Papa: los encuentros de Jesús, escuela de esperanza
Desde el Policlínico Gemelli se difundió el texto de la catequesis semanal del pontífice en el que comenta el pasaje evangélico de Nicodemo y abre un nuevo capítulo de sus reflexiones sobre Jesucristo nuestra esperanza. Se publicó también el mensaje para la Jornada mundial de oración por las vocaciones: "Jóvenes, hagan de su vida un don de amor".
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – “Hay encuentros que iluminan la vida y traen esperanza”, recuerda el papa Francisco en el texto de su catequesis para la audiencia del miércoles que se difundió desde el Policlínico Gemelli, donde continúa su lenta recuperación de una neumonía bilateral. Precisamente en el día en que se cumplen 12 años de la Misa inaugural de su pontificado, Francisco ha iniciado hoy un nuevo capítulo de su ciclo de catequesis jubilar dedicado a Jesucristo nuestra esperanza, que se centra en sus encuentros con algunas personas narrados en los Evangelios.
El primero que ha presentado Bergoglio es con Nicodemo, que se narra en el capítulo 3 del Evangelio de Juan. “Comienzo con este episodio –escribe el papa– porque Nicodemo es un hombre que, con su historia, demuestra que es posible salir de la oscuridad y encontrar la valentía para seguir a Cristo". En efecto, es un encuentro que se produce de noche y probablemente el protagonista es un hombre que se encuentra “en la oscuridad de las dudas, en esa oscuridad que vivimos cuando ya no entendemos lo que está sucediendo en nuestra vida y no vemos bien el camino a seguir”. “Es un hombre con una personalidad bien definida, tiene un papel público, es uno de los jefes de los judíos – recuerda el papa –. Pero probablemente las cuentas ya no le cierran. Nicodemo siente que algo ya no funciona en su vida. Siente la necesidad de cambiar, pero no sabe por dónde empezar”.
Es una experiencia que muchas veces también vivimos cada uno de nosotros: “Si no aceptamos cambiar, si nos encerramos en nuestra rigidez, en nuestras costumbres o en nuestras formas de pensar – explicó el papa – corremos el riesgo de morir. La vida radica en la capacidad de cambiar para encontrar una nueva forma de amar. De hecho, Jesús habla a Nicodemo de un nuevo nacimiento, que no solo es posible, sino incluso necesario en algunos momentos de nuestro camino”.
Al principio Nicodemo no entiende, pero sabemos que al final puede hacerlo: lo encontraremos en el Evangelio de Juan entre las personas que acuden a Pilato para pedir el cuerpo de Jesús: “Nicodemo ha salido a la luz por fin, ha renacido y ya no necesita estar en la noche – comenta Francisco –. Como todos nosotros, podrá mirar al Crucificado, Aquel que venció la muerte, la raíz de todos nuestros miedos. Levantemos también nosotros la mirada hacia Aquel a quien traspasaron, dejemos que Jesús también se encuentre con nosotros. En Él encontramos la esperanza para afrontar los cambios de nuestra vida y renacer”.
Hoy también se publicó el mensaje que Francisco ha preparado para la 62ª Jornada mundial de oración por las vocaciones que la Iglesia celebra el 11 de mayo. El tema elegido – siempre relacionado con el camino jubilar – es “Peregrinos de esperanza: el don de la vida”.
“En este tiempo nuestro –escribe Francisco– muchos jóvenes se sienten perdidos ante el futuro. Experimentan con frecuencia incertidumbre sobre su porvenir laboral y, más profundamente, una crisis de identidad, que es también una crisis de sentido y de valores, y que la confusión del mundo digital hace aún más difícil de atravesar. Las injusticias contra los más débiles y los pobres, la indiferencia de un bienestar egoísta y la violencia de la guerra amenazan los sueños de una vida buena que los jóvenes cultivan en su corazón. Sin embargo – continúa – el Señor, que conoce el corazón humano, no nos deja en la incertidumbre; al contrario, quiere despertar en cada uno la convicción de ser amado, llamado y enviado como peregrino de esperanza”.
El Papa hace entonces una invitación: “A nosotros, los miembros adultos en la Iglesia —especialmente los pastores— se nos pide acoger, discernir y acompañar el camino vocacional de las nuevas generaciones. Y ustedes, jóvenes, están llamados a ser los protagonistas de su vocación o, mejor aún, coprotagonistas junto con el Espíritu Santo, quien suscita en ustedes el deseo de hacer de su vida un don de amor”.
"Quien se pone a la escucha de Dios –escribe el papa– no puede ignorar el clamor de tantos hermanos y hermanas que se sienten excluidos, heridos o abandonados. Toda vocación nos abre a la misión de ser presencia de Cristo allí donde más se necesita luz y consuelo. Los fieles laicos, en particular, están llamados a ser “sal, luz y levadura” del Reino de Dios a través del compromiso social y profesional".
Imagen: Crijn Hendricksz Volmarijn, “Cristo y Nicodemo”
23/12/2015