Papa: que las instituciones ayuden a los que quieren adoptar un niño
“No basta con traer un hijo al mundo para decir que se es padre o madre”. “Siempre que alguie asume la responsabilidad de la vida de otro, en cierto sentido ejerce la paternidad con respecto a él”. “Rezo para que nadie se sienta privado de un vínculo de amor paterno. Que san José ejerza su protección y ayuda con los huérfanos y que interceda por las parejas que desean tener un hijo”.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - San José, padre putativo de Jesús, muestra la importancia fundamental de la paternidad y la maternidad, natural o adoptiva, porque "tener hijos es arriesgado, pero es más arriesgado no tenerlos". Continuando con el ciclo de catequesis sobre san José en la audiencia general, el Papa Francisco habló hoy sobre el tema de la adopción, expresando la esperanza de que "las instituciones estén siempre dispuestas a ayudar en este sentido, supervisando con seriedad pero también simplificando el procedimiento necesario para que pueda hacerse realidad el sueño de tantos pequeños que necesitan una familia y de tantos esposos que desean donarse en el amor”.
Francisco recordó en primer lugar que los evangelistas Mateo y Lucas presentan a José como el padre putativo de Jesús y no como padre biológico. “Como padre legal de Jesús - dijo entonces - José ejerce el derecho de imponer el nombre a su hijo, reconociéndolo jurídicamente. En la antigüedad el nombre era el compendio de la identidad de una persona. Cambiar el nombre significaba cambiarse a uno mismo, como en el caso de Abrám, cuyo nombre Dios cambia por 'Abraham', que significa 'padre de muchos', «porque - dice el Libro del Génesis - será el padre de una multitud de naciones» (17,5)". "José ya sabe que para el hijo de María hay un nombre preparado por Dios, su verdadero padre: 'Jesús', que significa 'El Señor salva', como le explica el ángel: «Porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1, 21). Este aspecto particular de la figura de José nos ayuda hoy a reflexionar sobre la paternidad y la maternidad”.
“No basta - continuó - con traer un hijo al mundo para decir que se es padre o madre. «Nadie nace padre, sino que se hace. Y no se hace sólo por traer un hijo al mundo, sino por hacerse cargo de él responsablemente. Cada vez que alguien asume la responsabilidad de la vida de otro, en cierto sentido está ejerciendo la paternidad con respecto a él» (Carta Apostólica Patris corde). Pienso de manera particular en todos aquellos que están abiertos a aceptar la vida por el camino de la adopción. José nos muestra que este tipo de vínculo no es secundario, no es el último recurso. Este tipo de elección es una de las formas más elevadas de amor, de paternidad y maternidad. ¡Cuántos niños en el mundo están esperando que alguien se ocupe de ellos! Y cuántos esposos desean ser padres y madres pero no pueden por razones biológicas; o, aunque ya tienen hijos, quieren compartir el afecto de su familia con los que se han visto privados de él. No debemos tener miedo de elegir el camino de la adopción, de asumir el 'riesgo' de acogerlos".
Observando los fenómenos sociales de este momento, Francisco señaló entonces que "hoy con la orfandad hay un cierto egoísmo" y, recordando que hace pocos días había hablado de un 'invierno demográfico', agregó: "Vemos que la gente no quiere tener hijos y muchas parejas no tienen hijos porque no quieren, o tienen uno solo. Pero tienen perros y gatos, que ocupan el lugar de los hijos. Esta negación de la paternidad y la maternidad nos quita la humanidad. Y la civilización se hace cada vez más vieja y sin humanidad porque se pierde la riqueza de la paternidad y la maternidad, y la Patria sufre porque no tiene hijos”.
El Papa pidió entonces a san José la gracia de "despertar las conciencias". “Rezo para que nadie se sienta privado de un vínculo de amor paternal. Que san José ejerza su protección y ayuda a los huérfanos e interceda por las parejas que desean tener un hijo. Por eso pidamos: San José, tú que has amado a Jesús con amor de padre, hazte cercano a tantos niños que no tienen familia y desean un padre y una madre. Sostén a los cónyuges que no pueden tener hijos, ayúdalos a descubrir, a través de ese sufrimiento, un proyecto más grande. Haz que a nadie le falte un hogar, un vínculo, una persona que lo cuide; y cura el egoísmo de los que se cierran a la vida, para que abran el corazón al amor. Amén".
La oración se repitió luego en los saludos. En francés dijo: "pedimos a san José, guardián de la Sagrada Familia, que proteja y venga en ayuda de todos los niños, especialmente de los huérfanos, y que también interceda por las parejas que esperan un hijo"; en portugués: "pedimos la ayuda de san José para que muchos niños que no tienen familia encuentren el amor paternal y maternal en aquellos que, aunque no los hayan engendrado biológicamente, desean engendrarlos en su corazón"; y en árabe: "Le pedimos a san José, que amó a Jesús con amor de padre, que esté cerca de tantos niños que no tienen familia y quieren un papá y una mamá, y que sostenga a las parejas que no pueden tener hijos, para que descubran, a través de este sufrimiento, el proyecto más grande de Dios".
Al terminar la audiencia, hubo una breve actuación de algunos artistas del Rony Roller Circus, a quienes agradeció su trabajo "porque transmiten alegría a las personas y despiertan la admiración de adultos y jóvenes".
Esta audiencia general también incluyó la novedad de algunos empleados del Vaticano, hombres y mujeres, religiosos y laicos que leyeron los saludos en los diferentes idiomas.
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