Papa: los cristianos perseguidos no son fracasados, ellos salvan al mundo
Ángelus en la fiesta de San Esteban. La cercanía de Francisco a las numerosas comunidades cristianas que sufren discriminación: "Les exhorto a perseverar en la caridad hacia todos, luchando pacíficamente por la justicia y la libertad religiosa".
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Los cristianos perseguidos en todo el mundo no son un fracaso. “La semilla de sus sacrificios, que parece morir, germina para dar frutos, porque Dios a través de ellos sigue obrando maravillas, transformando los corazones y salvando a los hombres”, dijo hoy el Papa Francisco en el Ángelus de la fiesta de San Esteban, y recordó a tantos cristianos que siguen sufriendo violencia y hostilidad en todo el mundo.
“Estoy cerca de las comunidades cristianas que sufren discriminación – dijo el pontífice, dirigiéndose a los fieles que se encontraban en la plaza de San Pedro desde la ventana de su estudio – y los exhorto a perseverar en la caridad hacia todos, luchando pacíficamente por la justicia y la libertad religiosa”.
El Papa Francisco comonzó refiriéndose al pasaje de los Hechos de los Apóstoles que narra el martirio de san Esteban, e invitó a recordar que ese texto sitúa a los perseguidos junto a su perseguidor, Saulo. “Más allá de las apariencias – comentó – hay algo más fuerte que los une: en efecto, a través del testimonio de Esteban el Señor ya está preparando en el corazón de Saulo, sin que él lo sepa, la conversión que lo llevará a ser el gran apóstol Pablo. Esteban, su servicio, su oración y la fe que proclama, su valentía y sobre todo su perdón en el momento de la muerte, no son en vano. Parecen terminar en nada, pero en realidad su sacrificio siembra una semilla que, corriendo en dirección opuesta a las piedras, se planta, de forma oculta, en el pecho de su peor rival, para transformar su corazón de piedra en un corazón de carne".
Y esto es lo que hoy también sigue sucediendo. La persecución contra los cristianos continúa – recordó Francisco – “y son muchos los que sufren y mueren para dar testimonio de Jesús, y también hay otros que son penalizados en distintos niveles por comportarse de manera coherente con el Evangelio, y otros que luchan todos los días para mantenerse fieles a sus deberes, sin hacer ruido, mientras el mundo se burla de ellos y predica lo contrario. Estos hermanos y hermanas también pueden parecer fracasados, pero hoy vemos que no es así". Incluso hoy su sangre se convierte en semilla para el mundo. Por eso invitó a todos a preguntarse: "¿Me preocupo y rezo por aquellos que, en diferentes partes del mundo, todavía hoy sufren y mueren por su fe? Y yo a mi vez, ¿trato de dar testimonio del Evangelio con coherencia, mansedumbre y confianza? ¿Creo que la semilla del bien dará frutos aunque no vea resultados inmediatos?”.
Por último, el Papa Francisco volvió a confiar a la intercesión de san Esteban a los pueblos desgarrados por la guerra en Gaza, en la martirizada Ucrania y en cualquier otro rincón del mundo.
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