Papa: predicar bien no es suficiente, si falta la cercanía, la compasión que tiene el Señor cuando "visita" a su pueblo
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Predicar bien no es suficiente, si se olvida de esa cercanía, de la compasión que tiene el Señor cuando "visita" a su pueblo. Es la reflexión sugerida por el
Papa Francisco desde el episodio del Evangelio de hoy que habla de Jesús que
se acerca a un cortejo fúnebre: una
viuda de Naín perdió a su único
hijo. El Señor
hizo el milagro de traer a la vida el joven.
Pero, dijo el
Papa durante la misa celebrada hoy
en la Casa Santa Marta,
Jesús hace algo más: está cerca. "Dios
- dicen - ha
visitado a su pueblo". Cuando
Dios visita "hay algo más, hay algo nuevo", "quiere
decir que su presencia está
especialmente allí". Jesús
está cerca. "Estaba
cerca de la gente. Dios cercano que logra comprender el corazón de la gente, el
corazón de su pueblo. Después ve el cortejo, y el Señor se acerca. Dios visita
a su pueblo, en medio de su pueblo, y acercándose. Cercanía. Es la modalidad de
Dios. Y después hay una expresión que se repite en la Biblia, tantas veces: 'El
Señor tuvo gran compasión'. La misma compasión que tenía, dice el Evangelio,
cuando vio a tanta gente como ovejas sin pastor. Cuando Dios visita a su
pueblo, está cerca de él, se acerca a él y siente compasión: se conmueve".
"El Señor - prosiguió diciendo
Francisco - se siente profundamente conmovido, como lo estuvo ante la tumba de
Lázaro". Como se conmovió aquel Padre "cuando vio volver a casa a su hijo"
pródigo: "Cercanía y compasión: así el
Señor visita a su pueblo. Y cuando nosotros queremos anunciar el Evangelio,
llevar adelante la Palabra de Jesús, éste es el camino. El otro camino es el de
los maestros, el de los predicadores de aquel tiempo: los doctores de la ley,
los escribas, los fariseos... Alejados del pueblo, hablaban... bien: hablaban bien.
Enseñaban la ley, bien. Pero alejados. Y ésta no era una visita del Señor: era
otra cosa. El pueblo no sentía esto como una gracia, porque faltaba la
cercanía, faltaba la compasión, es decir, padecer con el pueblo".
"Y hay otra palabra - subrayó
el Papa - que es propia de cuando el Señor visita a su pueblo: 'El muerto se
incorporó y se puso a hablar, y Él - Jesús - se lo dio a su madre'": "Cuando
Dios visita a su pueblo, devuelve la esperanza al pueblo. Siempre. Se puede
predicar la Palabra de Dios brillantemente: en la historia hubo tantos buenos
predicadores. Pero si estos predicadores no fueron capaces de sembrar
esperanza, esa prédica no sirve. Es vanidad".
Viendo a Jesús que devolvió el hijo vivo a su mamá - concluyó el Papa su
homilía - "podemos entender lo que significa una visita de Dios a su pueblo. Y
pedir como gracia que nuestro testimonio de cristianos sea portador de la
visita de Dios a su pueblo, es decir, de la cercanía que siembra la esperanza".
23/12/2015
02/05/2017 13:54