Papa: no vivir dependiendo de los problemas, sino confiándose en Dios
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- “No vivir dependiendo de los problemas- ¡terminado uno se presentará otro!- sino confiándose en Dios y poniéndose en Sus manos cada día”. Y “el Heme aquí” con el cual María respondió al ángel, explicado por el Papa Francisco en el Ángelus de la Fiesta de la Inmaculada, en el cual recordó también que hoy en Argelia, son proclamados beatos el obispo Pietro Claverie y 18 compañeros religiosos y religiosas, asesinados en odio a la fe. A las 30 mil personas presentes en la plaza de san Pedro, el Papa dijo que “la palabra de Dios hoy nos presenta una alternativa. En la primera Lectura está el hombre que en sus orígenes dice no a Dios. En el Evangelio está María que en la anunciación dice sí a Dios. En ambas lecturas es Dios que busca al hombre. En el primer caso va a lo de Adán y le pregunta: “¿Dónde estás?” (Gen 3,9) y él le responde: “Me escondí” (v 10). En el segundo caso, en cambio, va a lo de María, sin pecado, que responde: “Heme aquí, soy la sierva del Señor” (Lc 1,38). Heme aquí es lo contrario del me escondí. El Heme aquí abre a Dios, mientras que el pecado cierra, aisla, hace que uno se quede solo consigo mismo”.
“Heme aquí es la palabra-clave de la vida. Marca el pasaje de una vida horizontal, centralizada sobre sí mismo y sobre sus propias necesidades, a una vida vertical, lanzarse hacia Dios. Heme aquí es el remedio para el egoísmo, el antídoto a una vida insatisfecha, a la cual siempre falta algo. Heme aquí es el remedio contra el envejecimiento del pecado es la terapia para permanecer jóvenes por dentro. Heme aquí es creer que Dios cuenta más de mi yo. es el elegir de apostar sobre el Señor, dóciles a sus sorpresas. Por lo tanto decirle Heme aquí es la alabanza más grande que podemos ofrecerle. ¡Por qué no iniciar así las jornadas? Con un ‘Heme aquí Señor’ . Sería hermoso decir cada mañana: ‘Heme aquí, Señor, hoy se cumpla en mí tu voluntad’. Lo diremos en la plegaria del Ángelus, pero podemos repetir ahora: ¡Heme aquí, Señor, hoy se cumpla en mí tu voluntad! Mería agrega. “Se cumpla en mí según tu palabra”. No dice: ‘suceda según yo’, sino ‘según Tú’. no pone límites a Dios. No piensa: ‘me dedico un poco a Él, me apuro y luego hago los que quiero’. No. María no ama al Señor cuando tiene ganas, de a ratos. vive confiándose en Dios en todo y para todo. He aquí el secreto de la vida. Puede todo quien confía en Dios en todo. Pero, el Señor, queridos hermanos y hermanas, sufre cuando le respondemos como Adán: ‘tengo miedo y me escondí’. Dios es Padre, el más tierno de los padres y desea la confianza de los hijos. Cuántas veces sospechamos de Él, sospechamos de Dios, pensando que pueda mandarnos alguna prueba, privarnos de la libertad, abandonarnos. Pero este es un gran engaño, es la tentación de los orígenes, la tentación del diablo: insinuar la desconfianza en Dios. “María en cambio vence esta primera tentación con su Heme aquí. Y hoy miramos a la belleza de la Virgen, nacida y vivida sin pecado, siempre dócil y transparente a Dios”
“Esto no quiere decir que para ella la vida haya sido fácil. No, no. Estar con Dios no resuelve mágicamente los problemas. Los recuerda la conclusión del Evangelio de hoy: “El ángel se alejó de ella” (v. 38). Se alejó: es un verbo fuerte. El ángel deja a la Virgen sola en una situación difícil. Ella conocía en qué modo particular sería la Madre de Dios, se lo había dicho el ángel, pero el ángel no se lo explicó a los otros. Y los problemas iniciaron inmediatamente: pensemos en la situación irregular según la ley, en el tormento de José, en los planes de vida desarmados, en qué habría dicho la gente… Pero, María pone su confianza en Dios delante de los problemas. Es dejada por el ángel, pero cree que con ella, en ella, se quedó Dios. Y se fía. Se fía de Dios. Está cierta que con el Señor, aunque si bien en un modo inesperado, todo irá bien. esta es la actitud sabia: ¡no vivir dependiente de los problemas- terminado uno, se presentará otro!- pero confiando en Dios y teniendo fe en Él: ¡Heme aquí! Es la oración. Pidamos a la Inmaculada la gracia de vivir así”.
Y después de recitar la oración mariana, Francisco recordó la beatificación en Argelia. “Diecinueve nuevos beatos. estos mártires de nuestro tiempo fueron fieles anunciadores del Evangelio, humildes constructores de paz y heroicos testigos de la caridad cristiana. Obispo, sacerdotes, religiosos y laicos. Su valiente testimonio es fuente de esperanza para la comunidad católica argelina y semilla de diálogo para la entera sociedad. Esta beatificación sea para todos un estímulo para construir juntos un mundo de fraternidad y de solidaridad. ¡Hagamos un aplauso a los nuevos beatos!”.
El Papa al final recordó que hoy por la tarde irá a la basílica de Santa María Mayor y a la Plaza de España para renovar el tradicional acto de homenaje y de oración al pié del monumento a la Inmaculada.
02/05/2017 13:54