Papa: que la Iglesia comunique con el testimonio, sin miedo

“Comunicar con el testimonio, comunicar, y ponerse en juego en la comunicación, comunicar poniendo nombre a las cosas, comunicar como mártires, es decir, como testigos de Cristo: como mártires”. Es la tarea que Francisco ve confiada a aquellos que, en la Iglesia, se ocupan de la comunicación. Una tarea que destacó hoy, en la audiencia con el Dicasterio para la Comunicación.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – “Comunicar con el testimonio, comunicar y ponerse en juego en la comunicación, comunicar poniendo nombre a las cosas, comunicar como mártires, es decir, como testigos de Cristo: como mártires”. Es la tarea que Papa Francisco ve confiada a aquellos que, en la Iglesia, se ocupan de la comunicación. Una labor que fue destacada hoy, en la audiencia con el Dicasterio para la Comunicación.

En un discurso espontáneo, Francisco afirmó que en el origen de toda comunicación está el deseo de Dios de comunicar. Dios que comunicar en su seno y que se comunica con nosotros. “Este es el inicio de la comunicación: no es un trabajo de oficina, como la publicidad, por ejemplo: no. Comunicarse es justamente tomar el Ser de Dios y tener la misma actitud; no poder permanecer solos: la necesidad de comunicar lo que tengo, y de lo cual pienso que es verdadero, justo, bueno y bello”.

El pontífice prosiguió diciendo que “se comunica con el alma y con el cuerpo, con la mente y el corazón, con las manos, se comunica con todo”. El verdadero comunicador da todo de sí, no retiene nada. Pero ustedes no deben hacer mera publicidad. No deben hacer proselitismo”. La Iglesia no crece sino por atracción, y la comunicación debe ser testimonio. “Si ustedes quieren comunicar solamente una verdad sin la bondad y la belleza, deténgase, no lo hagan. Si ustedes quieren comunicar una verdad a medias, sin involucrarse, sin el testimonio de su propia vida, es decir, con la propia piel en la verdad, deténgase, no lo hagan. Siempre está la firma del testimonio en cada una de las cosas que hacemos. Testigos: cristianos quiere decir testigos. Mártires. Es esta la dimensión martirial de nuestra vocación: ser testigos”.

La segunda cosa sobre la cual se detuvo Francisco es “no tener miedo; ¿somos pocos? Sí, pero con ganas de ‘misionar’, de hacer que los demás vean quiénes somos. Con el testimonio, una vez más, y repito aquella frase de San Francisco dirigida a sus frailes, cuando los mandaba a predicar: ‘Prediquen el Evangelio, y de ser necesario, inclusive con las palabras”, es decir, el testimonio en primer lugar.

“La comunicación de ustedes -dijo, por último- ha de ser austera, pero bella: la belleza no es la del arte rococó, la belleza no necesita de estas cosas rococó; la belleza se manifiesta por su mismo nombre, sin fresas en la torta. Creo que debemos aprender esto. Comunicar con el testimonio, comunicar pero involucrado en la comunicación, comunicar con el nombre de las cosas, comunicar como mártires, es decir, como testigos de Cristo: como mártires”.

En el discurso que se había preparado para la ocasión, y que fue entregado a los presentes, se lee, entre otras cosas, que “Es la primera vez que me reúno con todos ustedes desde aquella vez, hace cuatro años, cuando se inició el proceso de fusión, en un nuevo Dicasterio de la Curia Romana, de todas aquellas realidades que, de diversa forma, se ocupaban de la comunicación (cfr Motu proprio El actual contexto comunicativo, 27 de junio de 2015). Las reformas casi siempre demandan esfuerzo, y la de los medios vaticanos también ha costado. Puede haber habido tramos del camino particularmente difíciles, incluso puede haber habido malentendidos, pero estoy contento de ver que el camino sigue adelante con amplitud de miras y con prudencia. Sé del esfuerzo que han hecho para utilizar mejor los recursos que se les confían, conteniendo costos improductivos”.

“Para la Iglesia, la comunicación es una misión. No hay inversión que sea demasiado alta para difundir la Palabra de Dios. Al mismo tiempo, todos los talentos deben ser bien gastados, dando fruto con ellos. En este punto también se mide la credibilidad de lo que decimos. Además, para permanecer fieles al don recibido, hay que tener el coraje de cambiar, jamás sentir que ya se ha llegado, y tampoco desalentarse. Siempre es necesario ponerse en juego, salir de las falsas seguridades propias y abrazar el reto del futuro. Recorrer los tiempos [que nos tocan] no es apagar la memoria del pasado; es mantener vivo el fuego”.