Papa: quien busca milagros y sensaciones nuevas no encuentra a Jesús, que está en la realidad cotidiana
Encuentra a Jesús “quien acepta sus caminos y sus desafíos: sin quejas, sin sospechas, sin críticas y caras largas. En otras palabras, Jesús te pide que lo recibas en la realidad cotidiana que vives; en la Iglesia de hoy, tal como es; en los que están cerca de ti cada día; en la concreción de los necesitados”. El año lunar comienza el próximo martes y para muchas familias, es una ocasión “para reunirse y vivir juntos momentos de amor y alegría”.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – Quien “busca milagros, sensaciones nuevas, una fe hecha de poder y de signos exteriores” no encuentra a Jesús, pues Él pide que lo acojas “en la realidad cotidiana que vives; en la Iglesia hoy, tal como es; en quien tienes cerca de ti cada día; en la concreción de los necesitados”. Es lo que sugiere el episodio evangélico de Jesús expulsado de la sinagoga de Nazaret, que el Papa Francisco comentó en el Ángelus de hoy.
Francisco se dirigió a las diez mil personas presentes en Plaza San Pedro luego de rezar la oración a María y recordó que a principios de febrero muchos países del Lejano Oriente celebran el Año Nuevo lunar. Para muchas familias, es una ocasión “para reunirse y vivir juntos momentos de amor y alegría”. “Desafortunadamente, muchas familias no podrán reunirse este año, debido a la pandemia. Espero que pronto podamos pasar la prueba”, con la esperanza de que “gracias a la buena voluntad de los individuos y la solidaridad de los pueblos, toda la familia humana pueda alcanzar metas de prosperidad material y espiritual con renovado dinamismo”.
Antes del Ángelus, Francisco comentó el pasaje del Evangelio y subrayó que para Jesús, el modo en que reaccionaron sus paisanos no fue del todo imprevisto”. Entonces cabe preguntarse, “¿por qué va a su tierra, aún cuando prevé el fracaso? ¿Por qué hacer el bien a gente que no está dispuesta a aceptarte? Esta es una pregunta que nosotros también nos hacemos a menudo. Es una pregunta que nos ayuda a comprender mejor a Dios. Él no se echa atrás frente a nuestra cerrazón: no pone un freno a su amor. Vemos un reflejo de esto en aquellos padres que son conscientes de la ingratitud de sus hijos, pero no por ello dejan de amarlos y hacerles bien. Dios es así, pero en un nivel mucho más alto. Y hoy también nos invita a creer en el bien, a intentarlo todo cuando se trata de hacer el bien”.
“En lo que sucede en Nazaret. Sin embargo, encontramos algo más: la hostilidad hacia Jesús por parte de 'los suyos' nos provoca. Ellos no lo recibieron, ¿y nosotros? Para verificarlo, fijémonos en los modelos de acogida que propone hoy Jesús. Son dos extranjeros: una viuda de Sarepta de Sidón y Naamán, el sirio”. Ambos acogieron a un profeta: la viuda, a Elías, y el sirio, a Eliseo, demostrando su “disponibilidad y humildad”. Así se da la fe, esta es la manera de “acoger a Dios". "Jesús también sigue el camino de los profetas: se presenta de una manera que no esperaríamos. No lo encuentran quienes buscan milagros, sensaciones nuevas, una fe hecha de poder y signos exteriores. En cambio, lo encuentran quienes aceptan sus caminos y sus desafíos: sin quejas, sin sospechas, sin críticas y sin caras largas. Jesús, en otras palabras, te pide que lo recibas en la realidad cotidiana que vives; en la Iglesia de hoy, tal como es; en los que están cerca de ti cada día; en la concreción de los necesitados".
“Y nosotros, ¿le damos la bienvenida o nos parecemos a sus conciudadanos, que creían saberlo todo sobre él? 'Estudié teología, hice ese curso de catequesis... ¡Lo sé todo sobre Jesús!'. ¡Sí, como un tonto! No seas tonto, no conoces a Jesús, tal vez, después de tantos años de ser creyentes, pensamos que conocemos bien al Señor -tantas veces, con nuestras ideas y nuestros juicios. El riesgo es acostumbrarse, acostumbrarnos a Jesús ¿Y cómo nos acostumbramos? Cerrándose, cerrándonos a sus novedades, en el momento en que llama a tu puerta y te dice algo nuevo, quiere entrar en ti. Debemos salir de esta fijación, de permanecer instalados en nuestras posiciones. El Señor pide una mente abierta y un corazón sencillo. Y cuando una persona tiene una mente abierta, un corazón sencillo, tiene la capacidad de sorprenderse, de asombrarse. El Señor siempre nos sorprende, esta es la belleza del encuentro con Jesús”.
Finalmente, Francisco recordó que hoy es la Jornada Mundial de los enfermos de lepra y expresó su “cercanía a quienes padecen esta enfermedad”, así como el deseo de que “no les falte el apoyo espiritual y la atención sanitaria”. “Es necesario trabajar juntos por la plena integración de estas personas, superando cualquier discriminación asociada a una enfermedad que, lamentablemente, todavía afecta a muchos, especialmente en contextos sociales más desfavorecidos”. (FP)
30/01/2016 14:32
08/02/2024 16:05
24/01/2020 13:52