Papa: los marginados tienen derechos que se deben respetar y no pisotear
“Los derechos de los trabajadores, los migrantes, los enfermos, los niños por nacer, los moribundos y los más pobres son cada vez más ignorados o negados. Aquellos que no tienen capacidad para gastar y consumir parecen no valer nada. Pero negar los derechos fundamentales, negar el derecho a una vida digna, al cuidado físico, psicológico y espiritual, a un salario justo, significa negar la dignidad humana”.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Los débiles, los marginados, los descartados por una sociedad para la que sólo parece importante la capacidad de gastar y consumir "tienen derechos que se deben respetar y no pisotear" y a los juristas católicos "se les pide que contribuyan a 'invertir el rumbo', fomentando la conciencia y el sentido de responsabilidad".
El Papa Francisco reiteró hoy que los derechos de los últimos son un "reclamo intrínseco a nuestra fe" en el discurso que dirigió a los juristas católicos italianos, a quienes recibió con motivo de su 70º congreso nacional de estudio sobre el tema "Los últimos. La tutela jurídica de los sujetos débiles”, que se está realizando en Roma.
Francisco afirmó que él considera especialmente importante el tema de este congreso y recordó su visita a los migrantes en Lesbos para observar que "el abuso, la violencia, la negligencia y las omisiones acrecientan la cultura del descarte. El que no cuenta con una tutela, siempre será marginado. A ustedes, como juristas católicos, se les pide que contribuyan a 'revertir el rumbo', favoreciendo, según las competencias de cada uno, la toma de conciencia y el sentido de responsabilidad”.
“Nunca como en estos tiempos - continuó - los juristas católicos están llamados a afirmar y proteger los derechos de los más débiles en un sistema económico y social que finge incluir la diversidad pero que de hecho excluye sistemáticamente a los que no tienen voz. Los derechos de los trabajadores, los migrantes, los enfermos, los niños por nacer, los moribundos y los más pobres son cada vez más desatendidos o negados. Los que no tienen capacidad de gastar y consumir parecen no valer nada. Pero negar los derechos fundamentales, negar el derecho a una vida digna, al cuidado físico, psicológico y espiritual, a un salario justo, significa negar la dignidad humana. Lo estamos viendo: cuántos jornaleros son - disculpen la palabra - 'usados' para cosechar frutas o verduras ... Y después les pagan una miseria y los expulsan sin ninguna protección social”.
“Reconocer en los principios y garantizar en la práctica los derechos, tutelando a los más débiles, es lo que nos hace seres humanos. De lo contrario, nos dejamos dominar por la ley del más fuerte y damos rienda suelta a la opresión. Por eso el reconocimiento de los derechos de las personas más débiles no es el resultado de una concesión del gobierno. Y los juristas católicos no piden favores en nombre de los pobres, sino que proclaman con firmeza los derechos que se derivan del reconocimiento de la dignidad humana. El papel del jurista católico, cualquiera que sea su función, como consultor, abogado o juez, es, por tanto, contribuir a la tutela de la dignidad humana de los débiles mediante la afirmación de sus derechos. De esa manera contribuye a la afirmación de la fraternidad humana y que no se desfigure la imagen de Dios impresa en cada persona”.
13/11/2016 13:32