Papa: respeto y ‘ternura’ hacia la tierra para nutrir a todos, sin derroches

En un mensaje a un evento promovido por la FAO, Francisco escribe en muchos lugares “el agua está contaminada, se acumulan las basuras, la deforestación avanza, el aire está viciado y el suelo acidificado. Todo ello genera un cúmulo nocivo de males y miserias”.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Tratar de construir “una sociedad justa e inclusiva”, que sepa erradicar el flagelo del hambre, respetando a la tierra, de tratar “con ternura” y no, como en muchos lugares “donde el agua está contaminada, la basura se acumula, la deforestación avanza, el aire está contaminado y el suelo acidificado. Todo esto genera un cúmulo de males y miserias”. Es el reclamo contenido en el mensaje que el Papa Francisco envió a los participantes en la jornada de estudio promovida por la FAO sobre el tema: “Agua, agricultura y alimentación: construyamos el mañana” que tiene lugar en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y Biosistemas, de la Universidad politécnica de Madrid.

Francisco evidencia que en la Biblia se liga la lluvia a la cosecha e Isaías compara la Palabra de Dios con el agua de lluvia que moja la tierra, y la hace germinar. “La sabiduría bíblica veía un estrecho vínculo entre estos elementos y los interpretaba desde la óptica del agradecimiento, nunca desde la voracidad o la explotación. La fe y la experiencia de las personas creyentes les lleva a este reconocimiento, que se transforma para nosotros en una acuciante llamada a la responsabilidad, a no quedar atrapados en cálculos mezquinos que impidan ayudar a los menos favorecidos, a quienes se ven privados de lo más básico”.

El Papa hace notar que la palabra “construir” contenida en el tema del encuentro da “un sentido de positividad, la aportación de un beneficio, la apertura al otro, la reciprocidad y la colaboración. Estas claves no han de olvidarse, pues el mañana que todos queremos únicamente podrá ser el resultado de una cooperación leal, solidaria y generosa” en “una sociedad que sitúe a la persona humana y sus derechos fundamentales en el centro, sin dejarse arrastrar por intereses cuestionables que solo enriquecen a unos pocos, lamentablemente siempre a los mismos". Esta será también la vía para procurar que las generaciones venideras tengan "los recursos necesarios para disfrutar de una vida digna y en plenitud”.

El flagelo del hambre, evidencia Francisco, continúa afectando a una gran parte de la humanidad, no obstante la Tierra tenga recursos para todos. Ésta por lo tanto debe ser protegida, “custodiando la belleza y preservando la copiosa variedad de los ecosistemas, cultivando los campos con atención y cuidado sin avidez, sin causar daños irreversibles”.

Bajo acusación también el derroche de alimentos por esto es esencial “educar a los niños y a los jóvenes a nutrirse en un modo sano y no simplemente a comer. Nutrirse correctamente - explicó- comporta conocer el valor de la comida, liberarse del consumismo frenético y compulsivo y hacer de la mesa un lugar de encuentro y fraternidad y no sólo un espacio de ostentación, derroche y caprichos”.