Papa: no más colonización contra los pueblos indígenas

El Papa recibió esta mañana a representantes de mestizos, inuit y otras poblaciones que en Canadá fueron víctimas de la asimilación forzada. Francisco pidió perdón por los abusos cometidos por los católicos en las "residential school". "Es escalofriante pensar que alguien les haya hecho perder su identidad. Que la Iglesia aumente el respeto y la atención por sus tradiciones genuinas".

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- En el mundo actual todavía hay muchas “colonizaciones políticas, ideológicas y económicas, impulsadas por la codicia y la sed de lucro, que ignoran las poblaciones, sus historias y tradiciones, así como la casa común de la creación. Desafortunadamente, esta mentalidad todavía está muy extendida. Ayudémonos entre todos a superarla”.

El Papa Francisco recibió hoy en audiencia en la Sala Clementina del Vaticano a representantes de los mestizos, inuit y otras "naciones originarias" de Canadá, pueblos profundamente marcados por la tragedia de la asimilación forzada que tuvo lugar en las que se denominaban "residential school". Entre fines del siglo XIX y mediados del siglo XX, cerca de 150 mil niños indígenas fueron obligados a asistir a escuelas públicas, administradas en algunos casos por religiosos cristianos, que de esa manera cortaban el vínculo con sus familias y su cultura. En ocasiones esas escuelas también fueron lugares de abuso y degradación, donde cerca de 3.200 niños murieron por desnutrición y enfermedades.

Por estos sufrimientos el Papa Francisco pidió solemnemente perdón durante la audiencia, que concluyó una serie de encuentros privados de los últimos días donde los representantes de estos pueblos tuvieron la oportunidad de expresar gestos y oraciones de su propia cultura y espiritualidad incluso bajo las bóvedas con frescos del Vaticano.

“Vuestra identidad y vuestra cultura - dijo el Papa Francisco - han sido heridas, muchas familias fueron separadas, muchos niños han sido víctimas de esta homologación forzada, sustentada en la idea de que el progreso se concreta por la colonización ideológica, según los programas diseñados en abstracto en vez de respetar la vida de los pueblos”. “A través de vuestras voces -añadió- he podido tocar y llevar a mi interior, con gran tristeza de mi corazón, las historias de sufrimiento, privaciones, trato discriminatorio y diversas formas de abuso que sufrieron muchos de ustedes, especialmente en los internados. Es escalofriante pensar en el deseo de inculcar un sentimiento de inferioridad, de hacerle perder a alguien su identidad cultural, de arrancarle las raíces, con todas las consecuencias personales y sociales que eso ha tenido y sigue teniendo: traumas no resueltos que se han convertido en traumas intergeneracionales”.

Francisco afirmó que sentía "indignación y vergüenza". Indignación, porque “sin memoria y sin el compromiso de aprender de los errores, los problemas no se solucionan y retornan”. Y también vergüenza “por el papel que han jugado muchos católicos, especialmente con responsabilidades educativas, en todo lo que los ha herido, en los abusos y en la falta de respeto de vuestra identidad, de vuestra cultura e incluso de vuestros valores espirituales. Todo esto es contrario al Evangelio de Jesús. Pido perdón a Dios por la conducta deplorable de esos miembros de la Iglesia Católica”.

El Papa expresó la esperanza de que "los encuentros de estos días puedan abrir nuevos caminos para recorrer juntos”, e invitó a los obispos y católicos de Canadá a avanzar “en un camino que permita redescubrir y revitalizar vuestra cultura, acrecentando en la Iglesia el amor, el respeto y la atención específica a vuestras genuinas tradiciones”. Por su parte, también manifestó su deseo de volver a encontrarse con estos pueblos, yendo personalmente a visitarlos a sus tierras. Añadió que esperaba que esto pudiera concretarse este mismo año, con motivo de la fiesta de Santa Ana (en el mes de julio, ndr) “cuya veneración se ha difundido entre muchos de ustedes”.