Papa: pidamos a María la paz del mundo, el fin de la pandemia y nuestra conversión

Mañana es la Jornada de ayuno, oración y obras de caridad, propuesta por el Alto Comité de la Fraternidad Humana. “Invito y aliento a todos a unirse a este evento: unámonos como hermanos, pidiendo al Señor que salve a la humanidad de esta pandemia, que ilumine a los científicos y cure a los enfermos”.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – La oración “es un impulso, es un invocación que va más allá de nosotros mismos”, es “la voz de un ‘yo’ que camina a ciegas, que se mueve a tientas, en busca de un “Tú”. Con ella, el cristiano “entra en relación con el Dios del rostro dulcísimo, que no quiere despertar ningún miedo en los hombres”, y al cual se le puede “pedir todo, explicar todo, contarle todo”. “La oración del cristiano” fue el tema de la segunda catequesis para la audiencia general, que Papa Francisco desarrolló en la Biblioteca Privada. Y ya que hoy se celebra la memoria litúrgica de la Virgen de Fátima, el Papa recomendó rezar a María, pidiéndole “paz para el mundo, el fin de la pandemia, el espíritu de penitencia y nuestra conversión”.

“La oración – dijo - es un impulso, es una invocación que va más allá de nosotros mismos: es algo que nace de lo más íntimo de nuestra persona y se proyecta, porque advierte la nostalgia de un encuentro. Tenemos que subrayar esto”, “la oración es la voz de un ‘yo’ que que camina a ciegas, a tientas, en busca de un ‘Tú’. El encuentro entre un yo y un tú no puede hacerse con las calculadoras, es un encuentro humano. La oración del cristiano, en cambio, nace de una revelación: el ‘Tú’ no ha quedado envuelto en el misterio, sino que ha entrado en relación con nosotros. El cristianismo es la religión que celebra continuamente la ‘manifestación’ de Dios, su epifanía”.

“La oración del cristiano entra en relación con el Dios de rostro dulcísimo, que no quiere infundir ningún temor en los hombres. Esta es la primera característica de la oración cristiana. Si los hombres estaban habituados a acercarse a Dios un poco intimidados, un poco temerosos por este misterio fascinante y tremendo, si se habían habituado a venerarlo con una actitud servil, similar a la de un súbdito que no quiere faltar el respeto a su señor, los cristianos, en cambio, se atreven a dirigirse a Él con confianza, llamándolo con el nombre de ‘Padre’; es más, Jesús usa la otra palabra: ‘papá’... El cristianismo ha prohibido cualquier tipo de relación ‘feudal’ con Dios. En el patrimonio de nuestra fe no hay expresiones tales como ‘sumisión’, ‘esclavitud’ o ‘vasallaje’; pero sí palabras como ‘alianza’, ‘amistad’, ‘comunión’, ‘cercanía’.

“Dios es el aliado fiel: si los hombres dejan de amar, Él sigue amando, aunque el amor lo conduzca al Calvario. Siempre está a la puerta de nuestro corazón, y espera que le abramos. Cada tanto toca a la puerta, pero lo hace con paciencia, sin forzar las cosas, con mucho amor”. La paciencia de Dios es “como la paciencia de un papá, de alguien que nos ama mucho. Incluso diría que es la paciencia de un papá y una mamá, juntas”

Al final, al saludar a los fieles en lengua árabe, Francisco recordó que la oración “es la forma para comunicarse con Dios y escucharlo", y que por eso acogió la invitación del Alto Comité de la Fraternidad Humana, de dedicar la jornada de mañana a la oración, al ayuno y a las obras de caridad. “Invito y aliento a todos a unirse a este evento – concluyó - : unámonos como hermanos, para pedir al Señor que salve a la humanidad de la pandemia, que ilumine a los científicos y cure a los enfermos”.