tocar y cambiar por su Evangelio».

«Desgraciadamente -continuó-, muchos ya no se hacen esta pregunta y permanecen 'callados', dormidos, incluso lejos de Dios. En cambio, es importante preguntarse: ¿me dejo tocar, me pregunto quién es Jesús para mí y qué lugar ocupa en mi vida?».