Papa: quien gobierna y no reza por quien gobierna es un pecado

Quien está en el gobierno tenga la conciencia de ser un “subalterno” del “pueblo”, que le dio el poder y Dios, del cual viene el poder a través del pueblo”. El gobernante que no reza “se cierra en su propia auto-referencialidad o en la de su partido, en aquel círculo del cual no se puede salir; es un hombre cerrado en sí mismo”.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Quien gobierna rece y el cristiano rece por quien gobierna. Quien está en el gobierno tenga conciencia de ser un “subalterno” del “pueblo”, que le dio el poder y de Dios, del cual viene el poder que le fue dado a través del pueblo”. Y para el cristiano no rezar por los gobernantes “es un pecado”. Lo dijo el Papa Francisco en la homilía de la misa que celebró esta mañana en la casa S. Marta, partiendo de las lecturas de hoy.

En la Primera Lectura, San Pablo aconseja a Timoteo que rece por los gobernantes. En el Evangelio, hay un gobernante que reza: es el centurión que tenía un siervo enfermo. Amaba al pueblo, aunque sea extranjero y amaba al siervo, de hecho se preocupaba. “Este hombre sintió la necesidad de la oración”, subrayó el Papa. No sólo porque “amaba”, sino también porque “tenía conciencia de no ser el dueño de todo, que no era la última instancia”. Sabía que sobre él, había otro que mandaba. Tenía subalternos, los soldados, pero él mismo estaba en condición de subalterno. Y esto lo lleva a rezar. El gobernante que tiene esta conciencia, de hecho, reza. “Si no reza, se cierra en su propia auto-referencialidad o en la de su partido, en aquel círculo del cual no se puede salir; es un hombre cerrado en sí mismo. Pero cuando ve los verdaderos problemas tiene esta conciencia de subordinación, que existe otro que tiene más poder que él. ¿Quién tiene el poder del gobernante? El pueblo, que le dio el poder y Dios, del cual viene el poder a través del pueblo. Cuando el gobernador tiene esta conciencia de subordinación, reza”.

La oración del gobernante, afirmó Francisco es importante “porque es la oración para el bien común del pueblo que a él le fue confiado”. Y recordó, en tal sentido, el coloquio tenido justamente con un gobernante que todos los días pasaba dos horas en silencio delante de Dios, no obstante estuviese muy ocupado. Entonces, es necesario pedir a Dios la gracia de poder gobernar bien como Salomón que no pidió a Dios oro ni riquezas, sino la sabiduría para gobernar. Los gobernantes, agregó Francisco, deben pedir al Señor esta sabiduría. “ES tan importante que los gobernantes recen”, pidiendo al Señor que no le quite la “conciencia de subordinación” de Dios y del pueblo: “Que mi fuerza se encuentre allí y no en el pequeño grupito o en mí mismo”.

Y a quién podría objetar diciendo ser agnóstico o ateo, el Papa dice: “Si no puedes rezar, compárate”, “con tu conciencia”, con “los sabios de tu pueblo”. Pero, “no permanezcas solo con el pequeño grupito de tu partido”, subraya. “Esto es auto-referencial”.

En la Primera Lectura, Pablo invita, justamente, a rezar por el rey, “para que podamos conducir una vida calma y tranquila, digna y dedicada a Dios”.

El Papa reveló, luego, que cuando un gobernante hace algo que no nos gusta, es criticado o de otro modo, alabado. Viene dejado solo con su partido, con el Parlamento”. “No, yo lo voté-le di de lo mío”- “Yo no lo voté, haga su deber”. No, nosotros no podemos dejar que los gobernantes estén solos. Debemos acompañarlos con la oración. ‘Pero, Padre, ¿cómo voy a rezar por este con las obras que hace?’-‘Entonces, se ve que tiene más necesidad todavía’. Reza y haz penitencia por el gobernante’. La oración de intercesión-es tan bella dice Pablo-es para todos los reyes, para todos aquellos que tienen el poder. ¿Por qué? Para que podamos conducir o tener una vida calma y tranquila’. Cuando el gobernante es libre y puede gobernar en paz, todo el pueblo aprovecha (se beneficia) de esto”.

En conclusión, Francisco pidió hacer un examen de conciencia sobre la oración por los gobernantes. “Yo les pido un favor: cada uno de ustedes se tome cinco minutos, no más. Si no es gobernante, se pregunte. ‘¿Yo rezo por los gobernantes? Sí por esto y por aquel otro sí, porque me gusta; por los otros, no. ¡Y lo necesitan aquellos más que este? ‘¿Rezo por todos los gobernantes?’. Y si ustedes encuentran, cuando hagan el examen de conciencia para confesarse, que no han rezado por los gobernantes, díganlo en la confesión. Porque no rezar por los gobernantes es un pecado”.