Papa: los mártires revelan que la Navidad no es un cuento de hadas, sino la venida del Salvador

En el Ángelus de la fiesta de san Esteban el Papa rezó por los cristianos perseguidos "hoy más numerosos que en los primeros siglos". "De los mártires aprendemos a perdonar a las personas con las que no nos llevamos bien". Deseó a todos la paz "en las familias, en las comunidades parroquiales y religiosas, en los movimientos y asociaciones".

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- La caridad, el anuncio de la Palabra y el perdón son el rostro del testimonio de los mártires, perseguidos a causa del Evangelio y “más numerosos hoy que en los primeros siglos”. El Papa Francisco habló sobre el testimonio de los mártires a los fieles reunidos esta mañana en la Plaza de San Pedro para rezar el Ángelus en la fiesta de San Esteban.

Francisco hizo notar que en los mismos días de la alegría de la Navidad la Iglesia celebra algunas figuras dramáticas de santos mártires, como Esteban y los santos inocentes, los niños asesinados por el rey Herodes. “La liturgia -observó- parece querer alejarnos del mundo de las luces, las comidas y los regalos en el que de algún modo podríamos concentrados en estos días. ¿Por qué? Porque la Navidad no es el cuento de hadas sobre el nacimiento de un rey, sino la venida del Salvador, que viene a liberarnos del mal cargando sobre sus espaldas nuestro mal: el egoísmo, el pecado y la muerte".

Los mártires son “testigos, es decir, hermanos y hermanas que con su vida nos muestran a Jesús, que venció el mal con la misericordia. Y en nuestros días los mártires son incluso más numerosos que en los primeros tiempos”. “Hoy – prosiguió Francisco – recemos por estos hermanos y hermanas mártires y perseguidos que dan testimonio de Cristo. Pero tratemos también de preguntarnos: nosotros, yo, ¿doy testimonio de Cristo? Y ¿cómo podemos mejorar en esto, en dar testimonio de Cristo?”. El pontífice invitó a tomar como ejemplo precisamente la figura de san Esteban, uno de los siete diáconos que la comunidad de Jerusalén había consagrado para el servicio de las mesas, para la caridad. “El primer testimonio no lo dio con palabras, sino a través del amor con el que sirvió a los más necesitados”, comentó el Papa.

Pero Esteban también les hablaba de Jesús a los que encontraba: "Esto era tan importante para Esteban que no se dejaba intimidar por las amenazas de sus perseguidores, ni siquiera cuando vio que las cosas se estaban poniendo feas para él". Y el mayor testimonio que dejó este primer mártir fue “cuando estaba a punto de morir y, siguiendo el ejemplo de Jesús, perdonó a sus asesinos. Es el perdón el que dice si realmente practicamos la caridad hacia los demás y si vivimos la Palabra de Jesús”.

“Pensemos, cada uno de nosotros, en nuestra propia capacidad de perdonar -concluyó el Papa Francisco- en estos días en los que tal vez nos encontremos, entre muchas otras, con algunas personas con las que no nos hemos llevado bien, que nos han herido, con las que nunca hemos reparado nuestra relación. Pidamos a Jesús recién nacido la novedad de un corazón capaz de perdonar, la fuerza para rezar por los que nos han herido y para dar pasos de apertura y reconciliación”.

Después del Ángelus el pontífice volvió a desear a todos la "paz en las familias, paz en las comunidades parroquiales y religiosas, paz en los movimientos y asociaciones, paz para las poblaciones atormentadas por la guerra, paz para la querida y martirizada Ucrania". Por último, agradeció a todos los que le habían enviado saludos durante este tiempo navideño, y especialmente por el regalo de la oración.