19/06/2018, 13.51
VATICANO
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Papa: pedir a Dios la gracia de saber amar a nuestro enemigo

Entendemos que “debemos perdonar a los enemigos”, aún cuando no sea fácil, y también que hay que “rezar por los demás”, por “aquellos que nos provocan dificultades”. “Pero rezar por quienes quieren destruirme, los enemigos, para que Dios los bendiga: esto es realmente difícil”. Y, sin embargo, muchos lo han hecho, como los “cristianos enviados a Siberia” y a Auschwitz.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – Pedir a Dios la gracia de saber amar a nuestro enemigo. Es la exhortación central de la homilía de la misa que el Papa Francisco celebró esta mañana en la Casa Santa Marta, tomando como punto de partida el pasaje del Evangelio de Marcos (Mc 5, 43-48), donde Jesús dice a los discípulos: “amad a vuestro enemigos y rezad vuestros perseguidores”.

Entendemos, observó Francisco, que “debemos perdonar a los enemigos”, “lo decimos todos los días en el Padrenuestro; pedimos perdón como nosotros perdonamos: es una condición…” aunque no sea fácil hacerlo. De la misma manera, “rezar por los demás”, por “aquellos que nos provocan dificultades”, por los “que nos ponen a prueba: esto también es difícil, pero lo hacemos. O al menos, muchas veces logramos hacerlo”. “Pero rezar por aquellos que quieren destruirme, los enemigos, para que Dios los bendiga: esto es realmente difícil de entender. Pensemos en el siglo pasado, en los pobres cristianos rusos que por el solo hecho de ser cristianos eran mandados a Siberia a morirse de frío: ¿y ellos debían rezar por el gobernante verdugo que los mandaba allí? ¿Cómo es posible? Y muchos lo hicieron: rezaron. Pensemos en Auschwitz y en los otros campos de concentración: ¡ellos debían rezar por este dictador que quería la raza pura y asesinaba sin escrúpulos, y rezar a Dios para que lo bendijese! Y muchos lo hicieron”.

Es la “lógica difícil” de Jesús, que, en el Evangelio, se encierra en la plegaria y en la justificación de aquellos que “lo mataban” sobre la Cruz; “perdónalos, Padre, porque no saben lo que hacen”. Jesús pide perdón por ellos, y lo mismo hace, en el momento de su martirio, San Esteban. “Pero cuánta distancia hay, qué infinita es la distancia entre nosotros, que muchas veces no perdonamos ni las pequeñas cositas, y esto que nos pide el Señor y de lo cual nos ha dado el ejemplo: perdonar a quienes buscan destruirnos. En las familias es tan difícil, a veces, perdonas a los cónyuges luego de alguna disputa, o perdonar a la suegra: no es fácil. Para el hijo, pedirle perdón al papá, es difícil. Pero perdonar a los que te están matando, a los que quieren eliminarte… No solamente perdonar: ¡rezar por ellos, para que Dios los custodie! Es más: amarlos. Solamente la palabra Jesús puede explicar esto. Yo no logro ir más allá”.  

Por lo tanto, es una “gracia” que se debe pedir, esta de “entender algo sobre este misterio cristiano y ser perfectos como el Padre, que da todos sus bienes a buenos y a malos”. “Hoy nos hará bien –concluyó el Papa- pensar en un enemigo –creo que todos tenemos alguno-, alguien que  nos haya hecho daño o que nos quiere hacer el mal o que trata de hacer daño: en esto. La oración mafiosa es: ‘¡Me las pagarás!’. La oración cristiana es: ‘Señor, dale tu bendición y enséñame a amarlo’. Pensemos en alguien puntual: todos tenemos a alguien. Pensemos en él. Pensemos en él. Pidamos al Señor que nos conceda la gracia de amarlo”.

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