Papa: los cristianos viven un ‘martirio blanco’ en los países democráticos

“Es de cara al mundo entero –que muchas veces voltea la mirada para otro lado- que se consuma la dramática situación de los cristianos, perseguidos y asesinados en número cada vez más creciente. Además de su martirio de sangre, existe también otro ‘martirio blanco’ como, por ejemplo, el que se constata en los países democráticos, cuando la libertad religiosa se ve limitada. Y este es el martirio cotidiano de la Iglesia en esos lugares”.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – Para los cristianos, al martirio de la sangre se une el ‘martirio blanco’: aquél que se constata en los países democráticos, cuando la libertad religiosa se ve limitada”. Es lo que denunció hoy el Papa Francisco, en el discurso pronunciado al dirigirse a los participantes de la Consulta de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén, recibidos esta mañana en la Sala Clementina.

El Papa se dirigió a ellos, reunidos en su quinquenal asamblea consultiva, recomendando, en particular, llevar adelante el testimonio de la bondad de Dios en su amor a todos, y socorrer a los cristianos perseguidos “en número cada vez más creciente”.

Francisco, ante todo, agradeció a los caballeros de la orden “por las múltiples actividades espirituales y caritativas que desarrollan en favor de las poblaciones de Tierra Santa”.

Dirigiéndose al gran maestro, el Card. Edwin O’Brien, y al pro-gran prior, Mons. Pierbattista Pizzaballa, el Papa subrayó la abundante labor desarrollada para afrontar la crisis de los refugiados “que, en los últimos cinco años, ha impulsado a la Iglesia a brindar una respuesta humanitaria significativa en toda la región”. Y es un hermoso signo que escuelas y hospitales de los Caballeros del Santo Sepulcro tengan las puertas abiertas para recibir a todos, independientemente de su comunidad de pertenencia o de la religión que profesen. “De esta manera, ustedes contribuyen a allanar el camino del conocimiento de los valores cristianos, la promoción del diálogo inter-religioso, el respeto mutuo y la comprensión recíproca. En otras palabras, con la meritoria tareas que llevan adelante, dan su aporte a favor de la construcción de ese camino que conducirá, como todos esperamos, al logro de la paz en toda la región”.

Francisco subrayó que el crecimiento de la Orden en el último tiempo ha dependido del incesante compromiso de los dirigentes locales o lugartenientes presentes en más de 30 naciones del mundo. Un desarrollo que al mismo tiempo se conecta con el objetivo principal de los Caballeros: su propio crecimiento espiritual. Para ellos se hacen siempre necesarios programas adecuados de formación religiosa para cada caballero y dama, y partir del ejemplo de vida de los dirigentes. “Luego, en lo concerniente a la misión de ustedes en el mundo, no deben olvidar que no son un ente filantrópico dedicado a promover el mejoramiento material y social de los destinatarios. Su llamado consiste en hacer del amor evangélico al prójimo el centro y finalidad última de vuestra obras, para testimoniar en todas partes la bondad y el cuidado con que Dios ama a todos”.

En efecto, una tarea que compete a obispos, sacerdotes y diáconos admitidos en la Orden, es asistir a los caballeros con momentos de oración comunitaria, de liturgia y catequesis.

Francisco luego recordó el drama de los cristianos perseguidos. “De cara al mundo entero –que muchas veces voltea la mirada a otra parte- [se consuma] la dramática situación de los cristianos que son perseguidos y asesinados en número cada vez más creciente. Además de su martirio de sangre, existe asimismo su ‘martirio blanco’, como, por ejemplo, el que se constata en los países democráticos, cuando la libertad religiosa de ve limitada. Y este es el martirio blanco cotidiano de la Iglesia en esos lugares”.

El Papa luego exhortó a los caballeros “a asociar siempre [su labor] a la oración, a invocar constantemente a la Virgen, a quien ustedes veneran con el título de ‘Nuestra Señora de Palestina’, en la obra de socorro material a favor de las poblaciones. Francisco finalmente anunció la bendición del ícono de Nuestra Señora de los cristianos perseguidos, que los caballeros llevarán a todas las lugartenencias para que los acompañe en el camino. Y en la oración final, invocó la bendición especial de María para la Tierra Santa y el Oriente Medio, “junto a su intercesión especial para aquellos cuya vida y cuya libertad están en peligro”.