Papa: que la sanidad ponga al enfermo en el centro, antes que las técnicas y la búsqueda de las ganancias
Vacunas: “Es urgente ayudar a los países que tienen menos, pero hay que hacerlo con planes de largo alcance, no solo motivados por la prisa de las naciones ricas por estar más seguras. Los medicamentos deben distribuirse con dignidad, no como limosnas piadosas”.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - La sanidad debe "anteponer el enfermo a la enfermedad", a las "técnicas y proyectos", y los centros de salud católicos también deben demostrar que "antes que los objetivos de lucro están las necesidades de los enfermos" y que "no hay vidas indignas o vidas que descartar porque no responden al criterio de utilidad o a las exigencias de beneficios”. El Papa Francisco insistió hoy en el principio de la centralidad de la persona del enfermo en su encuentro con la Fundación Universitaria Biomédica del Campus Bio-Médico de la Universidad de Roma, administrado por el Opus Dei. "El amor al hombre - dijo - especialmente en su condición de fragilidad, en el que brilla intensamente la imagen de Jesús Crucificado, es específico de una realidad cristiana y no debe perderse nunca".
Eso es especialmente cierto en este momento. “Estamos viviendo una verdadera cultura del descarte; es un poco como el aire que respiramos, y debemos reaccionar contra esa cultura del descarte”. “Todo centro sanitario, en particular los de inspiración cristiana, debería ser un lugar donde se practica el cuidado de la persona y del que se pueda decir: ‘Aquí no se ven sólo médicos y enfermos, sino personas que se acogen y se ayudan mutuamente: aquí se puede experimentar la terapia de la dignidad humana’. Y eso nunca se puede negociar y hay que defenderlo siempre.
El amor es, por tanto, el criterio central que Francisco señala a los que trabajan en el ámbito de la salud. Amor que solo se consigue trabajando "juntos": una palabra tan "simple" como "difícil de vivir", sobre todo en estos tiempos de pandemia. Precisamente la pandemia “nos ha mostrado la importancia de conectarnos, de colaborar, de abordar unidos los problemas comunes. La sanidad, especialmente la católica, necesita y necesitará eso cada vez más, estar en red. Ya no es tiempo de seguir el propio carisma de forma aislada. La caridad requiere el don: el saber se comparte, la competencia se intercambia, la ciencia se pone en común. La ciencia - digo -, no sólo los productos de la ciencia que, si se ofrecen solos, siguen siendo parches que pueden detener el mal pero no pueden curarlo en profundidad. Esto se aplica, por ejemplo, a las vacunas: es urgente ayudar a los países que menos tienen, pero hay que hacerlo con planes de largo alcance, no motivados solo por la prisa de las naciones ricas por estar más seguras. Los medicamentos se deben distribuir con dignidad, no como limosnas piadosas. Para hacer el bien de verdad hay que promover la ciencia y su aplicación integral: comprender los contextos, inculcar la prevención, promover la cultura sanitaria. No es fácil, es una verdadera misión, y espero que la sanidad católica sea cada vez más activa en este sentido, como expresión de una Iglesia extrovertida, de una Iglesia en salida”.
17/12/2016 13:14