Papa: que en la sociedad globalizada el sacerdote busque crear fraternidad

La vocación del sacerdote en estos tiempos también ha sido uno de los temas centrales de la reflexión que ofreció el Papa Francisco en el Pontificio Colegio Mexicano. “No subestimar las tentaciones mundanas que pueden llevarnos a un insuficiente conocimiento personal, a actitudes autorreferenciales, al consumismo y a las múltiples formas de evasión de nuestras responsabilidades”.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - En una realidad globalizada interconectada por las redes sociales y los medios de comunicación, necesitamos "una visión de conjunto y unidad, que nos impulse a crear fraternidad, que nos permita poner en evidencia los puntos de conexión e interacción en el seno de las culturas y en la comunidad eclesial” y el sacerdote está llamado a tener una mirada “de ternura, de reconciliación y de fraternidad", configurándola así con la del Señor y la mirada de amor con la que nos contempla". La vocación del sacerdote en estos tiempos fue uno de los temas centrales de la reflexión que ofreció el Papa Francisco en el Pontificio Colegio Mexicano, donde fue recibido esta mañana.

Con respecto a la tarea de formación propia del Colegio que había señalado el rector, padre Víctor Ulises Vásquez Moreno, Francisco dijo que para "leer los signos de los tiempos" desde la perspectiva de Dios, “es indispensable armonizar en la formación permanente las dimensiones académica, espiritual, humana y pastoral”.

Señaló luego la necesidad de "tomar conciencia de nuestras deficiencias personales y comunitarias, así como de las negligencias y faltas que tenemos que corregir en nuestra vida", e instó a "no subestimar las tentaciones mundanas que pueden llevarnos a un insuficiente conocimiento personal, a actitudes autorreferenciales, al consumismo y a las múltiples formas de evasión de nuestras responsabilidades”. Citando a De Lubac, recordó que "la mundanidad espiritual es el peor de los males que puede sufrir la Iglesia".

Ante los problemas de hoy, la falta de esperanza, especialmente en los más jóvenes, y la corrupción, Francisco señaló a María como modelo de ternura, que refleja el amor de Dios que "acoge a todos". “Sólo dejándonos modelar por Él se intensifica nuestra caridad pastoral, donde nadie queda excluido de nuestra solicitud y oración. Además, esto nos impide recluirnos en casa, en la oficina o en pasatiempos, y nos anima a salir al encuentro de la gente, a no quedarnos quietos". Invitó luego a no clericalizarse: "el clericalismo es una perversión".

Con respecto a la reconciliación, los pastores están “lllamados a ayudar a recomponer relaciones respetuosas y constructivas entre personas, grupos humanos y culturas al interior de la sociedad, proponiendo a todos «dejarse reconciliar por Dios» (cf. 2 Co 5,20) y comprometerse en el restablecimiento de la justicia”.

Por último, “junto a Cristo Siervo y Pastor, hemos de ser capaces de tener una visión de conjunto y unidad, que nos impulse a crear fraternidad, que nos permita poner en evidencia los puntos de conexión e interacción en el seno de las culturas y en la comunidad eclesial. Una mirada que facilite la comunión y la participación fraterna; que anime y guíe a los fieles a ser respetuosos de nuestra casa común y constructores de un mundo nuevo, en colaboración con todos los hombres y mujeres de buena voluntad”.